El mercado petrolero, según el FMI
Respecto mercado mundial del petrolero existen no sólo apreciaciones distintas, sino además, opiniones (algunas con audiencia importante) con poca base de sustentación. Un informe reciente del FMI ( (%=Link(«http://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2005/01/»,»World Economic Outlook”, Will the Oil Market Continue to Be Tigh?»)%), abril, 2005) intenta hacer una revisión de los hechos y plantear una perspectiva realista del mercado petrolero.
Desde el lado de la demanda, las economías avanzadas todavía siguen siendo el elemento de mayor peso: los Estados Unidos, los países europeos de la OCDE y Japón en conjunto representaron el 51% del consumo mundial en 2004, y los Estados Unidos solos, el 25%. Pero las economías de los países en desarrollo están expandiendo su consumo en forma más rápida. Por ejemplo, China y la India contribuyeron con el 35% del consumo incremental desde 1990 a 2003, aunque sólo representaron el 15% del PIB mundial. Sectorialmente, el transporte es el mayor demandante de petróleo: el consumo de los combustibles ligados al transporte es el 48% del consumo.
A pesar del que el consumo mundial de petróleo se ha incrementado en forma continua, la intensidad (uso del petróleo por unidad de producto) ha disminuido desde los 70s, aproximadamente se ha reducido a la mitad en los países desarrollados y en un tercio en los países en desarrollo.
Las reservas naturales probadas de crudo convencional (explotable comercialmente) son relativamente amplias. Podrían alcanzar, al actual ritmo de consumo, por 40 años; pero con mejoras tecnológicas y precios altos, podrían durar por 70 años a un ritmo de consumo bastante más alto, el promedio anual entre 2003-2030. Hay que recordar que el nivel de stock de las reservas probadas en un punto temporal es afectado por dos factores, la extracción y los nuevos hallazgos. La idea de que las reservas declinan al ritmo de la extracción sólo es una simplificación a objeto de construir escenarios.
Estas reservas están concentradas. Los países de la OPEP, que dependen en forma muy importante del ingreso petrolero, tienen el 70% de las mismas. La OPEP produce menos del 40% del crudo y aproximadamente el 60% de las exportaciones netas. Su participación en el mercado es menor que la de 1970, cuando fue de 50%, lo que es un indicio de la política de búsqueda de precios altos manteniendo restricción en el incremento de la oferta seguida por estos países. Venezuela y Rusia (no-OPEP) son casos paradigmáticos polares. Venezuela tiene el 6% de las reservas naturales probadas de crudo convencional, alrededor de 74-76 mil millones de barriles, y Rusia el 5%. La producción venezolana actual de crudo, aproximadamente 2,75 millones de barriles, es 25% menor a la de 1970. Rusia produce actualmente alrededor de 9 millones de barriles diarios, con un ritmo de incremento sorprendente en los últimos seis años.
Los costos globales de producción en los países de la OPEP son menores a los de los países no-OPEP. Los costos de exploración no-OPEP podrían estar alrededor de los 3 dólares el barril, los estrictamente de producción serían superiores a los 3 dólares el barril, y agregando los impuestos, el costo total podría ser mayor a los 16 dólares el barril. De acuerdo a Goldman Sachs, con un precio de 20 dólares el barril, se cubrirían los costos y los impuestos (incluyendo la regalía), y se obtendría una tasa de retorno del 8%. Los costos sin impuestos de los países de la OPEP son bastante más bajos, con un extremo de bajos costos en Arabia Saudita, donde el costo combinado de exploración y producción podría estar alrededor de los 2-3 dólares el barril.
A corto plazo el mercado permanecería “tenso”, debido a la fuerza de la demanda (ligada al crecimiento mundial) y el hecho de que la capacidad excedente de producción, que prácticamente está concentrada en Arabia Saudita, ha disminuido en forma muy importante respecto a la situación de hace cinco años. Ello indicaría que el precio no debería tener ajustes a la baja importantes y existiría vulnerabilidad a shocks.
A largo plazo, hacia el 2030, la situación parece favorable para los países de la OPEP. Los supuestos fundamentales son: 1. Crecimiento mundial de 3,6% anual hasta 2030, y 2. Precios del petróleo hasta 2010 como lo estiman actualmente los mercados (un suave descenso desde los actuales 45 dólares reales el barril a 34 dólares el barril en términos reales en 2010) y luego se mantienen constantes hasta 2030.
Con estos supuestos, y basados en el modelo elaborado por Gately, la estimación de la demanda en 2030 alcanzaría los 138,5 millones de barriles diarios (actualmente es más de 80 millones de barriles). Un aspecto importante del modelo es que la elasticidad de la demanda al aumento del precio es baja, siempre que el precio no tenga alzas bruscas y se sitúe en niveles muy altos. El aumento fundamental de la demanda correspondería a países en vías de desarrollo y a la evolución del transporte automotor. De la demanda en 2030, 83 millones de barriles diarios corresponden a la demanda de transporte automotor, casi el doble de la actual. Por ejemplo, China pasaría de tener 21 millones de unidades vehiculares en 2001 a 387 millones en 2030.
En este escenario, la producción no-OPEP se estabilizaría relativamente después de 2010, por diversos factores. Ello implicaría que la producción OPEP tendría que aumentar en forma considerable, impulsada por fuertes inversiones. La producción de la OPEP alcanzaría en 2030 entre 61-74 millones de barriles diarios, más del doble de la producción actual, una tasa de crecimiento anual alrededor de 3,4%.
Dada la concentración de las reservas naturales, la OPEP podría optar por un esquema “monopolista” estilo Hotelling, intentando maximizar la ganancia restringiendo el incremento de la producción. La estimación de Gately es que la OPEP maximiza la ganancia con una participación de mercado inferior (5-6 puntos porcentuales menos a la del escenario base), una producción 2030 bastante inferior al escenario base, 52-59 millones de barriles diarios, y un precio superior a los 34 dólares reales constantes, en el rango de 39-56 dólares reales el barril. Este es el tipo de política que la OPEP ha seguido en el pasado. Obviamente, como indica la experiencia, para estos países no sería la política óptima de crecimiento.