Sembrar el Orinoco
Las vastas reservas de petróleo de la Faja del Orinoco ya no son un sueño restringido a los textos de geología, sino una realidad de prosperidad y empleo. Aquellos crudos extra-pesados imposibles de extraer y refinar, hoy son cotizados a altos precios gracias al esfuerzo realizado por las empresas petroleras internacionales que en asociación con PDVSA invirtieron en la última década US$ 14 millardos, la suma más grande jamás invertida en proyectos similares. Hoy Venezuela convierte su petróleo pesado en 620 mil barriles diarios de crudo mejorado que en algunos casos se colocan a niveles cercanos al crudo liviano Brent, cuyo valor actual es $65/B.
Las cuatro asociaciones estratégicas de la Faja del Orinoco (Cerro Negro, Ameriven, Petrozuata y Sincor) crearon 50 mil empleos en el momento pico de su construcción. Las tecnologías avanzadas de las empresas internacionales y el INTEVEP posibilitaron lo que hace una década parecía una utopía. Empresas venezolanas de ingeniería, construcción, equipos y maquinarias, servicios de pozo, válvulas y tubos y otros servicios fueron favorecidas a través de contratos de procura que fomentaron la formación de capital nacional. Hasta un 65% de la inversión se contrató a empresas nacionales. Las empresas internacionales invirtieron también en decenas de programas de inversión social y desarrollo sustentable.
El futuro petrolero de Venezuela está en la Faja del Orinoco. La nación necesita 4, 8, 12 nuevas asociaciones estratégicas. El Plan Siembra Petrolera de PDVSA prevé cuatro nuevas asociaciones que, de concretarse, elevarán la producción a 1,2 millones de barriles diarios en 2012 con una inversión de $15 millardos. Países como Angola, Canadá, Estados Unidos, Libia y Rusia compiten por atraer la tecnología y la inversión provenientes de empresas internacionales. El esfuerzo será titánico y Venezuela puede responder al reto mediante la cooperación auténtica entre PDVSA y el sector privado.
