Sistema monetario animal
No vaya UD. a mal pensar que lo de lo animal tiene que ver con alguna bestia del Banco Escarlata diseñando una reconversión monetaria impuesta y apresurada. ¡No Señor! ¡Nada de eso! El título tiene que ver con el mini zoológico nacional que portarán nuestras monedas y billetes a partir de enero próximo.
Quizás los obstinados ciudadanos de segunda de la Quinta ya no escucharemos hablar más del pague exacto, no se aceptan billetes de alta denominación, no hay sencillo o aquí no se da vuelto.
Probablemente, la sabiduría popular desechara la denominación cariñosa de bolos para comenzar a usar un extraño trueque naturista que confundirá a incautos y extranjeros, y hasta a alguna privilegiada y ahíta casa de cambio e inversión que será penalmente imputada ya no de intercambio ilegal de divisas, sino de tráfico de fauna en extinción.
De repente expresiones como ¡eso cuesta dos toninas!, ¡un morrocoy conchudo es lo que me debe!, o bien ¡en este establecimiento no se aceptan cachicamos porque mejor eran tres palos mal subidos¡ serán locuciones habituales de los acalorados y sudados buhoneros que pululan como sardinas en lata en nuestra insufribles capitales bolivarianas.
Ofertas del tenor de ¡Aproveche que los productos se acabarán más rápido que cardenalito colorado!, ¡Una caja fría del oso por cinco frontinos!, ¡Hay hervido de gallina por tres tortugas!, inundarán vidrieras, anuncios pagados y menús en los restaurantes populares para que las pirañas de siempre sigan haciendo de las suyas.
Sin embargo, faltó incluir en monedas y billetes al alacrán y a las culebras que forman parte del entorno superior, de acuerdo con dolidas confesiones televisadas.
Lo que si estamos seguros que no variara en nuestra acontecida realidad de bolivariana patria es la presencia de las águilas arpías que desde las alturas, en forma de helicóptero, de satélite o de binocular verde oliva, nos vigilan para proteger la valía del Rey Zamuro que se esconde detrás de nuestro bolívar de siempre.