Los nuevo pobres
“¿Habrá otro -entre sí decía
más pobre y triste que yo?
Y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que iba otro sabio cogiendo
las hojas que él arrojó.”
Calderón de la Barca
LA POBREZA ES UNA REALIDAD
HISTORICAMENTE CAMBIANTE
¿Hay más de una pobreza? La terminología de “viejos” y “nuevos” pobres, ¿responde a dos realidades distintas de pobreza? Cuando se contrapone la nueva pobreza a la pobreza clásica, se produce la sospecha de que se trata de dos realidades distintas.
La pobreza, como fenómeno relacional que es, es una realidad históricamente cambiante. Los procesos de empobrecimiento confirman de diversa manera la pobreza de los distintos grupos sociales: los ingresos familiares mínimos, las pensiones ínfimas, las nuevas condiciones de trabajo, los problemas familiares, unidos a fenómenos como el aumento del coste de la vida, la nueva situación en el medio rural, los fenómenos de inmigración, las nuevas necesidades y los “fracasos” en la educación y sus consecuencias de “calle”, de búsqueda de “escapes” o evasiones, la cultura individualista de rechazo, la apatía, lo inmediato, etc.; ha hecho que la pobreza sea un fenómeno presente en distintos grupos sociales “con rasgos específicos”.
En nuestra sociedad se ha producido la incorporación al mundo de la pobreza de grupos que anteriormente, en el momento del crecimiento industrial, no estaban en ella. Y parecen contraponerse con los colectivos que tradicionalmente han conformado la imagen social del pobre.
Cuando se habla de “nuevas pobrezas”, se está haciendo referencia a los colectivos en situación de precariedad, a la que han accedido no desde la pobreza clásica, sino de situaciones culturales y económicas estables. Ciudadanos medios que se ven abocados a una situación de precariedad y finalmente de miseria, en cuanto surge un accidente (paro, enfermedad) o faltan recursos suficientes.
Es decir; en las nuevas formas de pobreza generadas por las últimas crisis podemos apreciar un primer estadio esencialmente unidimensional, pues se trata de una pérdida de empleo, o de una precarización de los ingresos, o una carencia de ingresos a partir de una nueva situación familiar, etc. Si esta situación se deteriora acabará dando paso a los siguientes estadios (multidimensionales) de la pobreza clásica, a la marginación, al desarraigo…
¿Quiénes son esos nuevos pobres? Entre otros los parados de larga duración; el trabajador que ha perdido su puesto de trabajo, demasiado joven para jubilarse, demasiado viejo para encontrar otro trabajo; el o la joven que a sus treinta años todavía no ha encontrado un trabajo estable, si es que ha podido trabajar, la joven madre con cargas familiares y sin vivienda ni empleo; los trabajadores de la economía sumergida; las familias monoparentales; los emigrantes retornados, los refugiados o inmigrados del tercer mundo, etc. De hecho muchos de ellos acaban en situaciones irrecuperables.
Los nuevos pobres no lo son más que de forma transitoria: o bien logran escapar de la situación en que se encuentran, o bien se hunden en el fatalismo, en el aislamiento, engrosando el colectivo de pobres persistentes y quedando así atrapados en el círculo vicioso del no retorno. Y es que, como dijo el poeta: “¡Qué poco me va quedando / de lo poco que tenía! / Todo se me va acabando / menos la melancolía”.