José Visconti, sacándola de jonrón eternamente
La pérdida física de José Visconti, sin dudas es un golpe no solo para el periodismo, sino para la educación, debido a su gran trayectoria y su alta experiencia en los dos ámbitos.
Visconti desarrolló su carrera como comunicador social en varios medios de comunicación impresos como El Nacional, La Religión, El Universal, El Diario de Caracas y Meridiano.
También estuvo en la televisión en canales como Meridiano TV y RCTV. En todos los medios que trabajó, lo hacía desarrollando el área que le gustaba: el deporte.
Más allá de los lugares en donde trabajó y de los logros que realizó, a José Visconti lo caracterizaba su forma de ser. Era un ser humano intachable a quien siempre se le veía con una sonrisa.
Hasta casi el final de sus días, hizo la segunda cosa que más le gustaba en el mundo, según sus propias palabras: ser profesor universitario y dar clases en la Universidad Católica Santa Rosa (UCSAR).
Visconti impartía la cátedra de Periodismo y Periodismo Deportivo. Era un educador a quien no le importaba sentarse con el alumno más de media hora con tal y este entendiera lo que él le estaba explicando.
Sus clases siempre estaban llenas de buena energía y de las grandes anécdotas que contaba de su excelente trayectoria que tuvo en la docencia y en el periodismo deportivo venezolano.
“Joseíto”, como muchos lo llamaban, iba por los pasillos de la UCSAR con una sonrisa y casi siempre al lado de su esposa María Teresa País, quien también fue educadora en esa universidad.
Los que lo conocieron, son pocos los que pueden afirmar que alguna vez lo vieron molesto, porque siempre estaba alegre, lleno de vitalidad y contando una anécdota jocosa por cualquier motivo.
En su “amada UCSAR” le van a realizar una capilla ardiente desde lunes hasta el martes y el cardenal Baltazar Porras oficiará una misa en su memoria.
Visconti quedará en la memoria de todos por su profesionalismo, calidad humana y porque a pesar de las adversidades, derrochaba siempre simpatía. Desde el cielo seguirá «sacándola de jonrón».