El sector eléctrico en hibernación
Ahora que el imperio está intensificando los ataques contra la patria y, además de su permanente propósito de asesinar a nuestro líder y de invadirnos desde Colombia, nos está aplicando una guerra biológica insuflando una epidemia de dengue desde el Zulia, se puede comprender mejor lo que está pasando en el sector eléctrico. El imperio está aplicando grandes dosis de somníferos a los responsables del sector eléctrico para sumirlos en una prolongada hibernación y dejar que el servicio eléctrico se hunda en el caos por inanición.
Sólo así se puede comprender que no pase nada en el sector. Especialmente después de que nuestra revolución estatizó los focos imperialistas (Elecar, Seneca, Eleval) y todas las empresas pasaron a manos del pueblo soberano, el somnífero comenzó a surtir efecto (Tal vez lo dejaron los imperialistas en las plantas generadoras y las sub estaciones de estas empresas para que lo respiraran nuestros líderes patriotas mediante una tecnología sofisticada). A partir de entonces, cuando le tocaba a nuestra revolución reorganizar el sector y crear las instituciones que dirijan su crecimiento y consolidación, nos hemos sumergido en una modorra paralizante.
Cierto que se creó el Centro Nacional de Gestión (CNG, antigua OPSIS), pero después de un año su administración funciona exactamente igual y su personal cobra sus sueldos por inercia a través del mismo mecanismo anterior. Igual pasa con la Cámara Venezolana de la Industria Eléctrica (CAVEINEL), que representaba los intereses privados dentro del sector. Pues bien, dichos intereses desaparecieron pero la Cámara sigue funcionando en estado de hibernación, sin que nadie le diga cuál será su nuevo rol.
A mitad de año se publicó un decreto de reorganización que creaba una corporación centralizada, la Corporación Eléctrica Nacional S.A., y fijaba un plazo de tres años para reorganizarla, pero para que esta reorganización se produzca hay que empezar a hacer algo. Sólo se ha producido una reasignación de funciones que transfiere responsabilidades de Cadafe a otras empresas (como por ejemplo asignar la responsabilidad del servicio en Miranda y Aragua a Elecar), pero en la práctica la reasignación no ha operado, Cadafe sigue facturando y cobrando, los trabajadores permanecen en sus nóminas anteriores y cada empresa maneja su presupuesto igual que antes. Estos pasos sólo producen distracción y desaliento. A Edelca se le transfieren todos los proyectos hidroeléctricos de Los Andes, tanto los que están operando como los que están en construcción, pero no tiene autonomía para gerenciar los recursos humanos de estas empresas, ni para asignar presupuestos y responsabilidades. Entonces ¿Cómo puede encargarse de verdad de estas instalaciones? ¿Cómo puede planificar e introducir mejoras?
Pero nuestros dirigentes no parecen despertar del sueño. Y cuando lo hacen lanzan una idea con algún efecto mediático, como la reasignación, y se vuelven a dormir. Mientras tanto las centrales generadoras que se requieren siguen engavetadas y sólo se instalan micro plantas de generación distribuida con asesoría cubana que apenas alivian las crisis locales.
Todo esto sólo se puede explicar como una conspiración del imperio. Los tentáculos del mal nos están dominando y nos tienen paralizados. Habrá que buscar un mago que alivie el hechizo y nos restituya la actividad. Tal vez la solución sea pedirle a nuestro amigo Evo que prepare un bebedizo con hojas de coca para que lo tomen los responsables del sector. A lo mejor así se levanta el conjuro y comienzan de verdad la restructuración.