Columna del país
La propaganda oficial intenta hacer ver que el crecimiento económico y sus beneficios sociales son obra de la acción del estado. Pero el pueblo reconoce que el discurso no refleja la realidad y que lo que verdaderamente sostiene la economía es la iniciativa privada.
La producción y el consumo particular son responsables que la economía hubiese crecido un 8.4% el año pasado, a pesar que el sector estatal petrolero decreció en un 5%. La generación de empleo productivo es insuficiente, pero a pesar del cerco legal impuesto por el gobierno al sector privado, las cifras muestran inequívocamente como la economía formal junto a la informal cubren más del 80% de la población laboral.
La producción de alimentos, calzado y vestido y los servicios de transporte y de la construcción dependen mayoritariamente del sector privado, mientras que la telefonía fija y la generación eléctrica, ahora en manos del estado se deterioran aceleradamente, igual que ocurrió con la industria petrolera.
Ante un sistema de salud público colapsado, miles de trabajadores de la administración pública acuden a las clínicas privadas cubiertos por pólizas de HCM emitidas por empresas de seguro privadas.
Funcionarios del gobierno y ejecutivos de empresas estatales inscriben a sus hijos en colegios privados, los mismos a los que el gobierno amenaza con intervenir, pues siguen siendo instituciones de excelencia. Las universidades autónomas y privadas muestran su importancia cuando se compara su funcionamiento con el de las universidades públicas politizadas.
Es necesario recordar que Mercal escasamente cubría el 12% del volumen de bienes consumidos mientras que los canales de distribución privados manejan más de un millón trescientas mil toneladas mensuales.
La conclusión es obvia, la actividad e iniciativa individual continúan siendo la columna del país.