La economía de escala en el servicio eléctrico venezolano (y II)
La semana pasada escribí sobre la importancia de la economía de escala en el sector eléctrico y subrayé que Venezuela debe aprovecharla, en concordancia con sus recursos y con las instalaciones que ha construido. Señalé varios errores que se están cometiendo y prometí que esta semana propondría un esquema de generación acorde con nuestro sistema y con sus posibilidades. Este artículo se dedica a cumplir dicha promesa.
Lo razonable es engranar las nuevas instalaciones de generación térmica a la red de transmisión del país, buscando optimizar la estabilidad de la red y preservar la transmisión de energía desde Guayana o también de ser posible aumentarla. Al mismo tiempo, hay que aprovechar la disponibilidad de energía primaria para la generación eléctrica y liberar los hidrocarburos de alto precio internacional como el gasoil para la exportación. Con estas ideas en mente, voy a proponer en este artículo 4 desarrollos termoeléctricos, los cuales, sin ser exhaustivos, podrían servir de base a la expansión de la generación en el país.
El primero es instalar ciclos combinados (CC) hasta una capacidad de 1.000 MW en los terrenos de Planta Centro. Estoy seguro de que todos los conocedores del sector ratificarán que esta propuesta se “cae de madura”. Planta Centro dispone de una capacidad de transmisión, para sacar una energía, de 2.000 MW, pero no ha podido generar 1.000 MW en los últimos 20 años, lo que muestra a las claras la baja disponibilidad de la planta. Todavía sigue en pie la utopía de convertirla a gas, que es un proyecto que se debería eliminar, porque significa meter dinero bueno en equipos malos. Mucho mejor es construir nuevas instalaciones de alta eficiencia como los CC aprovechando la disponibilidad de combustible (que incluye tuberías de gas), excedentes de transmisión y cercanía a los centros de consumo.
El segundo desarrollo es instalar 1.000 MW, de ser posible en CC, en el estado Zulia. Hay que reconocer que este proyecto está contemplado en los planes de expansión de generación, por lo que aquí no decimos nada nuevo, salvo que de verdad se construyan. Pero el aspecto que hay que analizar es la disponibilidad de energía primaria. Hasta ahora se han concebido para trabajar con gas natural, mientras se mantiene el déficit de este combustible en el occidente del país. Si esta realidad persiste se debe estudiar utilizar el carbón del Guasare.
El tercer desarrollo estaría ubicado en el flanco oriental de Los Andes, en el sector de Termobarrancas y estaría asociado a la explotación de gas de dicho yacimiento. El proyecto estaba a cargo de la empresa Repsol, hasta que se estatizo todo el sector eléctrico. Ahora el responsable es PDVSA. Repsol no terminó de evaluar todo el potencial del yacimiento, ante la baja rentabilidad de la explotación del gas por los bajos precios regulados. Esta situación debe ser subsanada por las autoridades energéticas del país, pero allí sería ideal instalar hasta 1.000 MW y al mismo tiempo interconectar dicha planta con la red troncal en 400 KV y también con la subestación Uribante, lo que significaría la solución de generación para Los Andes por los próximos 20 años.
El cuarto desarrollo, que tal vez sea el más importante, pero que hoy por hoy luce como de mediano plazo, estaría ubicado en el estado Sucre, en la península de Paria, y estaría asociado a los desarrollos de gas de la Plataforma Deltana y el Gran Mariscal de Ayacucho. Allí podrían instalarse 1.000 y tal vez 2.000 MW. Ello requeriría ampliar las redes de transmisión a 400 KV para conectar esta energía con Barcelona y Maturín, al mismo tiempo que construir una gran subestación de 400 KV por los lados de Casanay. Por supuesto que este proyecto estaría condicionado a que el desarrollo de gas arranque alguna vez.
Estos 4 proyectos nos brindarían una solución, por el próximo quinquenio, al problema de expansión de generación con la escala adecuada para las necesidades del país.