El arte textil Ancestral
Eduardo Planchart Licea
Desde el principio la humanidad la indumentaria y el textil se han transformado en una segunda piel. Su uso, formas y conceptos, cambian de acuerdo a las necesidades ambientales, a los cambios en la concepción del gusto, al desarrollo tecnológico, a los diversos contextos culturales, religiosos, simbólicos y sociales en que brotan. Protege, viste y decora, invade todos los ámbitos de nuestra vida de manera omnipresente ¿Será por esto que pasa inadvertido como forma de arte?
Su importancia como expresión estética se evidencia en cómo en las más diversas civilizaciones (egipcia, sumeria, mesopotámica, maya e incaica) las deidades que rigen estas artes lo tiene bajo su protección en un mismo complejo creativo: la escultura, la pintura, la música, el teatro, la escritura. Se considera que los tejidos del sur de Perú tienen pocos equivalentes en la humanidad debido a su calidad, elaboración y variedad de usos, que van desde formar parte de la indumentaria, y ser tapices decorativos, religiosos y funerarios….
En muchas culturas tiene un significado cosmogónico y ético, como el caso de los Kogi de Sierra Nevada de Santa Marta, y de los Desana de las selvas tropicales colombianas. Para estos últimos la tierra es una gigantesca tela de araña, visión que se traduce en términos éticos como la búsqueda de la perfección, pues hay que caminar entre la trama de la vida sin perder el equilibrio. Para los Kogi, por otro lado el origen del cosmos está íntimamente vinculado a la creación de los tejidos y sus diversos diseños, determinado incluso sus relaciones sociales y parentesco.
Para la civilización occidental clásica la visión arquetipal de la tejedora se vincula a la personificación del destino y al tiempo. De ahí, la concepción griega de las Moiras (Átropos, Cloto y Laquesis), llamadas Parcas entre los romanos. Concepción que también se hace presente en la figura mítica de Penélope, quien teje y desteje el tiempo:
“Las Moiras, encargadas de tejer el hilo por el que se rige el destino humano, representan la invisibilidad del trabajo femenino. Atenea simboliza la sabiduría teórica y práctica, e inspira además la reivindicación del reconocimiento del valor femenino. Finalmente, Ariadna ofrece una visión realista del camino hacia el autoconocimiento y de las dificultades que pueden surgir a lo largo de él.”
En el modernismo, si bien el textil no fue uno de los ejes de atención, artistas como Matisse pintaron sobre alfombras y otros tejidos para transmitirles un ritmo que rompiera con su composición y creara un sincretismo entre lo tradicional y lo considerado en ese entonces contemporáneo. De igual manera, artistas rusos como Delaunay, y Klee “…amaban el lenguaje textil: primacía de la estructura y del color sobre el dibujo, contenido hermético, serialización, repetición, importancia del fragmento…En las obras de estos pintores los tejidos ya no formaban parte de la composición, es decir, el pachtwork o el bordado ya no estaban en una habitación o en la blusa de una chica: eran el tema. Esto lo hicieron sin apartarse un ápice del arte como meta.”(Lanceta, Teresa. Tomando Caña, Revista Arte y Aparte, N 14, España. Edic. Limón, 1998, p.40)
El textil y la indumentaria también están íntimamente relacionados al origen del Collage de principios de siglo, pues en él se incorporaban materiales tan heterogéneos como hilos, botones, cuerdas, telas, lentejuelas pedazos de vestidos unidos en un mismo discurso visual.
En la contemporaneidad crece el número de propuestas que hacen del textil y el ropaje su eje. En ellas se une el pasado, el presente y el futuro. Propuestas innovadoras que plantean un retorno a las raíces, convierten a la indumentaria en habitáculo, fetiche, metáfora. Influidas por tendencias plásticas tan diversas como el pop art, el arte conceptual, el arte povera, el arte ecológico, el land art, el neo expresionismo, lo digital, que tienen una fuerte raigambre en lo ancestral, lo tradicional y popular. Por tanto, la técnica del textil propicia un arte sincrético o híbrido, estableciendo un puente entre el pasado y el presente post industrial. Estos lenguajes plásticos parecieran recordarnos que la humanidad está volviendo, paradójicamente, gracias a los avances tecnológicos, a ser una civilización dominada por categorías aparentemente superadas como la revalorización de la relación del trabajo artesanal con el arte, que tiene antecedentes en la Bauhaus. El retorno a nuevas formas de nomadismo, ya sea a través del tiempo y el espacio real o del virtual, se proyectan en el arte desde diversas perspectivas, recordándonos las dramáticas consecuencias de alejarnos de nuestras raíces y de nuestro origen cósmico.
En muchas de las propuestas artística contemporáneas existe una clara posición ante el destino sustentada en la metáfora del tapiz como anudamiento del tiempo, como cosmogonía, y hechizo para transformar nuestro horizonte, que tiene sus raíces en un sentido crítico y utópico. De ahí la diversidad de deidades y rituales que vinculan el textil al origen del universo, al tiempo y al destino. Al arte, eco de estas dimensiones, se transforma en una a toma de conciencia que profundiza en nuestra interioridad y sentido de trascendencia.
(1) https://www.unirioja.es/