En 2018 Siria le ganó la guerra al terrorismo
La guerra interna en Siria para desplazar del gobierno al mandatario Bashar Al Asad inició en 2011, pero el mundo no se alertó quizá por considerar que el Presidente, quien está en el poder desde el año 2000 y sucedió a su padre que gobernó durante 29 años, se merecía que la “oposición democrática” lo derrocara.
Esa oposición está integrada por grupos variopintos, pero principalmente liderada por grupos extremistas islámicos que a mediados del 2014 declararon la autonomía sobre un vasto territorio sirio al que llamaron Estado Islámico (EI, EIIL, Isis en inglés, o Daesh, en árabe).
A su paso por la geografía siria que reclamaban como propia, los yihadistas iban sembrando el terror. Violaban a las mujeres, asesinaban ferozmente a los hombres, destruían las aldeas, lo que generó un desplazamiento masivo de migrantes sirios por Turquía y Grecia para salvar sus vidas en Europa.
Fueron cientos de miles de sirios los desplazados que rápidamente crearon una crisis migratoria en Europa, principalmente en las dos naciones mencionadas anteriormente, cuando sus vecinos más al norte les cerraron sus fronteras.
Según la organización de las Naciones Unidas para los refugiados, Acnur, actualmente el número oficial de refugiados sirios en el mundo es de 5.654.768 personas.
La mayoría de ellos se encuentra en Turquía (más de 3,6 millones de personas), el Líbano (951.000), Jordania (673.000), Irak (251.000) y Egipto (132.000).
Pero el mundo sí reaccionó cuando el EI empezó a grabar videos que colgaban en las redes sociales para mostrar cómo decapitaban a decenas de prisioneros, ataviados con bragas naranja.
Los terroristas del EI vestían todos de negro, con pasamontañas de igual color y sendos cuchillos con los cuales desmembraban a sus víctimas.
Y las principales potencias, como Estados Unidos, el Reino Unido o Japón, no se pronunciaron, sino hasta que entre los decapitados estaban ciudadanos de sus respectivos países.
Luego de la aparición de los dantescos videos, que se repetían cada vez con más frecuencia, rápidamente se conformó una coalición internacional, liderada por Estados Unidos, que comenzó a bombardear al territorio sirio, con la excusa de atacar a los terroristas.
Occidente es responsable
Al Assad se defendía alegando la ilegalidad de esos bombardeos, que provocaban más muerte y destrucción en su país, y que no estaban amparados ni aprobados por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
También denunciaba el gobierno árabe que el grupo Estado Islámico era una fuerza terrorista creada y financiada por los mismos países Occidentales que ahora decían defender al mundo del terrorismo.
Esos bombardeos ciertamente atacaron importantes bastiones yihadistas, pero no lograban reducirlos realmente y, principalmente, causaban más destrucción en el país y empeoraban la situación para Al Assad quien se pensaba que estaba ya arrinconado en las cuerdas.
Como reacción por los ataques de los bombardeos de Occidente, los yihadistas empezaron a organizar actos terroristas en los propios países que conformaban la coalición internacional. Así, entre el 2014 y el 2018 se han repetido ataques en Francia, Reino Unidos, Bélgica, Alemania y España, entre otros, con cientos de muertos.
Ante esta arremetida, EEUU elevó sus niveles de seguridad para impedir que en su territorio se reprodujeran ataques similares.
Al Assad gana la guerra
Como reacción a los bombardeos Occidentales, en 2015 el gobierno sirio pidió a Rusia, que interviniera para destruir realmente al EI y las fuerzas aéreas del gobierno de Vladimir Putin, así lo hicieron, acompañados de fuerzas turcas.
Mientras se sucedían estos ataques, ocurrían diversos intentos de diálogo lograr la paz por la vía política en Siria.
Tras tres años de ataques, primero aéreos y luego con la entrada de las fuerzas terrestres rusas, con el aval sirio, fue cediendo el poder de los terroristas y el Gobierno de Al Assad recuperó durante 2018 el control prácticamente de la totalidad del territorio que las facciones opositoras dominaban, permitiendo al Presidente afianzar su poder y prácticamente arrinconar a las fuerzas contrarias.
Desde el 2015, un total de 1.550.009 de sirios han regresado a sus hogares, incluyendo 1.259.731 de desplazados internos y 290278 en el extranjero.
Finalmente, este 19 de diciembre el presidente estadounidense, Donald Trump, quien se atribuye el triunfo sobre los terroristas, anunció la salida de unos 2 mil soldados estadounidenses que están en territorio sirio, aunque hay voces críticas que indican que esa retirada puede provocar que el EI vuelva a empoderarse en la zona, aunque Siria y Rusia afirman que el verdadero triunfo lo lograron las fuerzas Orientales y no las Occidentales.
Analítica
