Ahora Chávez dosifica la venta de bonos argentinos
Parece que el Ministerio de Finanzas venezolano se habría decidido a poner un poco de orden en su mercado financiero. Implementó un cronograma por el que, de aquí a fines de septiembre, semanalmente ofrecerá u$s 100 millones en bonos argentinos a los bancos venezolanos.
El objetivo es evitar que se siga saturando la plaza con papeles de BODEN 2015, que en estos días han salido atropelladamente a la venta. Tal como adelantó este diario, una reciente disposición de ese ministerio con plazo hasta el 19 de agosto, obliga a las entidades locales a deshacerse de sus «notas estructuradas» con bonos en dólares de terceros países, entre ellos los de la Argentina.
La legislación venezolana prohíbe a los bancos tener posiciones con garantía en divisas por un monto superior a 30% del patrimonio. Como éstos tienen excedido ese porcentaje, en la City caraqueña se estima que podrían salir al ruedo casi u$s 6.000 millones en bonos.
Sobre ese monto, nadie puede precisar cuántos de los u$s 2.988 millones en BODEN 2015 (colocados entre 2007 y lo que va de 2008) están aún sin vender. En cambio, sí es posible conocer una aproximación del monto en BODEN que todavía tendría en cartera la Tesorería Nacional: u$s 1.200 millones. Son los que se ofrecerán, dosificados, hasta fines de septiembre.
Durante el primer semestre de 2008, Finanzas buscó hacer bien los deberes y adjudicó más de u$s 2.000 millones en notas estructuradas (incluiría un poco más de u$s 400 millones en bonos argentinos) que estaban en el Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden).
La entidad, creada en 2005 con la reforma a la Ley de Bancos venezolana, se encargó de comprar deuda de alto riesgo de terceros países, la que después empaquetó (en sus dos acepciones) en «notas estructuradas» para vendérselas a la banca privada y amiga.
Pero la banca de Venezuela -empaquetada- se engolosinó con esa plata dulce que le ofrecía el Fonden y para no transgredir con sus compras el límite legal de 30% de patrimonio en divisas armó su propia bicicleta, con ayuda de los bancos extranjeros. A ellos les pidió que emitieran notas estructuradas, pero en bolívares garantizados con los dólares de la venta de las notas estructuradas del Fonden. El negocio, con la revaluación del bolívar (de 5.500 por dólar en 2007, pasó a 3.500 a mediados de 2008), de dulce se convirtió en amargo.
La baja del dólar y la disposición de que los bancos cumplan con 30% del patrimonio en divisas está afectando la cotización de los fondos estructurados. Pero hay otro ingrediente más. El gobierno chavista entró en una política de recompra de deuda. Busca reducirla en 15%. Por eso es que a fines de abril largó un bono de u$s 4.000 millones. Con los u$s 600 millones producto de la prima de esa venta, más un crédito adicional, el Estado venezolano recompraría u$s 1.500 millones de su deuda, una vez que la Asamblea Nacional lo apruebe. Esto lo obliga a deshacerse de los bonos argentinos, que estará largando al mercado de a u$s 100 millones por semana.