Economía

De Yeddah a Madrid: cooperación o crisis

Dos importantes conferencias petroleras internacionales se han celebrado durante el último mes en momentos en que la cotización del hidrocarburo alcanzó un pico histórico de más de US$ 140 por barril. La primera tuvo lugar en Yeddah, convocada por Arabia Saudita en su condición de país sede de la secretaría del diálogo entre países productores y consumidores de petróleo; la segunda en Madrid, también con la presencia de las más altas autoridades y ejecutivos de la industria mundial de los hidrocarburos.

El diálogo entre países productores y consumidores nunca ha pasado de ser un manual de buenas intenciones. No por ello pierde significación la celebración en Yeddah de una cumbre en la que participaron el primer ministro inglés y el vicepresidente chino, los más altos representantes de la OPEP y la Agencia Internacional de Energía y ejecutivos de 25 empresas petroleras estatales y privadas.

La quintuplicación de los precios desde 2003, las señales de recesión económica y la suerte de las naciones pobres llevaron al Rey Abdullah bin Abdulazis Al-Saud, a procurar mediante el diálogo una solución a la crisis que puede derivarse de la pérdida de control sobre los precios del crudo.

Más que de precios es una crisis de inversión, agravada por operadores bursátiles, que cuadruplican en transacciones de papel la demanda real de petróleo. Durante dos décadas las empresas petroleras, ante la volatilidad de los precios, invirtieron lo mínimo necesario, o no pudieron invertir por las restricciones de acceso a las reservas de los países propietarios del recurso natural no renovable.

Los gobiernos de la mayoría de los países exportadores mantienen cerrado el acceso a las reservas para las empresas internacionales mientras que sus empresas petroleras estatales están sometidas a una alta tributación y otras erogaciones producto de sus necesidades de desarrollo económico y social. Los consumidores, especialmente en los países industrializados, gozan de mayores y crecientes ingresos y compran carros de ocho cilindros. Las economías emergentes, como China y la India, han aumentado el consumo de manera vertiginosa en los últimos diez años.

La crisis es estructural. La OPEP estima que en 2008 la demanda petrolera mundial alcance 87 millones de barriles diarios. El consumo supera la capacidad, las reservas extraídas exceden las reservas descubiertas y cualquier interrupción de carácter geopolítico ocasionaría un caos.

El diálogo entre consumidores y productores será eficaz en tanto y en cuanto de lugar a compromisos reales de inversión, producción y consumo bajo reglas jurídicas estables y razonables para todas las partes. La responsabilidad es compartida pues la OPEP ha suplido toda la demanda que requiere el crecimiento de la economía mundial.

Madrid, pocos días después de la reunión de Yeddah, festejaba el triunfo de España en la Eurocopa mientras brindaba su hospitalidad a los miembros del Congreso Mundial de Petróleo, el más acreditado de la industria. El Rey Juan Carlos pronunció el discurso inaugural ante 4.000 delegados, 25 ministros de Energía, un centenar de presidentes de empresas petroleras, el secretario general de la OPEP y el director de la Agencia Internacional de Energía. 600 ponencias y 400 periodistas. España se lució ante el mundo.

Fueron tres las conclusiones centrales del Congreso, similares a las de Yeddah: no hay escasez de suministros petroleros sino escasez de inversiones para aumentar la producción; la expansión de la capacidad necesaria para evitar una crisis real sólo puede ser resuelta mediante la cooperación entre países productores y consumidores; y la explotación de los hidrocarburos debe realizarse bajo principios de desarrollo sustentable: eficiencia económica y tecnológica, equidad social y conservación ambiental.

La demanda mundial de energía aumentará 50% para el año 2050. La población del planeta subirá de 6,7 a 9 millardos. 60% de los 375 millones de barriles diarios de petróleo equivalente provendrán del petróleo y el gas natural. Se requerirán $800 millardos anuales de inversión para garantizar el suministro energético hasta el 2030.

No hay escasez de reservas; pero puede haber insuficiencia de capacidad. El Servicio Geológico de Estados Unidos estima que las reservas de petróleo recuperables han aumentado de 1,7 billones de barriles en 1980 a 3,3 billones en la actualidad. El reto es el mismo: cómo concretar proyectos de inversión innovadores bajo reglas jurídicas claras y estables para que las empresas petroleras estatales e internacionales respondan en consecuencia y acometan sin dilación las inmensas inversiones requeridas.

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