Mitos eléctricos revolucionarios
Reiteradamente tenemos que calarnos las explicaciones revolucionarias sobre las causas del mal servicio eléctrico que vivimos. Por eso quiero dedicarle la nota de hoy a desmontar los mitos con que nos quieren convencer. Ahí van los 4 más comunes:
• La crisis se debe a la desinversión durante décadas en el sector con el objeto de justificar la privatización y entregarle las empresas a las transnacionales imperialistas.
Falso de toda falsedad. Lo que conduce a la privatización es entender que la ineludible responsabilidad del estado, que es garantizar un servicio eléctrico de calidad, no requiere la posesión y operación de las empresas sino una sólida regulación.
El éxito se logra con una regulación que establezca reglas claras para que las empresas privadas puedan operar e invertir, a la vez que protege los intereses del consumidor. Entre las empresas incorporadas en la privatización destaca Enelbar, que siempre fue una tacita de plata y así se mantuvo durante todo el fallido proceso. La única empresa que se privatizó en la IV República fue Seneca en Nueva Esparta, sin que nadie la hundiera porque Cadafe ya la tenía hundida, y la que fue entregada a las “transnacionales imperialistas” fue la Electricidad de Caracas, pero eso fue en la V República y con la venia y los mayores esfuerzos del gobierno revolucionario.
• Los recurrentes apagones se deben a que las empresas privadas (vale decir, la Electricidad de Caracas) se concentraban en su afán de lucro y dejaron que se deterioraran los sistemas.
Tampoco es verdad. Desde 2002 las tarifas se congelaron, como parte de una política deliberada para desestimular la inversión privada y terminar estatizando el sector, cosa que en efecto sucedió. Pero aun así la empresa AES se las arregló para cuidar siempre la continuidad del servicio y a la vez mantener un margen de utilidad que le permitiera sobrevivir. Para ello realizó numerosas economías y manejos financieros que le permitieron las reglas revolucionarías. De hecho, los caraqueños nunca se quejaron del servicio.
• Los problemas que sufre el sector eléctrico se deben al “enorme” crecimiento de la demanda que ha hecho difícil, a pesar de los esfuerzos realizados, colocarse a la par.
Otra gran mentira. Si observamos el crecimiento desde el año 2003, en el cual la economía toco fondo, vemos que la demanda de electricidad ha evolucionado muy por debajo del crecimiento económico. Entre 2004 y 2007 la economía creció 57%, mientras la demanda eléctrica lo hizo en 26%, es decir, apenas creció la mitad. De hecho, en 2007 la demanda de energía eléctrica sólo creció 2,1% y en lo que va de 2008 (1er semestre) ha crecido 3.5%, cifras muy inferiores al crecimiento de la economía. Hay que decir además que la demanda eléctrica en Guayana está estancada desde hace dos años y no se han construido ninguno de los proyectos prometidos (V línea de Alcasa, Ciudad del Acero en Ciudad Piar, Ciudad del Aluminio en Cabruta-Caicara, ni nada de los 15.000 millones de dólares que prometió el primer ministro de Mibam). Si las promesas se hubieran cumplido el Caroní no podría apoyar al resto del país como lo está haciendo hoy. De modo que la realidad es totalmente al revés, gracias al modesto comportamiento de la demanda hemos podido soportar la situación actual caracterizada por el mal servicio y en camino al caos total de no cambiar el enfoque con que se maneja el sector.
• En los próximos meses tendremos interrupciones que se deberán a mantenimientos programados para adecuar las instalaciones
Con esto pretenden curarse en salud. Es normal que se interrumpa el servicio por mantenimientos, siempre en instalaciones de distribución. Para ello se alerta a los clientes mediante avisos de prensa que indican la duración de la interrupción. Esto es muy distinto a los racionamientos a que se ven obligados los operadores al no poder atender la demanda. La gente no es pendeja y notará la diferencia.