¿ Se acaba la bonanza?
Parece que la crisis económica norteamericana se va disipando, los precios de la deuda del Tesoro de EEUU subieron, con la baja del petróleo también disminuye la preocupación por la inflación. Mientras esto ocurre en el norte, Europa empieza a sentir los rigores de esa crisis, que quizás está iniciándose. Entre otras naciones, Alemania y España ven crecer la inflación y desempleo.
El mundo cambia y las perspectivas económicas igual, seguramente cuando EEUU se recupere y note un parpadeo en Europa atenderá pronto sus requerimientos. La idea es que el orbe marche, y cuando veas a tus vecinos en problemas ayúdalos. Todo girará en busca de un equilibrio racional más que en la competencia insensata y rampante de propiciar crisis ficticias que puedan desembocar en guerras.
Latinoamérica, convulsionada por los cambios populistas en las políticas de sus mandatarios, y el derroche de Chávez parece aproximarse a su final. Venezuela está en quiebra y rápido comenzará a materializarse, de nada valieron estos diez años de bonanza petrolera para el pueblo. Fueron malgastados esos ingresos y ahora quedan sus remanentes, sin que haya vuelta atrás con esta espuria revolución sin valores ni principios, estampada por la mayor deshonestidad. Comienza la caída paulatina del imperio de las mentiras, Evo Morales en Bolivia seguirá tambaleándose hasta el final. Hay cambios en Argentina cuando vemos a Cristina Kirchner anunciar la cancelación millonaria de deudas morosas con el “Club de Paris” siendo sus mayores acreedores Alemania, Holanda, Japón, Italia y España; acogiéndose a la ortodoxia empresarial y recomendaciones de los expertos, una mora que venia desde el año 2001, y que serán cancelados los debitos con las reservas del Banco Central. Con esta medida se fortalecería a la empresa privada que venia dando traspiés desde hace años y podrán obtener créditos en el exterior.
La situación económica de Nicaragua se percibe en graves riesgos cuando la última encuesta de MBR Consultores, arroja que el 83% de los nicaragüenses creen que con Ortega la economía va mal y 70% quieren irse de Nicaragua. El otro adlátere de Chávez, Correa en Ecuador, tampoco se le observa ningún progreso, inversamente su país sigue en aguda dificultad y su popularidad va decayendo. Brasil se mantiene dentro de sus normas y próximamente aumentará la producción petrolera con sus nuevos yacimientos marítimos.
El desastre se centrará en Venezuela después de haber desperdiciado la mayor bonanza petrolera en su historia, estrangulando sistemáticamente a la empresa privada y el Estado convirtiéndose en dueño de todo dentro de la mayor ineficacia. El desplome pudiera ser violento y conflictivo, cuando esos sectores populares y clase media vean mermar sus ingresos y fuentes de empleos. Será el enfrentamiento fáctico de un pueblo contra la peor administración en sus anales. La bonanza que no vivimos sino que vimos desperdiciarse en comisiones de los nuevos ricos revolucionarios y en dádivas al exterior. Estaremos plantados ante una realidad irreversible, mientras el resto de los países defienden sus industrias y su empresa privada, la nuestra se envilece. Los demás sobrevivirán y seguirán adelante cuando este pobre país rico yacerá sepultado. Vendrán los tiempos de aclarar las cuentas, de desenmascarar a los culpables que han usurpados las riquezas colectivas a titulo personal.
La nación se dirige a su ruina de manos de la “revolución,” definitivamente no parece haber soluciones a corto plazo. Se perdieron las instituciones y el riesgo país ha crecido 370% en 20 meses. No hay quienes logren parar la debacle, sino estoicos observadores de ella. Finalizará por mucho tiempo “la bonanza” que vivimos pero que no disfrutamos, que no utilizamos para el desarrollo del país. Habrá fallecido Venezuela con un cartelito que evocará a los culpables “Patria, socialismo o muerte”. Quizá, teñida de sangre rubicunda que se derrame para devolverle su libertad. Ojalá ello no ocurra pero la historia es implacable con la indiferencia de los pueblos.