Hugo Chávez, ¿otro caudillo que engrosará la historia de Venezuela?
Politólogos, historiadores, sociólogos y otros estudiosos de la crisis política y social que vive Venezuela, han tomado este fenómeno como un paradigma para desentrañar sus raíces, sus causas y consecuencias. Luego de la entrada del llamado «Socialismo del siglo XXI», con la llegada del ex presidente Hugo Chávez al poder en 1999, Venezuela comenzó a vivir un proceso histórico que aún hoy no puede enmarcarse dentro de los modelos económicos que existen en el mundo, y mucho menos dentro de los regímenes dictatoriales que se han venido desarrollando en Latinoamérica.
Este «modelo económico» que en un principio se hizo llamar «socialismo», ha venido contrastando con lo que se refiere al tan alardeado socialismo de izquierda en el que se establecen ciertos parámetros que lo diferencian de las izquierdas progresistas latinoamericanas o llamadas izquierdas europeas, en las que efectivamente se designan ciertos beneficios en virtud de mejorar la calidad de vida de los sectores menos favorecidos de la población.
A este «sistema», unos le llaman Dictadura, Neo-dictadura, totalitarismo, gobierno autocrático, o sencillamente se refieren al gobierno como «el régimen», que si bien tienen innumerables denuncias sobre sus espaldas en cuanto a la violación de los derechos humanos ante los organismos internacionales, (CIDH y CPI); aún permite cierta libertad de expresión y de opinión que puede entenderse como crítica en calidad de querer abrir una reflexión sobre la realidad que nos presenta un país con una de las tasas de hiperinflación más alta del mundo. (1.500.000% o más) según la Asamblea Nacional AN.
En reiteradas ocasiones, la figura del ex presidente Hugo Chávez, ha sido objeto de grandes análisis a lo largo de estos 20 años. Su sucesor, y presidente actual de Venezuela, Nicolás Maduro, también es blanco de críticas y de grandes polémicas en lo que se refiere a sus homólogos en América Latina. Nos preguntamos entonces, ¿por qué la figura de Chávez surgió en aquel momento histórico de Venezuela? ¿Estamos repitiendo hechos de nuestro pasado histórico? ¿Qué papel toma el presidente Maduro a las puertas del 2019?
Para conocer el pasado y comprender el contexto histórico y político venezolano actual, historiadores como Rafael Arráiz Lucca pueden darnos luces sobre un futuro que no parece esperanzador, y que puede ser contundente para la historia de Venezuela.
Arráiz Lucca nació en Caracas en 1959, es Individuo de Número de la Academia Venezolana de la Lengua, es Abogado egresado de la UCAB en 1983, Magíster en Historia de Venezuela, Summa Cum Laude, en 2006 y Doctor en Historia de la UCAB, en 2010. Se desempeñó como Decano-Director del Centro de Estudios Latinoamericanos Arturo Uslar Pietri en la Universidad Metropolitana desde 2006 hasta 2010. El Gobierno de España le otorgó la Orden Isabel – La Católica, en el año 2007.
Ante las interrogantes sobre la representación de la figura de Hugo Chávez y el chavismo, y ante la incertidumbre de la figura de Nicolás Maduro en el poder, Rafael Arráiz Lucca nos comenta en entrevista para Analítica.com
¿Este es un modelo económico de corte comunista o socialista?
Es un híbrido.No se ha acabado con la propiedad privada completamente, pero se ha hostigado durante distintos momentos a la empresa privada. El Estado ha expropiado muchas empresas y estas han dejado de producir. Mientras la producción petrolera era alta, tenían recursos para importar lo que se dejaba de producir aquí, ahora que la producción cayó, tendrán que buscar acuerdos de convivencia con los empresarios. No hay otro camino. Hasta en el mundo socialista que queda, saben que sin propiedad privada no hay ninguna posibilidad de desarrollo. La nueva Constitución de Cuba consagra la propiedad privada a partir de los primeros meses del año 2019.
¿Es una dictadura, que puede compararse a las dictaduras que ha vivido Venezuela en el siglo XX? ¿O es un nuevo modelo de dictadura, como muchos señalan?
Algunos politólogos hablan de Neo-dictadura o de Dictaduras de Nuevo Tipo. A mi me parece que en Venezuela la democracia no está funcionando a cabalidad porque la separación de Poderes no es tal.Los poderes no son autónomos. De hecho, el Poder Ejecutivo ni siquiera reconoce al Legislativo. Tampoco observamos los equilibrios que toda democracia requiere para funcionar plenamente.
¿Qué opinión le merece, el gobierno del presidente Nicolás Maduro? Si no es un caudillo, como lo fue el ex presidente Chávez, ¿qué es para ud.?
Tengo la impresión de que el gobierno es un archipiélago de intereses,que hay varios sectores en el chavismo. Unos más radicales que otros, y pareciera que a la hora de las decisiones pesa más el radical que el más cercano al centro. Pero la realidad es terca y la caída de la producción petrolera va a traer definiciones dentro del gobierno. No sé hacia dónde, pero es seguro que vendrá un re-acomodo en el archipiélago. Maduro, como la gran mayoría de los gobernantes de Venezuela, sabe poco de lo más importante: la economía. Supongo que escucha a unos y otros, pero no toma decisiones y al no hacerlo, cada vez sus opciones son más difíciles y el deterioro se agudiza.
Sobre la figura del caudillo y el fenómeno del caudillismo en Venezuela que surge a partir del siglo XIX y que fue afianzándose en la historia política del país, ¿qué nos puede decir?
Hay que ir más atrás. ¿De dónde viene el caudillo del siglo XIX? Viene del período colonial. No podemos olvidar que también el conquistador español que llega aquí es un caudillo, que tiene una hueste, que tiene unas patrullas, que está conquistando un territorio. Es decir, no se trata de una estructura democrática que está conquistando un territorio, se trata de un caudillo con armas que utiliza la violencia para imponerse sobre otros. Entonces, el caudillo nuestro nace a lo largo del período colonial. Pero también hay otra cosa, los pobladores originarios formaban parte de muchas etnias, esas etnias tenían caciques, que eran caudillos también. Entonces, esa idea del hombre fuerte que conduce a los demás, está presente tanto en nuestra cultura originaria como en la cultura española que llega.
¿Por qué cree ud. que esta figura se retoma en pleno siglo XX y XXI? ¿Es parte del imaginario del venezolano?
En el venezolano, como en casi todas las culturas, anidan fuertemente dos mitos: El Mito del Héroe y El Mito de la Edad de Oro. El mito del héroe lo encarnó Bolívar, se trasladó a Páez, lo retoma Guzmán Blanco y Chávez también retoma El mito del héroe. Se da una conjunción, ya que El mito del héroe chavista también va de la mano con El mito de la Edad de Oro. Se dice que aquí hubo un tiempo maravilloso en el que vivimos en el paraíso terrenal cuando éramos los buenos salvajes. «Tenemos que recuperar ese tiempo perdido que lo destruyó el capitalismo y la burguesía». Pero, por supuesto, todo eso es falso, nunca hubo un tiempo idílico en América Latina y en ninguna parte del mundo ni en ninguna cultura y, sin embargo, el mito vive. El Mito de la Edad de Oro está vivo y es algo asombroso porque eso jamás ha ocurrido, las sociedades nunca han vivido sin conflictos. Son utopías, y las utopías le han hecho un daño terrible a la humanidad.
Cuando hablamos de la figura del caudillo en Venezuela, ¿podría hablarse del ex presidente Hugo Chávez?
Sí, en alguna medida Hugo Chávez fue una continuidad de caudillismo del siglo XIX que nosotros creíamos que había desaparecido con el siglo XIX y que estaba vivo porque los procesos históricos son muy lentos. Todo lo que sea manifestación autocrática de la voluntad, pasando por encima del texto constitucional, de las instituciones, y todo lo que suponga el no reconocimiento del otro como pluralidad y como divergencia, es una actitud caudillista.
¿Y los regímenes militares, también son fenómenos que se repiten, también son parte de nuestro imaginario?
Sí, porque aquí pasó lo siguiente, los fundadores de la República en 1811 eran unos civiles. Estamos hablando de Juan Germán Roscio; de civiles, de abogados, es un hecho civil la creación de la República. Cuando se convierte en un hecho bélico, cuando Monteverde desembarca en 1812 para recuperar el territorio en nombre de los españoles y comienzan las guerras de la independencia, el hombre de armas se convierte en el epicentro de la creación de la República. Entonces, en Venezuela se da un contrasentido, y es que los creadores de la República, la República de 1819, de 1821 y de 1830 no son civiles, son hombres en armas. Eso es un contrasentido porque los militares no son los creadores de las Repúblicas, los militares son los dueños de los ejércitos.
¿En este contexto histórico, puede hablarse realmente de una V República, tomando en cuenta que la IV República quedó atrás luego del primer gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez?
Esa es una clasificación que no tiene mayor sentido. La República es una sola. Se fundó en 1811. ¿Qué ocurre? que la primera república dura de 1811 a 1812 cuando retoma el poder Monteverde. Después Bolívar retoma el poder, lo pierde en 1814 frente a Boves, la llamada segunda República. Nuevamente, Bolívar funda la República de Venezuela en 1819, siendo la tercera, que se expresa en la constitución de Cúcuta en 1821, según las cuentas del chavismo. Luego, según ellos, viene la IV que es la fundada por Páez en 1830 y, supuestamente, la de los chavistas es la que empieza en 1999 con la nueva Constitución Nacional. Esto es una manera de organizar históricamente los períodos, pero esto no tiene un fundamento consolidado. La República es una sola, es la República de los venezolanos.
¿Qué nos puede decir de El Pacto de Puntofijo?
El pacto de Punto Fijo fue un mecanismo eficientísimo, muy inteligente, sino hubiera ocurrido el Pacto de Puntofijo hubiese sido muy difícil consolidar un sistema democrático, de modo que yo soy un valorador de este pacto porque es evidente los beneficios que trajo para la democracia representativa. Después del Pacto de Puntofijo se fue avanzando en un sistema bipartidista que tuvo un período de 20 años, en algunos momentos de eficiencia política, pero ya al final, no.
Los partidos políticos dejaron de darle respuestas a las necesidades de la gente, del pueblo, y comenzó a surgir una opción distinta que fue la de la antipolítica, que la encarnaba Irene Sáez. Después, llega al poder Rafael Caldera en el año 1993 sobre la ola de la antipolítica. En ese entonces se decía que los partidos eran todos unos corruptos, eso era lo que pensaba la gente, él se monta sobre esa ola y gana. Lo que está haciendo es corriendo la arruga para la llegada de Hugo Chávez en el año 1998. ¿Qué ofrecía? Sepultar el sistema de partidos, acabar con la corrupción, y bueno, los resultados están a la vista.
¿Cuáles han sido los grandes errores cometidos en la historia democrática de Venezuela?
Yo creo que un grave error político que se cometió fue hacer la descentralización política muy tarde, eso se hizo en 1989, y era una deuda que se tenía desde el año 1947. En la constituyente de 1947 se habla de la elección directa de gobernadores y alcaldes y tuvieron que pasar 42 años para que los partidos políticos aceptaran hacer la modificación.
Eso lo hace Carlos Andrés Pérez porque él se monta con su liderazgo a hacer esa reforma política prácticamente en contra de su partido, de Acción Democrática. Eso se tardó mucho y cuando se hace comienza una nueva etapa política en Venezuela, pero los daños eran ya muy graves, se había creado todo un sistema clientelar, no democrático, de altísima corrupción entre los partidos dominantes y el presupuesto nacional, de modo que ese fue un grave error que se prolongó durante mucho tiempo.
Un error económico grave es que si sabes que tu problema es la enfermedad holandesa, por los grandes ingresos petroleros que tienes, y si sabes que dependes de las fluctuaciones del precio del petróleo, tienes que concentrar todas tus políticas económicas allí para resolver esas fluctuaciones y tener una economía estable. Eso no se hizo, por eso vivimos grandes vaivenes; los precios bajaron a 36 dólares, después a 8 dólares hasta que subieron a 148 dólares con Hugo Chávez. Ese es un problema que Venezuela tiene y que no sólo no lo ha resuelto sino que se ha agudizado.
Otro error económico es el siguiente, dependemos cada vez más de la renta petrolera, y cada vez contamos menos con un aparato productivo. Pero, cómo vamos a contar con un aparato productivo si desde el gobierno se persigue a los constructores del aparato productivo que son los empresarios. Venezuela vive una relación muy negativa con los empresarios, y esto le ha hecho muchísimo daño al país. La gente cree que los empresarios son unos vagabundos, unos ladrones que se están llevando el dinero, y resulta que los empresarios son los productores de los bienes que la sociedad necesita.
En su rol de historiador ¿cómo ve el futuro de Venezuela?
Yo creo que este largo proceso nos va a conducir a algún tipo de aprendizaje, espero que eso va a ocurrir, y que ese aprendizaje se va a expresar en una voluntad popular de cambio. Creo que los cambios tienen que ser por la vía electoral, por la vía de la democracia, del voto, de las personas que favorezcan un cambio político en Venezuela. ¿Hacia dónde? Bueno, a corregir los errores que se cometieron en los últimos años para restaurar el espíritu de la democracia, a restaurar el espíritu de la iniciativa individual y la iniciativa empresarial, a restaurar los derechos humanos, los derechos individuales, a reconstruir el elemento central de un sistema democrático liberal.
¿El llamado “Oro negro” y el desarrollo de la industria petrolera en el país son realmente una bendición o un infortunio para Venezuela?
Lo que pasa es que las economías petroleras que son monoproductoras, enfrentan un problema muy difícil de resolver que es el de La enfermedad holandesa. Venezuela comenzó a padecer esa enfermedad muy pronto, a finales de la década de los años 20. ¿En qué consiste? En que se tienen unos ingresos en divisas extranjeras muy grandes que fortalecen la moneda local y que desestimulan toda producción nacional destinada a la exportación, y se incrementa la importación de bienes, porque tienen muchos recursos para importarlos, y pierdes toda capacidad exportadora, es una enfermedad muy conocida por los economistas.
¿Cuál es su opinión sobre la situación de PDVSA?
Yo creo que PDVSA iba por muy buen camino cuando estaba asociándose con empresas extranjeras para la explotación de la faja petrolífera y de todos los yacimientos petroleros venezolanos, pero ese proceso lo revirtió el gobierno de Chávez, y entonces ahora cayeron los precios del petróleo, y no hay recursos para las nuevas inversiones petroleras, o se han reducido mucho. Tiene que producirse una apertura de la industria petrolera al capital y a la tecnología extranjera para que el petróleo pueda rendirle beneficios al país.