Chávez: Brazo gangrenado
En Abril de 1993 el brazo izquierdo del excursionista estadounidense Aron Ralston fue atrapado por el deslizamiento de una gran roca. Por largas horas permaneció así hasta que tomó la única decisión posible para salvar su vida: se cortó el brazo.
A Hugo Chávez le está pasando lo mismo con Rafaél Ramírez, su brazo financiero. Ramírez está señalado en el juicio de Miami como el responsable de las entregas ilegales de dinero a los Kirchner en Argentina. Aunque todos sabemos que las órdenes para ese acto criminal deben de haber venido de más arriba, Ramírez representa el brazo atrapado. A medida que ese brazo se gangrena, Chávez se está muriendo.
Chávez agoniza politicamente pero si no se corta a Ramírez como se operó de Rodríguez Chacín, su conexión con las FARC, su muerte política se va a acelerar. Ramírez representa un brazo putrefacto que debe ser amputado.
Bajo su mandato Petróleos de Venezuela ha sufrido cuatro etapas de deterioro progresivo: La primera etapa tiene que ver con la pérdida de producción de la empresa, unos 600.000 barriles diarios, debido a insuficientes inversiones y un mantenimiento mediocre. Ello ha sido el resultado de haber botado 20.000 gerentes y tecnicos por venganza política. Esta etapa se ha disimulado parcialmente debido al aumento en los precios del petróleo.
La segunda etapa es la que puede llamarse “roja… rojita” y arranca desde el infame discurso de Ramírez en Noviembre del 2006, en el cuál decía que PDVSA era “roga, rogita….” y amenazando a los empleados que no apoyaran a Chávez con “sacarlos a cagajazos”. Cuando toda la Venezuela decente pensaba que este hampón despreciable debía ser despedido, Chávez lo felicitó publicamente y lo animó para que siguiera hablando así.
Ello condujo a PDVSA a una tercera etapa de deterioro moral y organizativo.
Con el apoyo abierto del autócrata, PDVSA se convirtió en caja chica (grandota) de Chávez, dedicó todos sus recursos financieros y humanos a la promoción de la “revolución”, disfrazó a todos sus empleados de diablos de Yare, estableció una repartición de petróleo esencialmente gratis a Cuba, Nicaragua y otros países “amigos” y sus aviones comenzaron a volar a Cuba, o transportando a Evo Morales, a Daniél Ortega y a Danny Glover en asuntos sin relación con el petróleo. La Constitución y las leyes del país están siendo violadas impudicamente por Ramírez y su pandilla. La empresa se dedicó a importar y distribuir pollo y arroz, a hacer casas y hasta a entrenar atletas para los juegos olímpicos.
Ahora Petróleos de Venezuela ha entrado en una cuarta etapa, posiblemente la más trágica. Ya no se trata de la prostitución de su misión comercial, de la politización de sus cuadros, de su pérdida de eficiencia operativa,sino que la empresa se ha involucrado en la transferencia de dinero petrolero a mandatarios de otros países. El juicio que se realiza en Miami contra empresarios venezolanos relacionados con el régimen chavista ha mencionado a empleados de PDVSA como los actores intelectuales y materiales de envíos ilegales de dinero a los Kirchner, los parásitos Argentinos aliados principales de Chávez en el cono sur. Los nombres de Daniél Uzcátegui, Rafaél Reiter y Rafaél Ramírez han salido a la luz en este juicio. A Ramírez se le menciona como el “largo”, mientras que Durán afirma que la operación criminal solo se conocía al nivel más alto de PDVSA y del régimen chavista, “la crema de la crema”.
Si Chávez no se corta pronto este brazo gangrenado va a morir con el. Así como Rafaél Ramírez es el brazo podrido de Hugo Chávez, Hugo Chávez es el brazo putrefacto de Venezuela. Y el quirófano espera a un cirujano que no llega.