En jaque el transporte en Venezuela por cierre de Goodyear
El 2018 se ha caracterizado en Venezuela por el despegue desmesurado de la inflación, fallas en los servicios básicos y un empobrecimiento casi absoluto del sistema de transporte público. Prueba palpable de ello es el cese de operaciones de Goodyear, una herida más para un sector que ya venía en decadencia.
Después de 62 años la trasnacional Goodyear puso fin a su producción de neumáticos en el territorio nacional luego de que se vieran “obligados debido a la grave crisis económica que atraviesa Venezuela”, reza el comunicado dirigido a los trabajadores de la planta ubicada en Los Guayos, Valencia, estado Carabobo. El cierre de esta compañía se une a la de Pirelli que, después de 28 años operando en territorio nacional, cesó sus operaciones en julio del presente año.
En el año 2015 Goodyear reportó pérdidas superiores a los 600 millones de dólares y una disminución en el flujo de caja de 347 millones de dólares para la firma estadounidense. En ese entonces, explicaron que este declive fue consecuencia de la crisis económica del país.
Ahora bien, el parque automotor venezolano se ha visto fuertemente afectado en este año. Los cinco aumentos de sueldo, la reconversión monetaria, la falta de divisas, el cierre de empresas internacionales de repuestos, enmarcados en la profundización de la hiperinflación que sufre el país, ponen cuesta arriba la recuperación del transporte público en Venezuela.
Los transportistas recurren a los aumentos de pasaje con cada vez más frecuencia, pero es evidente que sus ganancias no son para poder costear los repuestos necesarios, los cuales son escasos y los cobran en dólares, sino para poder hacer frente a la inflación y lograr adquirir alimentos para sus familias.
Cada vez hay menos unidades, las que quedan optan por cobrar el pasaje muy por encima al establecido y las colas son cada vez más largas.
Por otra parte, el Gobierno nacional anunció que solicitará ante el Ministerio Público que se abra una investigación a los representantes de la compañía de neumáticos, argumentando que fue una decisión injusta para los más de 600 trabajadores, algunos con más de 30 años de servicio, que ahora se encuentran desempleados.
Con el cierre de Goodyear, Pirelli y General Motors Company es un fuerte indicador que el sistema de transporte se verá al límite de cara al año entrante.
Cierre in crescendo
Según el presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustrias), Juan Pablo Olalquiaga, solo 2.500 empresas quedan operativas en el país, asegurando también que para el cierre de 2018 solo quedarán poco más de mil empresas, entre grandes y pequeñas. Mientras más empresas cierran al no poder mantenerse debido a la inflación y a los continuos aumentos de salarios, el desempleo se recrudece, agregó el líder gremial.
Las consecuencias del quiebre de la economías venezolana se ha visto reflejada entre compañías nacionales y extranjeras. Competir contra el aumento descontrolado de precios ha puesto contra las cuerdas a los empresarios en el país. La capacidad de los empresarios de pagar las nóminas y de reponer los productos en los anaqueles es mínima. Tener un negocio en Venezuela es una carrera contra la inflación que sube más del 140% cada mes, según la Asamblea Nacional.
“El sector de autopartes está cada día peor junto con el farmacéutico. El Gobierno ha sido muy cuidadoso en cuanto a la caída de los sectores en el país. Todos están afectados menos Agroindustria. La comida es lo que más le interesa al Gobierno”, indicó el presidente de Conindustria.
Las “perreras” abundan
Desde el primer trimestre del año se ha observado el nacimiento de otro medio de transporte, conocidas bajo la denominación de “perreras”. Todo comenzó cuando efectivos de la Guardia Nacional comenzaron a llevar a ciudadanos desde Caracas hacia La Guaira en sus camiones para poder solventar la falta de transporte público que circula entre la capital y la entidad costera.
Los tranportistas se han reunido en repetidas ocasiones con el Gobierno nacional, pero todavía no han logrado solventar este problema. No han llegado a un consenso. Este tipo de transporte no están sujetas a ningún control por parte del estado, no prestan servicio a ninguna línea y, lo más importante, es que al no tener asientos, los usuarios corrían el peligro de lesionarse o de lesionar a otros, de hecho, no han sido pocos los casos en los que más de una persona se ha caído de estas “perreras”, se han lastimado y hasta fallecido.
«Yo tardo de 40 minutos a una hora esperando una camioneta para subir desde Palo Verde hasta Las Marías en una camioneta abarrotada de gente. Esta situación no la aguanta nadie. Yo llego la estación de Palo Verde a las 6 de la tarde y termino llegando casi a las 8pm», dijo Luisa Martínez, de 35 años, residente de esa zona del Municipio Sucre.
Por otra parte, para Anderson Gutiérrez, de las «perreras» han sido una solución, «si no fuese por las perreras quién sabe a qué hora llegaría a mi trabajo en las Terrazas del Ávila. Yo vivo en Petare. Pasan mucho más temprano que las camionetas y no cobran pasaje. Mis hijos también las han tomado varias veces». Sin embargo, también indicó que la crisis del transporte debe ser solucionado por el Gobierno nacional facilitando repuestos y unidades a las líneas. «A las perreras también les llegará su final por la misma escasez de repuestos», sentenció.
La repentina aparición de este nuevo método de trasportarse es solo el reflejo de la escasa iniciativa del Gobierno nacional de solventar esta problemática que cada vez se hace más y más grave. Los ciudadanos tienen la presión de llegar lo más rápido posible de sus trabajos o escuelas a sus hogares, sin importar si es una unidad de transporte o una camioneta de dudosa procedencia.
Sin embargo, el surgimiento de esta nueva opción de transporte también está destinado a desaparecer. La escasez de partes y repuestos afecta a todos por igual, sin importar nada. En consecuencia, el próximo año habrá todavía menos transporte circulando en las calles. Al parecer, la inflación acelera sin importar los neumáticos.