Reordenamiento del territorio: Los cuarteles fuera de las ciudades
Para la reconstrucción que parece requerirse después de la década de aniquilamiento del aparato productivo nacional, que ha llevado a la máxima importación de los alimentos y otros productos indispensables para la supervivencia, exceptuando los armamentos, siguiendo el modelo cubano, debe tratarse la situación del reordenamiento del territorio, en cuanto las fuerzas militares parecen estar mal localizadas.
Desde hace años hemos venido insistiendo en la conveniencia de modernizar, actualizar y redimensionar las fuerzas armadas nacionales. En principio, para nosotros, no deberían existir, son un rezago obsoleto, dispendioso e inútil en estos tiempos modernos, cuando existen otras urgencias prioritarias, como la pobreza, la mala ocupación del territorio, con zonas superpobladas (los estados centrales) y zonas absolutamente desérticas como las selvas, los llanos.
Pero atando las dos preocupaciones anteriores: uso de la tierra urbana y rural para reordenar la producción nacional y conveniencia de racionalizar los militares, surge la urgente revisión de los planes reguladores de las ciudades, donde el uso la tierra debe ordenarse, de sacar a los cuarteles de las principales ciudades, donde han quedado entronizados, con enormes extensiones de terrenos bien ubicados, y generalmente ociosos o improductivos, incluso playas y clubes privilegiados, a cuenta de los regímenes militares que ha padecido el país en tiempos remotos, o sea desde siempre.
Debería procederse, en los nuevos tiempos por venir, la migración de los cuarteles desde las zonas y municipios hacinados de población, hacia los montes y las fronteras deshabitados, donde constituyan centros de colonización — y liberen los terrenos urbanos para las distintas necesidades, hospitales, escuelas, universidades, centros deportivos, empezando, por ejemplo, con Maracay y Caracas. Manos a la obra.