Tiempo perdido
A los políticos siempre les ha preocupado la historia y la imagen que de ellos se tenga en la memoria colectiva; esto en parte explica la frase “la historia me absolverá” que se le atribuye a Hitler después de su fracasado intento de golpe de estado y que repitiera Fidel Castro también en su fracasado asalto al cuartel Moncada. La historia en verdad los trata bien y hasta los halaga mientras tengan la posibilidad de escribirla desde el poder, pero una vez perdido este por lo general pasan a ser lo que fueron en realidad: victimarios y destructores de su propia gente y país, así fue con Hitler y así será con Fidel.
En otro orden de ideas y ya en el ámbito nacional, nuestro presidente será recordado cuando deje el poder como el presidente del tiempo y las oportunidades perdidas, el que malogró las mejores posibilidades que el país tuvo en mucho años para su progreso y bienestar colectivo. La soberbia y la ignorancia en el arte y en la ciencia del gobierno nos ha hecho perder 12 años y así lo comenta D.F. Maza Zabala con su competencia, objetividad y ecuanimidad acostumbrada:
“…el país ha perdido la oportunidad de desarrollarse teniendo como punto de apoyo la extraordinaria bonanza petrolera y de los metales básicos; otra bonanza petrolera como la pasada no tendrá lugar en el futuro previsible. Es paradójico que un país petrolero como el nuestro sea casi el único de América Latina que no crecerá este año ni el próximo y que padece la más alta inflación de la región. Inclusive, los países cuyos gobiernos siguen, de alguna manera, lo que se denomina el socialismo del siglo XXI, como Bolivia, Ecuador y Nicaragua, están en mejor posición que Venezuela.
Estamos sumergidos en el subdesarrollo bastante más que hace 12 años y padecemos la dependencia externa en mayor grado. La población venezolana ha crecido hasta sobrepasar los 28 millones, pero su calidad se ha deteriorado: nos alimentamos menos y con mala calidad, el alojamiento es precario (Un déficit habitacional de 2 millones de unidades), los servicios básicos dejan mucho que desear y el desempleo efectivo afecta a más de un tercio de la población activa. El gobierno confronta una insuficiencia evidente de recursos fiscales ordinarios, en tanto que sus requerimientos de gasto aumentan. Tendrá que recurrir al endeudamiento o reajustar el gasto. Es una necesidad la reforma del régimen cambiario: la soluciones parciales practicadas y por practicarse son alivios transitorios.” D.F Maza Zabala. Revista Zeta del 13 al 19 de Agosto de 2010 No. 1767.