La Opep: Medio cupón
Los factores del poder internacional y la prensa occidental ignoraron a la OPEP desde su fundación en Bagdad el 14 de setiembre de 1960. Luego de que Venezuela en 1970 –y más tarde los demás países miembros-, comenzaron a fijar unilateralmente los valores de exportación, la OPEP fue estigmatizada como un “cartel.” Se trata más bien de Estados soberanos que buscan la estabilidad del mercado a un precio razonable para un recurso natural no renovable, como reza su estatuto fundacional.
El consumo creciente y la ausencia de sustitutos permitieron a la OPEP, que detenta 77% de las reservas mundiales, tomar el sartén por el mango, a partir de 1970. Hechos de naturaleza geopolítica, sin embargo, provocaron, en medio de una férrea especulación, escaladas abruptas en los precios (Guerra del Yom Kippur en 1973, remoción del Sha de Irán en 1978, guerra Irak-Irán en 1980, etc.).
Los precios colapsaron en 1986 por la caída del consumo y la expansión de energías sustitutivas. La OPEP restableció, en diciembre de 1986, el equilibrio del mercado y fijó una cesta marcadora de $18/b, a partir de la cual la demanda reinició su persistente ascenso, hasta la crisis financiera de 2008.
La OPEP juega hoy un rol estabilizador del mercado que conviene a países productores y consumidores. Actúa como un banco central proveyendo de liquidez al mercado para mantener el engranaje de la economía mundial. Si deja que los precios se eleven por encima de su valor de remplazo, se perjudican todos; y si permite que bajen demasiado, también, al generar desinversión y despilfarro.
Su reto futuro es cómo proteger su espacio en la matriz energética mundial ante el auge de las energías limpias y el cambio climático.
