Economía

Parasitismo y negligencia criminal

Darío Vivas en la AN pidió al TSJ una ley para que los arrendatarios con 15 años en una vivienda “la asuman” (en lenguaje revolucionario, que dejen de pagar alquiler y vivan en ella hasta que el Estado la asigne a otro, imprescindiblemente camarada). Por TV, el fascista Tascón hace años, dramatizaba telenoveléricamente sobre “la triste situación de quienes no tienen vivienda, habiendo tantas en playas, montañas y llanos, que sólo se usan los fines de semana, las cuales a su muy fascista juicio deberían ser asignadas por el gobierno a los que no tengan”. Un lector en Quinto Día sugiere, al que dirige la podredumbre, que “Ordene la suspensión de las medidas cautelares que afectan a miles de inquilinos, víctimas de instrumentos legales que favorecen a sectores poderosos…y otorgue el derecho de adquirir vivienda a todo arrendatario con más de un año de permanencia. No puede tolerarse que alguien utilice la vivienda como mercancía de disposición libre que atenta contra la Constitución”.

Proponen desconocer las leyes, los derechos de los propietarios de las viviendas ofrecidas en alquiler o vacacionales, irrespetar el Trabajo. Los tres evidencian el exceso de populismo que caracteriza al régimen, buscan “Ganar Indulgencias con Escapulario Ajeno”, sin escrúpulos para despojar a los legítimos dueños en aras de “beneficiar a los pobres”, su comodín permanente, pasándose por el forro el marco legal y la Justicia, que respaldan a quienes hicieron los esfuerzos para construir-comprar y mantener esas viviendas, que dan en alquiler o usan para vacacionar con sus familias y amigos. No mencionan la negligencia del gobierno, que teniendo los recursos y siendo su obligación, no ha construido las viviendas para satisfacer la creciente demanda (salvo unas pocas y cancerígenas petrocasas). Con un millón de millones de dólares, en casi doce años, hubieran podido construir más viviendas que todas las existentes para alquilar o vacacionales. Lo que jamás mencionarán es el factor parasitario detrás de muchos hoy chavistas (antes adecos y copeyanos, siempre pancheros) que buscan les salga gratis no sólo la vivienda, sino la comida (aunque sea podrida), la ropa, el transporte, aunque para ello deban despojar a los legítimos propietarios, o esa gratuidad derive de la desviación de los dineros de todos en beneficio de los vagos y parásitos.

Particularmente el párrafo del lector, que refleja la actitud del promedio de los que respaldan este tipo de despojos (junto con las invasiones), evidencia ignorancia del marco social y legal que pretende usar en respaldo de su mezquina propuesta. No son sectores poderosos todos los propietarios que ofrecen una vivienda en alquiler, ni atenta contra la Constitución utilizar la vivienda como mercancía de libre disposición. Muchos propietarios dependen para sobrevivir de la renta -regulada por el gobierno- obtenida por la vivienda que alquilan, y en la Constitución precisamente se establece la garantía al Derecho de Propiedad, que incluye el uso, goce, disfrute y DISPOSICIÓN del bien, por lo que incurren en delito quienes atenten contra cualquiera de esas condiciones. La situación se agrava cuando es el Gobierno el ente que estimula y permite las violaciones a la Constitución, en su desesperación por mantener respaldos electorales, el lumpen es su bastión más fuerte, el sector social con menos ciudadanía y más necesidades, y como un adelanto de la anacrónica eliminación total de la Propiedad Privada que implementan todos los Estados Comunistas, para convertir en súbdito del Gobierno a la población. Lo hicieron así en todos los países que conformaron la URSS, incluyendo sus satélites, con Cuba de franquicia en el Caribe, así como en China y Vietnam. Todos colapsaron.

El caso de Franklin Brito es la más dramática evidencia del injusto resultado de  la aplicación de este “modus vivendi” prepotente, a la propiedad de un individuo o de un grupo, para supuestamente beneficiar a una cantidad mayor (mecanismo para amarrar votos, de los “agradecidos” beneficiarios del vulgar despojo; vivienda, parcela, granja, finca, empresa, a escala pequeña, mediana o grande). Una actuación profesional de Brito, Biólogo y Educador, ajustada al respeto ambiental y procurando un ahorro al Municipio donde prestaba sus servicios, ocasionó la vendetta que destituyó de sus trabajos a él y su esposa, y además repartieron sus tierras, en las que venía produciendo exitosamente, entre varios vecinos inescrupulosos, aparentemente pro-oficialistas. Brito inició sus reclamos por las vías formales, que por supuesto no fueron atendidos. Se vio entonces en la obligación de protestar por otras vías, comenzando su lento calvario, al declararse en Huelga de Hambre, hasta recibir del oficialismo promesas que eran a su vez incumplidas, para hacerlo retomar la huelga de hambre, en un círculo vicioso donde el cinismo de las autoridades se superó a sí mismo, cuando decidieron secuestrarlo y encerrarlo en el Hospital Militar de Caracas, con la anuencia de la supuesta Defensora del pueblo (y Brito es parte del pueblo), y el diagnóstico de desequilibrado mental emitido ¡ por una abogada !, la complaciente y nada ética Fiscal General, quien de paso cometió ejercicio ilegal de la profesión de Medicina Siquiátrica.

Son muchas las violaciones a la Constitución en el trato dado por el Gobierno rojo rojito a Franklin Brito, comenzando por las referidas a respetar su Propiedad, sus Libertades y su Vida. Habiéndolo secuestrado, bajo falsas e ilegales premisas, desde diciembre, tenían la obligación de garantizar su Vida, lo cual evidente y lamentablemente no hicieron, así como también estaban obligados a responder su justo reclamo, por el despojo de que fuera víctima, a partir de una arbitrariedad que continuó multiplicándose, incluso hasta después de su fallecimiento. Ahora pretenden imputar a su familia por “inducción al suicidio”, una nueva aberración que refleja la mala entraña de los que se ofrecieron para resolver los problemas del país, y los han empeorado.

Lo irónico es que toda esta pesadilla comenzó con una breve declaración del jefe de un sangriento golpe militar, asumiendo la responsabilidad, reconociendo el fracaso y llamando a deponer las armas. Lo que se resume en el famoso “por ahora” es la esencia del respaldo popular, catalizado a favor de quien cosechó el descontento por las fallas y carencias de los gobiernos blanquiverdes, cuyos líderes jamás reconocieron sus faltas ni se esforzaron por implementar mecanismos idóneos para superarlas. Pasantía por el abstencionismo, maquillaje como demócrata, y el sobreseído Chávez es depositario de las esperanzas de un pueblo, al que prometió erradicar la Corrupción, el Sectarismo, el Populismo, y los vicios que mantenían nuestra Economía dependiente del petróleo, para diversificarla, aumentar los empleos, reducir la inflación y el costo de la vida, construir y mejorar hospitales, escuelas, viviendas, parques, respetando a la iniciativa privada y el pluralismo político. Todos los problemas han aumentado desde 1999, les han añadido la sistemática praxis divisionista para enfrentar a venezolanos con venezolanos, y el muy vergonzoso tutelaje cubano. Trasladan todos los mecanismos que el régimen totalitario castrista ha utilizado para someter a la sociedad cubana, que de todos modos trata de abrir senderos democráticos en medio de la bruma del pensamiento y partido únicos, rémoras estalinistas que, junto a las otras recetas comunistas, han llevado a Cuba a la postración y miseria, de lo cual intenta salir la “nueva administración”, con Raúl el pragmático a la cabeza de un politburó en remodelación. El zombie desplazado Fidel -un jarrón chino-, ahora pretende pontificar sobre la paz y en contra de las armas nucleares. Recordamos su complicidad con las bases de misiles rusos, crisis de 1962.

            La canallada de pretender acusar a la familia de Franklin Brito por presunta inducción al suicidio, se inscribe en la evasiva conducta del devaluado caudillo de negar su responsabilidad en absolutamente todo cuanto ocurre en su reino, siendo ya motivo de risa o aburrimiento, aun entre sus menguantes huestes, su reiterado empeño en achacar las responsabilidades por lo que se ha hecho mal o dejado de hacer desde hace casi doce años, el lapso de su fracasado y vergonzoso régimen, a la “cuarta” república, al Imperialismo o a la oposición. Una degeneración de esta última variante es la inescrupulosa y cobarde acusación contra los deudos de Brito (quien, de paso, era chavista cuando tocó los intereses y el ego del camarada Alcalde, que produjo las primeras injusticias contra el Biólogo Educador, a las cuales se fueron agregando otras, hasta llegar a difamarlo, secuestrarlo, aislarlo y dejarlo morir, como a Zapata Tamayo en Cuba).

Buena parte del carisma de Chávez, emanó del reconocimiento público de su responsabilidad en los sangrientos hechos del 4F, y se ha venido diluyendo como el número de sus seguidores, precisamente porque no sólo niega su responsabilidad en la agravada crisis del país, sino que infantilmente persiste en echarle las culpas a factores ajenos a la administración gubernamental, bajo su mando, que ha tenido a su cargo todos los manejos presupuestarios, las políticas económicas, hospitalarias, sanitarias, habitacionales, educacionales, cuyo saldo hoy es innegablemente negativo. Eso se verá reflejado en los resultados electorales del 26S, de los cuales debe emerger una AN plural y comprometida a cumplir las funciones contraloras del ejecutivo, que le asigna la Constitución al poder legislativo. Las injusticias cometidas contra Franklin Brito son una razón más para ir a Votar contra quienes irrespetan las leyes y destruyen al país. Es un Voto Castigo muy merecido.

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