Derrotados Sánchez, Iglesias y Zapatero en la UE
Gerónimo Figueroa Figuera
Una fuerte derrota en la reunión de cancilleres de la Unión Europea, sufrió este lunes 15 de octubre el presidente del gobierno socialista español, Pedro Sánchez, cuando a través de su canciller, Josep Borrell, apostó a cambiar las sanciones económicas y políticas aplicadas a funcionarios y familiares del régimen dictatorial de Nicolás Maduro, por actos de corrupción, lavado de dinero y violación de Derechos Humanos en Venezuela. Las sanciones implican congelación de cuentas en euros y dólares depositados en bancos de la Unión, confiscación de propiedades adquiridas presuntamente con dinero lavado e igualmente prohibición de visitar y residenciarse en esos países.
Después que Pedro Sánchez logro pagar con saliva de loro 170 votos del PSOE, Podemos, PNV, PdeCAT, Compromís y NC, que a su vez representan a 22 mini partidos, incluyendo a los separatistas catalanes, contra 169 de del PP y ciudadanos, con los cuales impuso un voto de censura parlamentario contra el gobierno democrático del Partido Popular de Mariano Rajoy, utilizando como bandera que convocaría elecciones lo más pronto posible para estabilizar la democracia española, pero después de juramentado por el rey Felipe VI, Sánchez se alzó con el coroto y dijo que su gobierno terminaría el tiempo restante para la elección de la próxima legislatura de acuerdo a la constitución nacional española.
Luego Pablo Iglesias, una persona hambrienta de poder como sea, cargado de odios y resentimientos contra las instituciones españolas, presidente de Podemos y principal socio numérico con votos en el parlamento español, después del PSOE, presionó para que le dieran su tajada en el gobierno español. El ejemplo de Iglesias lo siguieron el resto de mini partidos que ayudaron a “tumbar” a Rajoy para pedir su parte. Los separatistas catalanes por su “ayuda” lo que pidieron a Sánchez fue la convocatoria de un referendo ilegal para separarse de España, y libertad de presos por convocar otro referendo igual en 2017. Sánchez no ha encontrado una respuesta para los catalanes.
Luego que Sánchez “armó” su gobierno con retazos de los partiditos que lo apoyan, presionado por Pablo Iglesia, cuyo partido Podemos fue financiado con dinero venezolano, viajo a Colombia en julio de este año, desde donde, sin preguntar a nadie de la oposición democrática venezolana, declaró que su enclenque gobierno estaba de acuerdo con un dialogo en Venezuela para resolver la crisis, y al mismo tiempo repitió lo que la canciller de Alemania Angela Merkel había dicho, la donación de 35 millones de euros por la Unión Europea. Luego a finales de septiembre 2018 envió a Brasil al canciller Josep Borrell, para que declarara que la denuncia contra Maduro en la Corte Penal Internacional, no tenía fuerza jurídica.
Una vez cumplida la “misión” en e Brasil, el canciller Josep Borrell, regresó a Luxemburgo para participar en la reunión de cancilleres de la Unión Europea, afirmando que su gobierno, o sea el de Pedro Sánchez, en esa reunión apostaría suspender las sanciones a corruptos y violadores de Derechos Humanos del gobierno venezolano, a cambio de iniciar otro dialogo mas para buscar solución a la crisis humanitaria venezolana. Estas declaraciones inmediatamente desataron una serie de protestas en los medios de comunicación y redes sociales por parte de venezolanos en el exilio, especialmente del alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, hoy en el exilio por la persecución en su contra.
Por supuesto que en esta olla de cambiar sanciones por dialogo, también metió la cuchara el régimen de Maduro al querer tapar la muerte en extrañas circunstancias del concejal Fernando Albán, en las instalaciones del sebin en plaza Venezuela, expulsando de nuestro país al preso político más emblemático por las presuntas torturas recibidas durante cuatro años, Lorent Saleh, quien viajó acompañado desde Venezuela a España por un funcionario de la cancillería del gobierno de Pedro Sánchez, creyendo que con eso iba a engatusar a los cancilleres de la Unión Europea para que aceptaran la proposición de Josep Borrell, presentada por el gobierno de Sánchez presionado por el socialista radical Pablo Iglesia.
Sin embargo, pareciera que Sánchez, Iglesias, Zapatero y el canciller Borrell, no midieron la capacidad de respuesta de los gobiernos de Francia y Alemania. El presidente Macrón este año, no solo recibió a una delegación de venezolanos integrada por Antonio Ledezma, Julio Borges y Carlos Vecchio, para brindarles apoyo a la lucha, sino que sumó a Francia a los países que demandaron en la Corte Penal Internacional. Mientras que Angla Merkel había dicho el 13 de octubre que su gobierno presionaría más al régimen de Maduro para obligarlo a ceder y salir del poder.
No hay dudas que las posiciones de Francia y Alemania, los países más fuertes económicamente y políticamente en la UE, obligaron al canciller de España antes de finalizar la reunión a recular diciendo que él nunca había planteado cambiar las sanciones por diálogo. Desmintiéndose de un día para otro. Así son los comunistas-socialistas cuando los derrotan democráticamente. La vocera de la Unión de Cancilleres, Federica Mogherini, dijo que en la reunión no se aprobó la proposición de España porque en Venezuela no hay condiciones para una mediación ni para un dialogo, por lo tanto, las sanciones a corruptos y violadores de Derechos Humanos continuarán.
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