Me cuadro con…..
Reconozco que es bien difícil – cuando no se pertenece a ningún partido político – aunque se coincida con la doctrina social de algunos, muy pocos – y se piensa votar con la tarjeta “Sale pa´llá” – pronunciarse por un determinado precandidato de la oposición, para las elecciones presidenciales, porque, además, todos son buenos, sin embargo es necesario hacer un ejercicio dinámico que coloque sobre el tapete los principios políticos, económicos y sociales que deben privar en esta selección para una de las contiendas electorales más difíciles de nuestra historia democrática, pues es una justa desigual entre demócratas respetuosos de las normas constitucionales, con recursos limitados, y el poderoso caudillo de una secta ecuménica, de recursos ilimitados, carente de escrúpulos, con una clientela ávida de vivir sin trabajar – que ama la parte sin responsabilidad con el todo – que domina todas las instancias de poder, incluyendo al poroso Consejo Nacional Electoral, que estará presidido para esa fecha por una funcionaria intensamente comprometida con la reelección del presidente en ejercicio que no duda en endeudar la producción petrolera a futuro para sobornar a los más necesitados. Sin embargo, ha sido tan amplia y ancha la ineficacia y la corrupción de esta gestión nefasta, que el pueblo que hasta ayer lo aupaba esperanzado, se ha dividido verticalmente en todos sus segmentos, incluyendo el segmento “E” en el cual era imbatible, con tendencia mayoritaria hacia un cambio sustancial de gobierno, lo que predice su derrota para el 7 de octubre de 2012.
Propuesta Política
Desgraciadamente para el progreso de la nación, Chávez colocó el motor del carro, que es la economía, en el asiento trasero, privilegiando la inversión sustancial de su largo gobierno en el acento político, con la aviesa intención de implantar el comunismo fidelista en América latina, mediante una cruzada multimillonaria antiimperialista, lo que ocasionó un cuantioso dispendio de la renta, tanto petrolera, como de la recaudación interna del IVA, del ISLR y de los aranceles aduanales, derivando este delirio de internacionalización revolucionaria en una deuda externa de dimensiones colosales, que hipoteca irresponsablemente al país por generaciones, lo que, digámoslo claro, a la “gran barriga mondonguera” de la alegre clientela franelita colorá, feliz de pertenecer al parasitismo social, le importa muy poco. Así que, actuando en consecuencia hay que comenzar enderezando el entuerto político antes de colocar la yunta económica – gobierno/empresa privada: “es la economía, estúpido” – como punta de lanza de la recuperación republicana. Por ello – y yo lo dije primero –insisto en la urgente necesidad de convocar un Congreso Constituyente – el asambleismo comunista debe desaparecer – para redactar una Constitución principista, democrática y civilista; e instaurar un gobierno de transición democrática que devuelva los militares a sus cuarteles a cumplir con sus honrosas funciones superiores, como defensores de la integridad territorial de la patria y de su ordenamiento democrático. Rescatar a PDVSA como empresa fundamental de la economía del país, comenzar a poner orden en las finanzas públicas, revisando con lupa la deuda adquirida irresponsablemente por Chávez en detrimento generacional. Y establecer los juicios necesarios – con jueces probos e independientes designados por pulcro concurso de credenciales – contra los corruptos de esta sórdida administración. Dando inicio así a un nuevo orden republicano – cuyos presidentes durarán seis años en sus funciones, sin reelección – blindado por la Constitución, que albergará su protección contra intentos de modificación fraudulentos – como invocaciones a plebiscitos tumultuarios – contemplando 30 años de cárcel, sin atenuantes ni beneficios, para todo quien atente contra el orden civil y democrático de la república. El militarismo ha sido el cáncer de este país, cuyas consecuencias han sido el atraso secular y la dependencia por el miedo.
Ese presidente debe…
Comenzar una inmensa campaña educativa para eliminar de la psiquis colectiva la palabra “gratis” para introyectar la dignidad de la tríada “trabajo, estudio – conocimiento es dinero – y responsabilidad” como fórmula del progreso colectivo por el desarrollo del individuo, en una economía de libre mercado y libre concurrencia, popularizando el capitalismo como única vía posible para el progreso material humano, con pleno respeto por la propiedad privada – que debe afectarse en casos especialísimos de bien común – incentivo a la producción nacional – con incentivo a la pequeña y mediana empresa y al desarrollo industrial “aguas abajo” – con énfasis en el logro de la soberanía alimentaria tan vulnerada por la estupidez comunista de Chávez, que privilegia al empresariado extranjero en detrimento de lo hecho o producido en Venezuela.
En conclusión
Queremos un gobierno que inicie la conversión del pueblo en ciudadanía activa – cambio petróleo por ciudadanos – responsable de sí, de los suyos y de la nación, que considere un insulto la dependencia y aprenda a usar la libertad para crecer. Un ciudadano que esté en verdad orgulloso de ser venezolano, porque con su esfuerzo su patria se habrá colocado en el podio del planeta. Así que yo me cuadro con…