Algo está pasando y no lo queremos ver
A raíz de nuestra columna, ¿Son Capriles y Maduro irreemplazables? (El-Universal 05-11-13), la polémica no se hizo esperar. Notable la división de la oposición en torno a Capriles y sus visiones sobre cómo competir por el poder. También llama la atención el modo como nos tratamos los venezolanos. No dejamos de ser -aun asistidos de una gran nobleza- tierra altiva y contestataria en la que abunda el tono displicente para decirnos las cosas.
Es sano de vez en cuando vernos en el espejo. Revisar nuestros modos, se convierte en un tema de evaluación política, en la medida que comprendamos que todo resquebrajamiento empático, proviene de expresiones negativas que anulan la disposición fundacional, para asentar bloques de unidad ciudadana y de identidad grupal (base sistémica de las mayorías). «Criticar» a Capriles no debe generar reacciones desmesuradas, similares a las que sus seguidores critican al gobierno. A fin de cuentas lo que queremos es aportar para ilustrar y mejorar… Nuestra visión crítica del rendimiento político de Henrique, alerta deficiencias que no avivan el amalgamiento opositor ni la simpatía del chavista arrepentido. Los elementos de inconsistencia son el fraude electoral, la estrategia de comunicación y denuncia y un discurso que mimetiza lo socialista.
Clementina comentando nuestro ensayo expone en defensa de Capriles: «Entonces nombren otro líder con más popularidad, más gestión, más credenciales, más votos y más joven…». Y agrega: «Es una irresponsabilidad dárselas de «exquisitos» opinando sin la autoridad moral de lucha…Sus actos [de Henrique] demuestran que ha sido honesto, eficiente, que se ha ganado cada voto por Venezuela»… En la otra esquina, Numitor le responde: «Lo que hizo [Capriles] fue negociar y legitimar. No solo lo reconoce [a Maduro], sino que le exige que «gobierne bien»… Llamar a votar ratifica que reconoce al CNE y al dictador… Nada hizo. Ni defender contra el fraude, ni organizar resistencia». Clementina riposta: ¿Por qué acusan a Capriles? ¿Porque no pisó el peine el 15A-13? ¿No son capaces de valorarlo por evitar una masacre? ¿Les parece poco que NO reconoce al ilegítimo en nombre de 8 millones venezolanos?… ¡Los abstencionistas idiotizados sí son un lastre pero les pasaremos por encima!». Numitor concluye: Deje así, estoy viejo para cuentos…La gente adulta debe ser responsable.
El intercambio proviene de una misma «línea de pensamiento». Estoy seguro que ellos esperan un cambio para Venezuela desde una misma visión: liberal, decente, próspera y dependiente de nuestro trabajo y no del arrebato de nuestro petróleo o el despojo de nuestras propiedades. Sin embargo, hay desespero y la confrontación intolerante es pauta. Ambos culminan exigiendoseriedad. Y esta es la clave. Tanto Clementina como Numitor, tienen un punto serio: Para ella, Capriles ha trabajado duramente por lo que se ha ganado la mayoría de oposición…Y para Numitor, Capriles no ha sabido defender los votos (que lo hicieron mayoría), dándole legitimidad a Maduro, reconociendo al árbitro y encendiendo la frustración (enviándoles a la lona) de muchos disidentes… Dos visiones aparentemente irreconciliables, pero no para este columnista.
No desconozco el alcance del trabajo de Capriles. Enaltezco su disposición de sacrificio e incluso de inmolación. Así lo he manifestado en nuestros ensayos y declaraciones públicas (v.p. Capriles hace lo que debe… ¿y nosotros?/El Universal 18-06-13). Pero calificar de «mente pollo» o de ser «una manada de locos de sofisticada preparación académica» (Carlos R. Hernández/El Universal 10-11-2012) a quienes denuncian fraude y advierten que en Venezuela no hay democracia porque no hay una competencia justa e imparcial por el poder, es despreciativo (con todo el afecto e incuestionable respeto intelectual que siento por Carlos Raúl)… Es a partir del respeto del liderazgo de Capriles, como muchas voces también respetables, le piden plantarse frente al CNE y apretar exigencias. De lo contrario lo que se avecina es un tercer bloque de oposición, escenario en el cual habrá chavismo indefinidamente.
Me gustó lo que un lector -Francisco- le respondió a Hernández: «Señor, deje hablar a la gente. Exponga sus puntos de vista sin atacar a quienes expresan sus consideraciones de manera objetiva. Exponga Ud. los suyos, también objetivamente, sin ataques… No mate al mensajero… No es posible que Venezuela se despierte sin alegría (después de cada elección) y supuestamente una mayoría ganó. Aunque no haya personas que hablen de eso, se siente en el ambiente. Algo pasa…». Pues sí. Algo pasa y nos seguimos empeñando en solo votar.
Buen encuentro de Capriles con el Papa. Excelente su texto. Espero se haga el milagro y cese la ignominia. Como le dije a Clementina, anhelo el día que todos los venezolanos, después de tanto maltrato, podamos tomarnos un café.
t @ovierablanco