Defender el Euro
El Euro es mucho más que un signo monetario. Es la fase superior del proceso de integración entre Estados-Nación más acabado en la Historia Moderna y Contemporánea. El Imperio Romano, el Imperio Español y el Imperio Británico tuvieron su moneda única; pero a costa de la subyugación de otros pueblos.
Los 16 Estados-Nación que conforman la Unión Económica y Monetaria tienen en el Euro un vehículo idóneo para perfeccionar su integración total. En cuatro décadas los europeos pasaron de ser sólo una zona de libre comercio y una unión aduanera, a constituirse en un mercado único con libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas.
La moneda única está siendo asediada por los coletazos de la crisis financiera mundial de 2008, a propósito de los desajustes económicos y sociales que sufren Irlanda, Portugal, España y Grecia. La prensa inglesa, tan victoriana, y la norteamericana, a diario ofician la extremaunción del Euro.
Los europeos sienten que no fue en Berlín o Paris sino en Nueva York donde se gestó la crisis y consideran el ataque al Euro como una conspiración urdida en Wall Street y en the City para debilitar el modelo social europeo, el cual descansa sobre tres pilares: democracia, economía social de mercado y seguridad social generalizada.
No es conveniente para la paz del mundo que el modelo social europeo entre en una crisis terminal. Es cierto que el modelo es costoso en tiempos de globalización; pero aún admitiendo que la Unión Europea debe superar su desfase productivo y tecnológico frente a Asia, Estados Unidos y los nuevos gigantes emergentes como Brasil e India, el modelo europeo debe continuar siendo un referente para el mundo y para los países en desarrollo.
