Las cuentas no les cuadran
Las cifras de un país deberían ser intocables. Jugar con las estadísticas no logra otra cosa que confundir y engañar a los votantes, al tiempo que hace imposible cualquier intento de lograr una planificación adecuada para mejorar al país. No importa cuánto manipule las cifras, la realidad siempre se percibe debajo del velo con que intentan cubrirla.
Cuando lo engañan una sola vez, usted puede incluso poner en duda su instinto y tomar esas mentiras como verdades. Cuando las mentiras se repiten, usted deja de creer hasta en las verdades más solidas.
El Ministro de Agricultura se daba golpes de pecho ayer, inconforme con el “crecimiento” muy pequeño de la agricultura, durante el año pasado, del cual no está conforme. El produce las estadísticas y viene corriendo la arruga por unos años, hablándonos de una revolución agropecuaria que tiene números crecientes, pero no productos en los estantes. El venezolano de a pie mide a la revolución agrícola por los huecos en los estantes.
El Ministro del Interior también entregó resultados, reconociendo su incapacidad para mejorar las cifras de homicidios, luego de vendernos la noticia de que otros crímenes han disminuido. El mismo debe tener dificultades para creer que los delitos diferentes a homicidios disminuyeron. Hay robos, asaltos y secuestros a mansalva como parte de nuestra realidad diaria. El venezolano de a pie mide la inseguridad por la prensa, no por las estadísticas de los Ministros.
Pueden repetir hasta el cansancio que cumplieron la meta de ciento cincuenta mil “soluciones habitacionales” durante el año pasado, pero no tienen como entregarnos una lista que nos demuestre donde las construyeron. Las pueden “contar”, pero no las pueden mostrar. Usted y yo medimos las cifras de construcción, por el movimiento que generan, por las grúas, por los camiones de acero y cemento. Difícil creerles, cuando ya entendemos el valor de una estadística producida por mentes oficiales.
Prepárese para escuchar “logros”. La Asamblea se vestirá de gala para que el presidente rinda su informe anual, este próximo viernes. Mientras él le hable a los diputados, y al país, seguirán pasando cadáveres hacía la morgue, usted seguirá zanqueando una lata de leche y un litro de aceite, los refugiados seguirán quejándose y los centros médicos seguirán empeorando. El río Guaire seguirá sucio y el Metro de Caracas seguirá experimentando retrasos mientras la producción y refinación petrolera seguirá empeorando. Eso sí, la popularidad del presidente, en las encuestas que ellos producen, seguirá creciendo cada día.
Las cuentas no les cuadran. Tampoco las de octubre 2012.