Opinión Nacional

Votar contra el saqueo

De la noche a la mañana el gobierno de Nicolás Maduro pareciera que apela a una peligrosa estrategia para tratar de bajarle el volumen a las elecciones del 8 de diciembre, en las cuales se avizora una estruendosa derrota para los candidatos maduristas y, por ende, una gran victoria de las fuerzas democráticas, agrupadas en la Mesa de la Unidad (MUD).

Incitar a la toma de empresas comercializadoras de artefactos del hogar bajo el argumento de que especulan con los precios concluyó en el saqueo de Daka y en la arremetida contra otras compañías que ahora son calificadas de enemigas por parte del presidente Nicolás Maduro.

Tradicionales empresas expendedoras de electrodomésticos pasaron a la extensa lista de actores adversarios del régimen, el cual cada día tiene más críticos y menos amigos porque hasta se redujo la cifra de apoyo oficialista y, en consecuencia, el régimen anda desesperadamente tratando de recuperarlos, gimiendo por sus votos.

El saqueo es filibusterismo, es tomar por vía de la violencia lo ajeno, es entrar a un lugar y apoderarse de todo sin respetar los derechos de sus propietarios y constituye una acción abominable desde todo punto de vista porque crea antipatías y divide a la población. Fomenta la violencia, la desunión, la delincuencia y ningún efecto positivo genera.

Pareciera que ese saqueo del sábado 9 de noviembre fue alentado por la declaración presidencial de Maduro al llamar “bandidos” a las empresas vendedoras de electrodomésticos, cuestionarles la actividad comercial y posteriormente poner en entredicho quien, entre la empresa y el consumidor, era un verdadero saqueador, recordando la argumentación del extinto presidente Hugo Chávez en torno al “hurto famélico”, justificando increíblemente el robo.

Esa fuerte declaración del gobierno nacional muy probablemente alentó a un grupo a saquear Daka, en Valencia, a mantener bajo amenaza a otros establecimientos y a crear un clima de incertidumbre en el país que en la actualidad solo convendría a un sector: al gobierno nacional.

El escenario actual en el país muestra que Maduro anda haciendo desesperados intentos por elevar la imagen de su malogrado gobierno que ha fracasado en la aplicación (o no aplicación) de todas sus políticas, en absolutamente todas, desde la seguridad hasta la política alimentaria, pasando, evidentemente, por la política económica.

Somos una nación donde la vida no vale nada en razón de que el gobierno se niega a cuidar a sus ciudadanos y ya, en el 2013, la cifra de los asesinatos sobrepasa los 160 mil crímenes desde 1999 al 2013*); escasean los alimentos básicos indispensables como la leche y la harina pan; y la economía marcha en sentido contrario al observarse un solo indicador: la inflación más elevada del mundo (54.3, sin incluir los meses de noviembre y diciembre).

Un gobierno impulsor de políticas fracasadas, basadas especialmente en controles, y controles cabalgando sobre otros controles, por lógica termina siendo un gobierno fracasado y este gobierno se someterá al examen de los venezolanos el próximo 8 de diciembre en las elecciones municipales y saldrá reprobado.

Las encuestas serias indican que el gobierno nacional perderá alcaldías, sobre todo las más importantes, que la cifra de votos de la MUD lo superará ampliamente y que los candidatos seleccionados a dedo por Maduro perderán irremediablemente, tal como sucederá en Maracaibo, por ejemplo, con el candidato madurista que, casualmente, nunca menciona a su mentor.

Nicolás Maduro ahora intenta asemejar el gobierno nacional a la imagen de un Robin Hood pero le resultará muy cuesta arriba poder contrarrestar el alto grado de malestar existente en el país producto de la conjunción de necesidades irresolutas.

Así que es necesario poner la máxima atención en todas las actuaciones del gobierno nacional a fin de evitar en caer en el ardid como por ejemplo ese de los saqueos en los cuales ingenuamente se involucró un sector de venezolanos porque existe un plan cuyos objetivos ocultos son desviar la atención en las elecciones de diciembre, crear abstención y tratar de elevar la imagen de un gobierno nacional caído.

Hay que votar contra el saqueo y contra todo aquello que signifique perjuicio para los venezolanos porque es imperativo poner un detente a los permanentes abusos gubernamentales que son la única constante en la política oficial venezolana.

Difícil que el gobierno de Nicolás Maduro escape a un masivo voto castigo el próximo 8 de diciembre porque cada vez que se va la luz, la gente hace cola para adquirir un kilo de azúcar o asesinan a un familiar, el eco de la queja colectiva retumba con fuerza en los predios del Palacio de Miraflores.

 

No existe fuerza capaz de detener ese permanente zumbido, ni siquiera esas viejas tácticas castristas del saqueo que nos recuerdan al episodio de Mariel, en Cuba, cuando los marielitos asaltaron en masa la embajada del Perú y posteriormente se demostró que la mano peluda detrás de esta acción de éxodo masivo hacia los Estados Unidos fue del propio Fidel Castro con el único fin de aumentar su popularidad.

@exequiades

*.-http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/120603/155788-asesinatos-desde-1999-se-han-registrado-en-venezuela

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