Zonas especiales para la economía libre
Al acoger la propuesta de Pedro Elías Hernández afirmamos que es necesaria una iniciativa legislativa para convertir a las destruidas zonas industriales del país en Zonas Especiales para el Fomento de la Economía Libre (ZEFEL). Con esta propuesta se recuperará la producción y se generarán miles de puestos de trabajo en corto tiempo.
En tal sentido es necesaria una iniciativa legislativa para convertir a las destruidas zonas industriales del país en Zonas Especiales para el Fomento de la Economía Libre (ZEFEL). Con esta propuesta se recuperará la producción y se generarán miles de puestos de trabajo en corto tiempo. La idea es crear condiciones positivas para la inversión de capital en Aragua y convertir a la entidad en un gran centro internacional y nacional de negocios tal y como lo ha hecho exitosamente el Emirato Árabe de Dubai con las creación de sus mega parques industriales y China, con sus zonas económicas especiales según la filosofía de “un país dos sistemas”. Esta Propuesta tendrá impacto inmediato sobre otras actividades económicas distintas a la industrial como el comercio y los servicios.
Para ello se deben garantiza: 1) Los derechos de propiedad a los inversionistas, con arbitraje comercial internacional. 2) Libertad cambiaria, con libre acceso a los dólares para las importaciones que se requieran para producir y garantía de repatriación de los capitales sin restricción alguna para las empresas extranjeras que se radiquen en esas zonas especiales. 3) Eliminación de la permisería, controles sobre la producción y permisología, que dificulta la creación de nuevas empresas. 4) Libertad de contratación laboral. 5) Exoneraciones fiscales o tributarias durante por lo menos 5 años. 6) Garantía de suministro energético a precios razonables a las empresas que se instalen en las ZEFEL aprovechando nuestra condición de país productor de energía barata. 7) Los trabajadores mantendrán sus garantías sociales, contratación colectiva, libertad sindical y absoluta seguridad en sus condiciones de trabajo.
Al repetir el fracasado modelo socialista al estilo soviético. La URSS sustentó su desarrollo económico en dos factores: el primero, en la posibilidad de disponer de abundante mano de obra semi-esclava y el segundo, en su condición de nación productora y exportadora de petróleo. Efectivamente, a partir de 1945 la producción petrolera en Rusia se incrementó significativamente y contribuyó a mantener el socialismo. Sin embargo a partir de los años 80 del siglo pasado, la producción petrolera soviética comenzó su declinación y en 1991 la URSS se desintegró
Luego de aquel espectacular crecimiento inicial, vino la debacle como resultado de las políticas económicas socialistas que le permitieron al Estado, apuntalado en su condición de dueño del recurso y la industria petrolera, liquidar al sector privado y asumir el total control de las empresas y la agricultura.
En los últimos 12 años, Venezuela ha contado con un fabuloso ingreso fiscal petrolero de aproximadamente de mil millones de dólares, la producción por habitante aumento sólo 5%, mientras que el consumo por habitante creció casi 40%. La forma de compensar este fenómeno ha sido mediante masivas importaciones, subsidiadas en gran parte con la renta de los hidrocarburos. Las compras que Venezuela hace de bienes y servicios del exterior pasaron de 10 mil millones de dólares en 2004 a 50 mil millones al día de hoy. Es decir, tenemos una sociedad que consume sin producir, lo cual conduce al empobrecimiento. Con la caída de la renta petrolera en un 40%, durante 2009 según reportó PDVSA, los dólares para importar las cosas que no se producen en el país son ahora muy escasos. Con un aparato productivo interno postrado, el resultado es escasez, desempleo y aumento del costo de la vida, lo que hace que empiece ahora el ciclo de retroceso de los niveles de consumo, tal y como lo reporta el BCV al indicar que el descenso en el consumo privado fue de más de 6% en los últimos dos años.
Si no hacemos algo, se repetirá la historia reciente. En los últimos 12 años, las importaciones masivas y la fuga de capitales fueron el destino que tuvieron las divisas que generó la exportación de petróleo, las cuales en un 60% y un 37% respectivamente salieron por esta vía del país.