Carta a los obispos (II)
En el documento de los obispos dirigido a todos los venezolanos, se expresa lo siguiente: “Valoramos positivamente al paso dado por el presidente Nicolás Maduro al iniciar el diálogo con los gobernadores y alcaldes que no apoyan su proyecto político, los cuales representan a un gran sector del pueblo venezolano”.
Pero agregan: “Para que ese diálogo sea eficaz, debe estar acompañado por una búsqueda de soluciones a los problemas reales que aquejan a la gente, respetando los derechos constitucionales de estados y municipios. Para esto, es preciso que todos los sectores del país rechacen la exclusión y la segregación políticas, y sanen en su corazón la desconfianza y el resentimiento”.
Enseguida proponen una agenda de problemas que afectan la vida nacional. Dice el documento: “Aunque se han desarrollado importantes iniciativas, la situación de inseguridad sigue siendo muy grave. Los asesinatos de ciudadanos de todas las edades y condiciones sociales, incluso de muchos funcionarios de seguridad del Estado, siguen enlutando hogares venezolanos. Invitan a desarrollar políticas integrales de seguridad a través de programas de prevención, administración de justicia y la generación de un clima de respeto, trabajo, paz y tranquilidad”.
Sobre el tema de la salud, comenta el documento: “Muchos hospitales públicos y privados no pueden cumplir integralmente su misión por falta de los equipos y materiales para atender a los enfermos”. A propósito del tema de la vivienda, comenta: “A raíz de las inundaciones que sufrió el país en el año 2010, el gobierno lanzó un ambicioso programa de construcción de viviendas que ha tenido buenos resultados”. Sin embargo, advierten: “Hay todavía muchísimas familias que siguen en refugios y hacen votos porque se prosiga la Gran Misión Vivienda, sin las deficiencias de la primera etapa”.
Los obispos aluden también a la crisis económica que afronta el país. Entre otros factores, mencionan: la disminución de las reservas internacionales, el crecimiento de la deuda externa y de la interna, la inflación y la paralización del aparato productivo, la merma del poder adquisitivo del salario, el desabastecimiento y la tolerancia frente a la especulación, la usura y el contrabando.
Seguiremos conversando.