¿Y en 12 años y medio qué ha ocurrido con la soberanía productiva?
(Parte II de Mensaje a control obrero/Plan Guayana Socialista)
Demostramos ayer, en esta misma columna que el complejo industrial de Guayana es obviamente, mucho más que “exportación de materias primas para satisfacer a las transnacionales”. Decir esto último es repetir una cantaleta aprendida, ajena a la realidad, para justificar un discurso “ideológico” y seguir con el cuento de que “antes del comandante nada había”, lo cual además de falso y ridículo es bochornoso por lo de la “jaladera”.
Lo que tenemos hoy en Guayana, sin embargo, dista bastante aún de lo que Venezuela necesita para expandir su independencia productiva. Quizás hace 30 ó 40 años cuando aquí no había casi nadie que supiera e aluminio, el primer paso era instalar reductoras como Alcasa y Venalum asociados a capital estadounidense (Reynolds) o japonés (consorcio), pero hace unos cuantos años que en Guayana ya hay cientos de técnicos, obreros, profesionales de alto nivel y experiencia. En aquellos años fue una “revolución” y un mérito de gobiernos y técnicos que soñaron, se atrevieron y construyeron, pero ya hoy es más que insuficiente producir aluminio primario simplemente para exportar. Como insuficiente es producir briquetas para exportar.
Y peor aún es seguir exportando mineral de hierro simple. Esa etapa debió estar superada hace muchos años. O al menos muy reducida. Mucho peor es esa vagabundería anti nacional ideada por este gobierno “revolucionario” (¿?) de canjear mineral de hierro (materia prima) a las transnacionales de China para que ellos nos envíen a cambio productos finales tales como rieles, repuestos, vagones, neveras, lavadoras en transacción directa. Eso es neocolonialismo del siglo XXI. Una vergüenza hecha por los que se llenan la boca con la palabra “patria”.
Esa entrega de nuestra soberanía productiva sí es “una economía basada en la extracción de materias primas para suplir los intereses de las transnacionales”. “Obra” y “logros” de la robo-lución. Hace 50 años se podía entender, en un país que no tenía el desarrollo industrial ni la preparación técnica, pero… ¿hoy? ¿En pleno siglo XXI y después de tantos años de experiencia industrial? Hay que ser muy caradura para decir “somos los patriotas” y firmar esos contratos con China gravemente lesivos de la soberanía nacional. Repito: eso es neocolonialismo. Y el “comandante”, en cadenas de TV festeja la llegada de esas lavadoras como algo “revolucionario”. Eso es profundizar el rentismo petrolero. Atraso y bochorno.
Vean este dato: “…al cierre del primer semestre de 2011, de cada cien dólares exportados, noventa y cinco provienen del petróleo, en contraste con 1998, cuando esa cifra era setenta”. Está en un reciente trabajo en Tal Cual de José Guerra, investigador y economista. Es decir, que tras 12 años y medio de supuesta y falsa revolución, somos más dependientes de la renta petrolera. Producimos menos. Exportamos menos. Solo petróleo. Perdimos soberanía en lugar de avanzar.
La producción de Guayana está en ruinas. Aquí lo sabemos y de eso hemos escrito y demostrado hasta la saciedad. El “estatismo salvaje” rojo rojito destruyó a toda la industria de Guayana. La cadena del aluminio produce alrededor de la mitad que hace unos pocos años. FMO está en el suelo, produciendo la mitad, con sus equipos convertidos en chatarra y está firmando los convenios que la entregan a una transnacional de China. La producción de hierro, alúmina y aluminio, además de diezmada, está hipotecada con transnacionales. A Edelca la destruyeron aunque era la joya de la corona. Ya no existe. Sidor produce si acaso un 60% de su capacidad ya alcanzada. Se le debe a medio mundo y el progreso social de los trabajadores está en severo declive. El deterioro de instalaciones y equipos va a la par de la criminal inseguridad industrial.
¿Y acaso la “revolución” ha desarrollado la industria “aguas abajo” en estos 12 años y medio? ¿Ha dado siquiera un paso en el camino de “no ser entreguistas a los intereses de las transnacionales”? Bla bla, pero cero hechos. No existe ¡ni una sola industria nueva! procesadora y transformadora de acero ni de aluminio. ¡Ni una sola! En 12 años del gobierno más rico de nuestra historia. ¿Eso es “ser patriotas”? ¿O lo contrario?
El nuevo gobierno que habrá de instalarse en 2013 tras las elecciones de 2012 donde soplarán con fuerza los vientos de cambio, debe proponerse algunas líneas estratégicas. Entrar al siglo XXI pese a 13 años de atraso es una. Es el siglo del conocimiento y la tecnología. Educación de calidad para competir en la globalización.
Desarrollar agresivamente (con inversión privada nacional y extranjera y también estatal) una red de empresas transformadoras con alto desarrollo tecnológico. Exportar cada vez menos materias primas y menos productos primarios para sustituirlos por productos finales. Crear riqueza en lugar de vivir del rentismo petrolero. Ser más independientes. Y todo eso en medio del progreso social de los trabajadores y de la población en general. Con plenos derechos laborales y participación. Más calidad de vida. Eso como parte de un “Plan Nacional de desarrollo” sin exclusiones, discriminación ni sectarismos. Con diálogo social, estímulos a la empresa privada productiva y a las inversiones junto a plenos derechos sindicales y laborales. Cero centralismo ruinoso. Descentralización y poder repartido en la sociedad. En lugar de un Estado empresario fracasado, obeso, burócrata e ineficiente, necesitamos un Estado social fuerte que garantice calidad de vida y ascenso social. Eso es mucho más “socialista” que los “cuentos chinos” del ideologismo del siglo 19.