Tutti frutti revolucionario
El incendio de la refinería El Palito vino después del de la refinería de Amuay. La gente de Puerto la Cruz está aterrada. Teme que su refinería siga la misma suerte. Los desastres por falta de mantenimiento están a la orden del día en PDVSA.Las expropiaciones forzosas, sin pago de indemnización, es decir equivalentes a robo puro y simple, afectaron seriamente nuestra producción agropecuaria. Venezuela perdió su independencia económica. Importamos más del 70% de lo que consumimos. Esta situación se agravará con el ingreso insensato de Venezuela al Mercosur. La perspectiva a corto plazo es que todo lo consumido por los venezolanos provenga de Brasil, Argentina, Uruguay, aparte de lo que importamos de China.
Los apagones están a la orden del día, no hay ciudad ni pueblo en Venezuela donde no se produzcan apagones prolongados casi diariamente. La perspectiva es sombría. No se han puesto en servicio nuevas plantas hidroeléctricas ni termoeléctricas y no hay mantenimiento para la red de distribución nacional. Los apagones son tan frecuentes que la gente, con innato sentido del humor, ya no habla de “apagones” sino de “alumbrones”.
También falla el servicio de agua. Hay casos patéticos como el de Valencia y otras poblaciones de los estados Carabobo, Aragua y Cojedes. Por falta de mantenimiento se contaminó la presa Pao-Cachinche y también la Planta Potabilizadora del acueducto regional del centro. Los habitantes de esta vasta región están expuestos a todo tipo de enfermedades porque no tienen otra alternativa que utilizar agua no apta para el consumo humano.
Lo bizarro es que, en vez de ocuparse de este gravísimo problema de falta de mantenimiento en servicios vitales, los jerarcas del gobierno han tenido la ocurrencia de atribuirlo a “saboteo” por parte de la oposición. Falla la luz por horas, casi diariamente, en Güiria, en la Gran Sabana, en Santa Elena de Uairén, en San Antonio del Táchira, en la Goajira y en todas partes de Venezuela, y “todos esos apagones son culpa de la oposición”. Según ellos, la oposición dispondría de un verdadero ejército con cobertura nacional. En ese señalamiento sobresalen algunos ministros: el llamado ministro-compinche Rafael Ramírez, Tareck El Aissami, Héctor Navarro. Buscándole explicación hay que acudir al viejo anecdotario venezolano. A la pulpería de un pueblo del interior entró un patiquincito a comprar un cigarrillo Capitolio, al entregárselo se lo llevó a la nariz y lo rechazó diciendo: “huele a paja”. A todos los cigarrillos de todas las otras marcas también los rechazó con el mismo argumento: “huele a paja”. El pulpero se le acercó y le dijo: “Dígame una cosa joven, ¿no será la mano?