Ortega y “los gobiernos de derecha”
Carlos Armando Figueredo
Analítica publica el 4 de septiembre de 2018 parte de lo dicho por Daniel Ortega en una entrevista con EFE: “… Ortega explica que “América Latina está siendo víctima de lo que es la falta de actitud democrática de gobiernos de derecha que han provocado una polarización y una fractura en los organismos de integración” de la región latinoamericana.”
Como todos los desfasados “izquierdistas” que aun sobreviven en el mundo y que no pueden esconder que el socialismo seguidor de Lenin y Stalin ha sido un fracaso y ha conducido a la miseria de países en los que logró imponerse –y Ortega es uno de ellos, pero además cruel tirano− y se atreve a decir que todo gobierno democrático que se opone a las ideas de esos “izquierdistas” es “de derecha” y, más aún “fascista.”
¿Cuáles son esos “organismos de integración” de la región latinoamericana” que defiende el dictador nicaragüense? Veamos:
- ¿La Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), que nació, según dice Ortega, “cuando teníamos una correlación diferente en América latina”? Esa Comunidad fue creada por Hugo Chávez para sustituir a la OEA por una que siguiera sus designios y descartara al “Imperio” siendo que la OEA es una organización que, a pesar de sus errores en el pasado, ha sido un organismo integrador de nuestro hemisferio.
- ¿La Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (ALBA), creada por Chávez en el 2012 que solo ha servido para beneficiar a gobiernos que siguieran la línea, supuestamente de izquierda, impuesta por el padre del “Socialismo del Siglo Veintiuno? Se entiende que Ortega la defienda porque Nicaragua, más que otros países, ha recibido las prebendas del gobierno “socialista” venezolano, que le han ayudado a mantenerse en el poder como dictador.
- ¿UNASUR, la Unión de Naciones Americanas, también creada por Chávez, en complicidad con Lula, supuestamente un organismo de ámbito internacional cuyos objetivos son construir una identidad y ciudadanía suramericana, asi como desarrollar un espacio regional integrado? Nada de eso lo ha logrado. Lo que sí logró es que quien fuera su Secretario General, Ernesto Samper, el mismo ex presidente colombiano, a quien el lider de las FARC, Timochenko llamara “camarada Ernesto Samper” y fue invitado de lujo al Congreso Nacional de dicho grupo terrorista el año pasado, y defendió a ultranzas la dictadura de Maduro.
Los gobiernos democráticos de América Latina si crearon iinstituciones de integración. Tenemos así que el Pacto Andino: creado en 1969 para reaccionar a las dificultades prácticas de lograr una integracion en América, incialmente con la participación de Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú y a la que luego se unió Venezuela. Fue provechoso para la economía de dichos países, pero Chávez renunció al mismo dizque porque resultaba más ventajoso ser parte de Mercosur, al cual Venezuela entró por la puerta trasera. Ya vimos cómo le fue a Venezuela en ese mercado común: fue expulsada por no cumplir con sus obligaciones y tener un gobierno dictatorial; le aplicaron el protocolo de Ushuaia. Ciertamente el retiro de Venezuela no era una “fractura en los organismos de integración de la región latinoamericana” por parte de un gobierno de derecha, como dice Ortega, sino por parte del gobierno socialista del siglo veintiuno,
Cabe decir lo mismo sobre mecanismos de integración no fracturados por las derechas sino por gobiernos “izquierdistas. Tenemos el caso del tratado del llamado del Grupo de los Tres, formado por México, Colombia y México en junio de 1994. El Tratado del Grupo de los Tres (G-3), integrado por México, Colombia y Venezuela, de libre comercio, que se firmó 13 de junio de 1994 y entró en vigor el 1 de enero de 1995. Los tres países se beneficiaron con el mismo, pero Maduro lo denunció, retirando a Venezuela. ¿Fue acaso ello un caso de ruptura de un mecanismo de integración provocado por un gobierno de derechas? ¡Nó! Lo fue por un gobierno socialista.
En cuanto a la polarización, no se trata, como dice Ortega de una “falta de actitud democrática de gobiernos de derecha que han provocado una polarización.” La polarización no se causa por una voluntad; ella existe y ha existido en todo el mundo entre quienes creen en la libertad y la democracia y quienes se oponen a ella. Puede conducir a logros positivos pero también dañina cuando no permite que haya consensos entre la población.