Diseñadores debutantes retan las reglas de la moda en Paris
Los diseñadores españoles Paula Cánovas del Vas y Ernesto Naranjo presentaron este lunes en el Palais de Tokyo de París su primera colección tras graduarse, en una puesta en escena interactiva y divertida para «dar una idea fresca de la moda» e «ir en contra del formato clásico de las pasarelas».
Cánovas (Murcia, 1991) y Naranjo (Sevilla, 1991) recibieron la propuesta de este museo parisino, centrado en el arte moderno y contemporáneo, para preparar una presentación que el dúo ha creado de acuerdo a su propia «visión de la moda» y para escapar de la «monotonía» de los desfiles.
«Somos dos marcas diferentes, pero nos dijimos que quizá uniendo nuestras voces podríamos hacer algo más interesante y más durante la Semana de Moda de Alta Costura, que es el top de la moda. Queríamos dar una idea fresca y positiva de la moda, no son solo chicas altas y delgadas desfilando», contó a EFE Naranjo tras el espectáculo.
Los diseñadores, que estudiaron juntos en la escuela de diseño Central Saint-Martins de Londres, se valieron de amigos y conocidos para lucir los estilismos y presentar lo que parecía un concurso de belleza.
Dos chicos vestidos con túnicas rosa fucsia decoradas con platos y con la cara pintada de rojo fueron llamando al azar a las modelos, aficionadas o chicas ajenas al mundillo, que llevaron sus propuestas con actitud distendida.
Cánovas apostó por blusas con exageradas hombreras abombadas, de estilo ochentero, mallas de colores fluorescentes y llamativas chaquetas de pelo de anchas proporciones.
«Cada vez que se presenta a una mujer con fuerza y carácter se la muestra con traje de chaqueta, en tonos sobrios, como imitando al hombre. Creo que se puede crear un ‘look’ y una actitud siendo una mujer segura de sí misma pero a la vez sexy, divertida y elegante», dijo.
Por su parte, Naranjo se decantó por vestidos asimétricos similares a túnicas que llevaron platos, vasos e incluso pelotas de tenis de mesa como broches o decorando las prendas.
«Fui a casa de mi abuela y empecé a hacer esculturas con tazas y vasos que ella tenía ahí. Quería rescatar la idea de transmitir de generación a generación los objetos más preciados, traté de adaptar eso a la ropa y darle un toque más personal», explicó.
Ambos esperan ahora vender sus creaciones, por lo que mantendrán una producción limitada por el momento para cuidar la calidad, y seguirán trabajando en Londres como autónomos para distintas marcas en paralelo a sus propias firmas.
«Queremos presentar cuando nos veamos preparados para hacerlo, no queremos seguir la idea de las temporadas y presentar en enero y septiembre por fuerza. Queremos hacer lo que podamos y cuando podamos para que el producto sea de calidad», indicó el sevillano.