Libertad: ¡Cuántos Crímenes se cometen en tu nombre!
A pesar de lamentar la injusticia que durante años de pesadilla acompaña a centenares de presos políticos, es imposible no estar contentos al constatar que algunos de ellos – que nunca han debido estar presos – han sido puestos en “Libertad”.
Como no alegrarnos al ver en Libertad al alcalde Daniel Ceballos al igual que a otros jóvenes vejados, sabiendo que pueden retornar a abrazar a sus familiares y amigos? Como no sorprendernos al constatar la inusual puesta en libertad de manera extraña al acusado como supuesto espía, terrorista y jefe de la CIA en América Latina Joshua Holt, que según Diosdado nunca sería puesto en libertad, pero que sale de la rampa presidencial, en un vuelo oficial acompañado a Washington por el Gobernador de Carabobo? Como no lamentar que todavía estén tras las rejas tantos presos civiles como Lorent Saleh o militares como el General Baduel y tantos otros?
La puesta en escena de la trági-cómica Comisión de la Verdad encabezada por la Presidenta de la irrita Asamblea Nacional Constituyente y acompañada en su gestión mediática por el Presidente del TSJ, el Fiscal, el Defensor del Pueblo, desde la Casa Amarilla se presentan ante las cámaras de televisión dispuestos a cumplir fielmente el mandato de Maduro. Pero su actuación nos recuerda la pantomima de los verdugos que al llevar al cadalso a la célebre revolucionaria Madame Roland, presa política del Régimen de Terror que surgió después de la Revolución Francesa, condenada injustamente por criticar al régimen, en la guillotina lanzó antes de morir su denuncia que aún hoy retumba en la Plaza de la Concordia en Paris: “Oh Libertad, Cuántos Crímenes se cometen en tu nombre”.
En la revolucionaria República Bolivariana, a los puestos en libertad los obligan a reconocer un crimen que no han cometido. Los someten a la guillotina del silencio ya que no pueden hablar, no pueden opinar, no pueden enviar mensajes. Tienen que someterse a la espada de Damocles y presentarse ante los Tribunales periódicamente. “Libres” pero no pueden salir del país. Por ello quienes soñamos con la Libertad verdadera, no podemos dejar de acompañarlos en su grito silencioso: Oh Libertad. Cuantos Crímenes se cometen en tu nombre.