Aserca Airlines: Las escalas de una despedida tras 50 años de servicio
Por Jesús Barreto – @alavistadetodos
Al mediodía de este martes, 22 de mayo empleados y trabajadores de Aserca Airlines experimentaron, sin haber despegado, la zozobra que se siente durante el desarollo de un aterrizaje forzoso. La turbulencia que comenzó a inicios de 2017 había llegado a su punto crítico. Los rumores de un posible cese de operaciones se cumplieron cuando la gerencia le informó a todo el personal que la aerolínea había entregado su certificado de operaciones a las autoridades del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (Inac), protocolo que deben cumplir este tipo de empresas, previo al cierre de actividades.
La decisión dejó sin trabajo a aproximadamente 1.500 personas que integraban la nómina de la empresa, dedicada al servicio de transporte aéreo de pasajeros desde el 6 de marzo de 1968, cuando fue fundada como Aero Servicios Carabobo C.A, es decir, con el cierre se rompió una trayectoria de más de 50 años de servicio aéreo en Venezuela. Pilotos, personal de cabina, auxiliares de vuelo, técnicos obreros y administrativos todos quedaron “en el aire”.
Ana Laura Puente, tripulante cabina, con más de cinco años en la aerolínea, es una de las afectadas, que afirmó la crisis operacional empezó en agosto del año pasado, cuando de forma unilateral se dejó sin programa de vuelo a 20 capitanes y 25 tripulantes de cabina, lo que representó un despedido indirecto, pues los trabajadores no volvieron al volar
“El 22 de agosto se nos anunció la decisión de que 20 capitanes y 25 tripulantes de cabina estaban sin programa de vuelo hasta nuevo aviso. Lo reportamos y defendimos a nuestros compañeros, se nos dijo que sería momentáneo, pero ellos tuvieron que buscar otras opciones, algunos emigraron, porque uno cobra por los vuelos realizados”, explicó.
Según Puente ese antecedente sería el inicio de un declive tanto en lo interno como en la calidad del servicio que se ofrecía al pasajero: “Ocurrieron varios percances en todo el año pasado, pero sobre todo a finales de año. Se hacía cada vez más comunes los aterrizajes de emergencia. En una ocasión una aeronave perdió completamente la energía eléctrica durante un vuelo, eso ya mostraba la gravedad. Se pasaban las incidencias, pero no se tomaban los correctivos. Ya no se invertía en mantenimiento”.
«Nos cortaron las alas»
Sin embargo la crisis financiera del consorcio aéreo, había iniciado unos meses antes, específicamente en marzo, cuando la gerencia empezó a negociar con pilotos y técnicos unos “paquetes”, que implicaban la renuncia a parte de las prestaciones que por ley corresponden tras un despido, a cambio de mantenerlos como personal a destajo para vuelos internacionales, modalidad con la que se intentaba mantener el mónimo de las operaciones nacionales.
“Desde el mes de mayo de 2017 venían negociando con sus empleados y tripulantes, el que no aceptara la negociación le quitaban vuelos internacionales, que son los que generaban más ingresos. Nos cortaron las alas»”, reveló otras de las empleadas que pidió mantener su nombre a resguardo.
Dentro de la empresa muchos de los trabajadores especulaban sobre el desvió de la inversión a las aliadas Santa Bárbara Airlines y Pawa Dominicana, firmas que junto Aserca Airlines conforman el Grupo Cóndor C.A., propiedad del venezolano Simeón García. Ambas empresas se habían convertido en la prioridad del empresario, debido a las dificultades para el acceso a divisas en Venezuela y las deudas del gobierno nacional, que hacían cada vez más imposible mantener los gastos operacionales, que por su naturaleza deben ser pagados en moneda extranjera.
La flota de Aserca Airlines en Venezuela estaba integrada por 10 aviones; 4 MD-83,5 MD-82 y 1 DC9-31, disponibles para rutas nacionales, que en su época de mayor auge incluía a ciudades como Puerto Ordaz, Barquisimeto, Maracaibo, Maturín, Coro, además de Caracas e internacionales con vuelos desde y hacia Aruba, Curazao y República Dominicana.
El cierre de Aserca Airlines ocurrió 19 días después de la salida del mercado nacional de Santa Bárbara Airlines, que mantuvo sus itinerarios en el país hasta el pasado 3 de mayo. Los ahora desempleados esperan que el Ejecutivo contribuya con una liquidación justa para todos los trabajadores y que este cierre forzoso permita comprender a las autoridades la magnitud del colapso del sistema aéreo venezolano.