Un gobierno sin capacitancia eléctrica
El ser humano por naturaleza es analítico y analógico. La experiencia, los estudios y la investigación fortalecen su análisis. Es por ello que los venezolanos infieren, que la creciente interrupción del fluido eléctrico que ocurre en todo el país, tiene flancos político-administrativos muy débiles, aunque el gobierno se desternille en excusas, en tratar de desmentir y silenciar a expertos o en lanzar culpas, como infante terrible, a terceras personas.
Los pensa de estudios de carreras universitarias, de institutos universitarios y de escuelas técnicas que educan e instruyen a ingenieros, técnicos superiores y medios, están dotados de: prospectiva, cálculo, detección de averías, prevención, presupuestos, predicción y solución de problemas. De tal manera, los ingenieros en electricidad, en electrónica o en hidráulica, tienen la capacidad para prever problemas y calcular la vida útil de hidroeléctricas, termoeléctricas, turbinas, transformadores, motores, interruptores, resistencias, conductores, enchufes, o de cualquier otra pieza eléctrica. Además, los dispositivos, piezas o repuestos, están avalados por ingenieros, por ello traen normas de mantenimiento y fecha de vencimiento. Pero, si estas recomendaciones no se cumplen —además de comprometer el bienestar, la salud, la vida del usuario y la diversidad ecológica— complica la excelencia, el buen desempeño de las instituciones y de las empresas. Es por ello, que las actuaciones, consejos, advertencias y alertas del Grupo Zuloaga, del Colegio de Ingenieros de Venezuela, en la voz de sus más destacados ingenieros, entre otros, como el caso de Ciro Portillo (ex miembro del personal de la eficiente y hoy extinta Enelven-Zulia), son ejemplares ejercicios de ciudadanía, en cumplimiento cabal de sus deberes como profesionales y en viva defensa de los derechos constitucionales.
Los gobiernos exitosos, además de prepararse preventivamente para solucionar problemas, leen y atienden, los informes que envían los expertos de cada una de las instituciones y organismos. Pero, el gobierno de Nicolás Maduro, desatendió las advertencias que oportunamente le enviaban sus expertos. No solo abandonó el mantenimiento y el control de calidad, la atención y la prevención de Corpoelec, también lo hizo con las demás instituciones, organismos y dependencias del país. Ahora, para defenderse, apela a la difamación y la represión. Pareciera que su sistema gubernamental, desconoce la dialéctica del universo, del pensamiento político y de la vida que ha evolucionado —desde Heráclito a Parménides, de Parménides a Platón, de Platón a Hegel, de Hegel a Marx, de Marx a Lenin y de Lenin a los más prominentes pensadores de la actualidad, en esa carrera entre el historicismo y la ingeniería social— como ley de la unidad y lucha de los contrarios, que muchos mal entienden, como la eliminación física del otro— porque no comprenden, que todos, los unos con los otros, somos contrarios, en manifiesta carrera de superación, ninguno puede prescindir del otro, porque, “no puede existir uno sin el otro y forman una unidad.” Cada cosa está constituida, a lo interno, por contrarios, y siempre, habrá otra que la contradice. La contradicción interna de un ser humano, y la de él con los otros o con el mundo, es lo mismo que decir: “Cada cosa es una unidad de contrarios y es la contradicción o lucha interna entre esa cosa y su contrario es lo que provoca el cambio o movimiento de la materia”. Sustancia que a su vez confiere la otredad, la aceptación del otro. La propia naturaleza y todo lo creado por el hombre: la política, las naciones, los gobiernos, las instituciones, los organismos y las empresas funcionan mediante estos ineludibles principios. Es por ello, que una pistola sobre la sien de un trabajador o de un ingeniero, no restablece ni mejora el servicio eléctrico. Solo la unidad, la organización, la planificación, la actualización, el intercambio de ideas, la prevención, la eficiencia y el mantenimiento, lo hacen.