La nueva misión de la UNELLEZ
Hoy día la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora (en sus cuatro vicerectorado: Barinas, Portuguesa, Cojedes y Apure), vive el inmenso golpe de la crisis económica del país. Esta crisis ha obstaculizado la capacidad de respuesta de los Vice-rectorados, sin embargo, unos más que otros, han ido paliando la situación con creatividad, sacrificio y compromiso; ha hecho falta generar un marco de motivación e iniciativas que parta de una redefinición de su misión institucional, para unificar criterios de acción e involucrar a todos los componentes sociales internos de la Universidad, a un frente amplio de lucha que haga posible sobrellevar esta situación de excepción que hoy afecta a la UNELLEZ, y a otras casas de estudios superiores.
Pero la unificación de criterios pasa por un reconocimiento del papel de los docentes, estudiantes y personal administrativo de la Universidad; si algo es común en las Casas de Educación Superior es la subestimación, el desprecio al talento, al éxito de individualidades; el manejo discrecional de la autoridad académica, el sesgo a quienes son ideológicamente contrarios a posturas políticas y personales, y el absurdo trato de indiferencia a los problemas de las Universidades que necesitan atención inmediata, no esperando soluciones de un Estado o de un grupo de Poder, sino creando, desde sus propios cimientos, salidas y alternativas de solución, movidas por la innovación y la creatividad gerencial. El problema medular que profundiza la crisis económica en las Universidades es la falta de una gerencia con liderazgo proactivo; con una visión en conjunto, con un apego verdadero en la realidad del país, proyectando soluciones y no siendo parte del problema. Por estos días se ve mucha celebración gremialista de actividades deportivas y recreativas en algunas Casas de Educación Superior, ante situaciones así valga preguntar: ¿estamos para invertir recursos económicos en ese tipo de actividades que no contribuyen a la misión excelsa, directa, de nuestras Universidades de ponerse a tono con la situación de crisis de nuestro país? El deporte y la recreación son necesarios, eso es salud física y mental, pero desde la imagen de asistencia técnica que las Universidades deben dar, no se ve de esa manera, por lo tanto desluce ante un escenario cada vez más complicado e incierto. Acá, es donde la gerencia bajo un liderazgo proactivo debería ocupar espacio, pero eso es ya de factor humano, de consciencia, de tener la suerte de contar con las personas ganadas a llevar estas banderas.
Mientras tanto, lo que uno puede hacer desde la trinchera del pensamiento, ya que uno es excluido y sometido a la indiferencia académica por el inmenso defecto de pensar, es sugerir involucrar, en el caso de la UNELLEZ, las políticas educativas universitarias, emanadas por el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, con el marco teorético que ya ha tenido espacios en otras instituciones de Educación Superior del mundo, y cuyos fundamentos se anclan en las ideas del filósofo francés Edgar Morin (1921). El Estado, a través de su Ministerio, promueve una Educación Universitaria incluyente, integradora, holística, liberadora e impulsora de un pensamiento crítico que refuerce la identidad nacional y la soberanía. En esa proyección se han de unificar nuevos saberes, generados a partir de la digitalización y la consecuente construcción social, dependientes de la evolución de los nuevos modos de vida en sociedad.
Se hace necesario, desde esta perspectiva, fortalecer los vínculos de los programas académicos curriculares, con la teoría de la información y de los sistemas, la cibernética y los procesos de autoorganización biológica, construyendo un método que esté a la altura del desafío de la complejidad del mundo moderno. Tal como expresa Morin, las Universidades necesitan comprender tanto el estadio actual de la humanidad como el de la prehistoria del espíritu humano y solamente por la vía del desarrollo de estrategias que confronten el pensamiento complejo, el cual no es más que el reconocimiento de un principio de incompletud y de incertidumbre en el seno de todo conocimiento, para poder civilizar los saberes y hacerlos más operativos en lo que corresponde a la calidad de respuesta que la Universidad ha de dar por la vía de sus profesionales y personal de investigación y extensión, a los problemas de la sociedad.
Otro aspecto que aporta la teoría de Morin, y que debe ser vinculado con la realidad Universitaria, es percibir y entender la urgencia por erradicar la ceguera al conocimiento en que tiende a llevar al error y a la ilusión, a algunos estudiantes universitarios; es importante reflexionar en razón de que no se ha proyectado, como debe ser, los instrumentos persuasivos de los saberes para motivar a las personas a conocer “qué es conocer”; es decir, involucrar a los estudiantes a comprender la vida y sus relaciones evitando de que sean producto de ideas vagas y superficiales, es necesario desarrollar un estudio de las características biológicas y humanas de los procesos mentales del hombre para ver el entorno y sus relaciones bajo un ámbito de certeza y no de ilusiones.
También se hace urgente que los programas curriculares tomen en consideración los principios de un conocimiento pertinente, es decir, donde se destaque el papel del conocimiento en su apreciación del entorno y sus relaciones de forma integral y global, en el que el ser humano sea no solamente capaz de identificar los objetos, sino aprehender de ellos y de su lugar en el marco de la naturaleza. Acá, es fundamental seguir la sugerencia de Morin, de motivar a los educadores a desarrollar la aptitud natural de la inteligencia humana, la cual no es otra que la ubicación de las informaciones en un sistema de interrelaciones que le dé sentido de pertenencia con el todo, pero que a la vez devele la profundidad y razón de ser de las partes. Si bien Morin deja en claro la necesidad de hacer del conocimiento una opción consciente y temporalmente oportuna con las necesidades humanas.
En un aspecto concreto, la UNELLEZ, debe, o mejor dicho, tiene el deber de promover una enseñanza en el marco de la condición humana, donde se haga reflexión acerca de lo que es el hombre en su total dimensión, como expresa Morin: “El ser humano es a la vez físico, biológico, psíquico, cultural, social e histórico”. Es decir, que el hombre ha articulado la educación a través de las disciplinas, lo que le ha impedido una verdadera unidad, la cual permita reunir y organizar los conocimientos dispersos en las ciencias de la naturaleza, las ciencias humanas, la literatura, la filosofía, entre otras; es necesario que se dé el enlace entre la unidad y la diversidad de todo, es lo que se traduce como la condición humana.
A todas estas, es importante promover en la Universidad la enseñanza de la identidad terrenal y planetaria, respondiendo a la necesidad de que el hombre conozca su lugar en el universo. El ser humano de este siglo XXI, no podrá entender su realidad solamente comprendiendo su condición humana, sino interpretando, e internalizando la condición humana del mundo, cuya fase actual es la mundialización; es necesario formar desde el visor de un pensamiento policéntrico, que tenga la condición de un universalismo no abstracto, sino consiente de la unidad-diversidad de la condición humana; un pensamiento que siendo alimentado por las culturas humanas respete sus límites individuales y profundice sus lazos comunicantes.
Para reforzar lo dicho, y destacando las ideas de Morin, la Universidad tiene que enfrentar la incertidumbre; es un llamado a la educación universitaria, como sistema, a que se preocupe más por comprender el campo de las incertidumbres pero desde la óptica de la certeza; es decir, que el docente universitario asuma la responsabilidad de generar estrategias alternativas ante los acontecimientos o hechos inesperados, muy a la par de poner en práctica el liderazgo transformacional para enfrentar con plenitud los cambios.
Habida cuenta, la UNELLEZ, como institución inspirada en la ruralidad y en el apoyo a los diversos sectores de la sociedad que necesitan una orientación en saberes para mejorar su desarrollo y productividad en el ámbito agrícola y pecuario, debe envolver todos sus programas académicos, en sintonía con la acción de enseñar a comprender, siendo esta acción la respuesta a la necesidad de que los estudiantes y la comunidad en general, aprecie con sus sentidos el conocimiento y no se quede en superficialidades. El diálogo es una vía expedita para que el hombre cultive su intelecto y comprenda la heterogeneidad y complejidad de su mundo. A pesar de existir, hoy más que nunca una profunda amplitud en el ámbito de la información y la comunicación, hay debilidad en la comprensión de los mensajes, por ello es preciso enseñar a comprender, a eliminar el egoísmo propio de los hombres y transmitir eficientemente el conocimiento, de modo que se eleve la moral en las relaciones humanas y se superen los obstáculos propios de la condición de imperfección de los hombres.
Y, finalmente, la UNELLEZ, tiene la urgencia por llevar hasta sus últimas consecuencias la ética del género humano; es un papel vital que tiene de explicar la relación Universidad-Sociedad, desde el cumplimiento del deber de enseñar a comprender; la educación universitaria debe conducir a un proceso constante de interacción y comunicación entre el individuo-la sociedad-y la especie, donde cada persona lleve en sí mismo esa triple realidad de la que debe ser consciente, remarcándose la condición de dos finalidades ético-políticas inherentes al hombre y a su circunstancia: una, el establecimiento de una relación de control mutuo entre la sociedad y los individuos, teniendo como estructura expedita el sistema democrático; y otra, concebir la condición humana como comunidad planetaria, en la cual ya no solamente es importante lo terrestre como influencia en el hombre, sino el universo como potencialidad compleja e incierta de nuevos escenarios humanos.
En fin, la intención de darle un cuerpo coherente de ideas al proceso de revisión y reforma curricular en la UNELLEZ, parte del establecimiento de una línea que racionalice la cultura y el conocimiento hacia metas que refuercen la capacidad comprensiva, interpretativa y dialógica de los estudiantes y personal de la Universidad, en su integración y constante interacción con la sociedad y sus instituciones. La nueva misión de la UNELLEZ, comienza por querer llegar a ser una “institución de servicio educativo que garantice el diálogo de saberes a lo interno, con la comunidad universitaria, y a lo externo con la comunidad en general”, esto garantiza la calidad y la excelencia, sin mayores consignas que la de convertirse en una institución que respete las diferencias y que practique la humildad y el crecimiento sostenido de los saberes para convertirlos en herramientas de progreso y transformación social. Hoy no estamos haciendo eso, pero podemos hacerlo; estamos desmotivados, un tanto segregados por quienes toman decisiones y ven en la visión crítica, incomodidad y hasta competencia, pero nuestra Universidad merece ir consolidando su futuro y si no nos oyen desde la línea amarilla cercana, por lo menos hemos dejado parte de nuestro espíritu en estas líneas que no se pierden en la historia, sino que nos proyectan en ella bajo la imagen esperanzadora de que algún día nuestra hora llegará.