¡El arte del General!
Pareciera pomposo el título pero nada tiene que ver con la presunción que asoma, toda vez que nos referiremos a la figura que antaño representó en Venezuela el ostento de tan alta jerarquía, como lo fue y ha sido en la historia de los ejércitos del mundo, donde se calificaba de “estratego” y más recientemente jerarquizado, al “capitán de capitanes”, luego del año 1702, cuando existiendo la ambigua jerarquía de brigadier, una ordenanza estableció, que “De brigadier se ascenderá a mariscal de campo, que es el primer grado de oficial general,…” con mando indiferente en cualquier arma.
Cuando se habla del general, muchos asoman algo como el pedigrí o el talento para la guerra, como cuando en el pasado fungieron de hacedores de fantasía con el arte de la muerte y la destrucción, como podemos calificar a la guerra, cuando su conducción conformaba un arte, la estrategia, concebida como el arte de dirigir la guerra, esa habilidad de conducir el conjunto de operaciones que demandan una gran ofensiva o una fundamental defensa. Surgió entonces la gran definición que muchos asoman, para decir que la estrategia es el arte del general. Una conspicua definición que arrastra en muchos diccionarios, una pedagógica fuerza detentora de imagen para quien logra con esfuerzo, talento y trabajo el grado de general, que asumimos como gran honor para un hombre de las armas.
Utilizamos el concepto de estrategia para imbricar de cuajo la difamación que se ha hecho en nuestro esquema y mal llamada profesionalización militar, cuando se asumió la jerarquización como parte del botín de todos los militares venezolanos que no hayan cometido faltas graves, es decir, no se hayan pervertido adorando el sincrético eufemismo de no dejar de adorar al “comandante eterno” y subordinarse patéticamente al presidente como “comandante en jefe”, por el solo hecho de ostentar inconstitucionalmente un grado militar, que choca con la apoliticidad y la desmilitarización del poder público.
Si algún indicio existe para descalificar a los militares de estas últimas décadas, es la de haber “generalizado” a las fuerzas armadas, donde no solo se multiplican los ascensos al grado de general, sino que se amplió la plantilla con el uso abusivo del grado de general en jefe, que solo lo utilizaron 17 libertadores, sino que se le agregó un grado más, el de mayor general, para complacer la mediocridad. ¡Hay que verlos y oírlos!, para entender lo prosaico y lo perverso.
Pero la desidia y el mal humor no nos aqueja tanto por su impertinencia, más que el no comprender su pérfido trabajo fuera de las armas. Esa perversión política que ideó Chávez y metió como lavado cerebral en nuestros militares, al extremo de no entender, que el pueblo los odia, no por su embeleso y torpe actitud de masacrarlo y arrumarlo en la miseria, sino por su dejo melindroso de aupar y aplaudir a los gobernantes, como si fueran sus padrinos o amamantadores, que además de subyugarlos, los comprometen con su arremetida dantesca en la acción malvada y delictiva que no solo los solapa, sino que los convierte en detractores del desarrollo, de la paz y de la esperanza de ese, su mismo pueblo, que no les pide que cambien el gobierno, sino que no sirvan de soporte inconstitucional político para atemorizar al pueblo que quiere por sí mismo un cambio en paz.
Hemos querido referir la estrategia como el arte del general, para recordar a todos los militares activos venezolanos, que la carrera militar se profesionalizo para hacer al militar más culto cada vez, mas no mas soldadesco pretoriano. Bolívar y los otros 16 generales de la independencia deben ser sus guías y moldes para su gloria y no la dantesca adoración de un personaje que con su ayuda destruyó la economía, la sociedad y la paz de Venezuela.
¡La estrategia es el arte del general! Hoy, la estrategia es ayudar al pueblo a reconstruir una Venezuela libre y pujante. ¡Ojalá, Dios los ilumine!
@Enriqueprietos
Excelente artículo. Dónde de verdad el verdadero militar, sabe reconocer a un verdadero General. En los actuales momentos hay más generales que soldado. No encuentran dónde ponerlos, he visto ocupando cargo hasta de encargado distribución de verduras y hortalizas. Recuerdo mi época de cadete. Ver un General era algo asombroso y orgulloso para uno, eran pocos pero verdaderos GENERALES. En esta época uno ve a esos generales hasta en cada esquina. Es normal y común. Que respeto daban aquellos Generales de la 4ta. Estos destruyeron las Fuerzas Armadas Nacional. Mi FAC .