El discreto desencanto del fascismo castrochavista
La banda criminal que desde 1999 destruye a Venezuela, propició innumerables sucesos violentos durante el lapso 59-98, con el propósito de debilitar a los gobiernos de AD y COPEI, y aprovechó las fallas que derivaron del gradual deterioro de esos partidos, a medida que sus dirigentes y militantes se distanciaban de los esquemas éticos e ideológicos que caracterizaron sus inicios [frenando las rémoras de la dictadura gomecista, en su resistencia contra la anterior dictadura militar (MPJ 50-58), y sus luchas contra la subversión armada de la extrema izquierda, inspirada y respaldada por la dictadura estalinista y parasitaria que se impuso en Cuba desde el 59], y de manera suicida se entregan al pragmatismo que hizo de esos dos grandes partidos, especies en extinción, al convertirse en gigantescas agencias de proselitismo y empleo, cuyas clientelas fueron entonces presas fáciles de un caudillo demagogo y populista, que les ofreció la redención express, con derecho a todo y sin deberes de ningún tipo (todo ello gracias al ilimitado oportunismo de Rafael Caldera, demagogo al discursear llevando las brasas del golpe militar del 4F92 a sus sardinas, transmutadas luego en chiripas, demagogo al sobreseer al felón, dejándolo libre de pelo y paja para que participara en las elecciónes del 98 como si no hubiera irrespetado al país, violado las Leyes, y matado a varias docenas de venezolanos, en su energúmeno intento golpista).
A los opositores los comenzaron a tildar de “escuálidos”, en virtud de su aparente bajo número cuando la popularidad del encantador de serpientes y dilapidador de los dineros ajenos estaba en alza. Le sumaron otros epítetos, insultantes o injustificados; “lacayos de la CIA, pitiyanquis, oligarcas, burgueses”, que adobaron cientos de declaraciones y discursos, siempre pretendiendo desviar las culpas por la infinidad de fallas y delitos que los del régimen han cometido, hasta dejar al país vuelto esta piltrafa de inseguridad, desabastecimiento, inflación y corrupción, con colas para parir, para comprar aceite, papel toilette, harina, y hasta para lograr que la Morgue acelere las autopsias y entregue a las víctimas del Plan Patria cada vez más insegura ! Pero desde hace muchos años, con el obvio y sostenido crecimiento de la Oposición, el apodo de escuálidos no ha vuelto a ser utilizado, sería equivalente a nombrar la soga en casa del ahorcado, pues sólo con FRAUDES logran maquillar su patética condición de MINORÍA (el producto más caro y escaso hoy en Venezuela, es un chavista en una cola de consumidores arrechos; No se consiguen. Se calcula en cientos de dólares el kilo de chavista en esos ambientes). Los sobrenombres vinculados al presunto imperio gringo son contraproducentes, siendo EEUU nuestro principal y mejor cliente petrolero y proveedor de los productos de la cesta básica, que para mayor vergüenza del “socialismo del siglo 21” incluye gasolina y papel tualé. Como ha quedado evidenciado que los opositores son mucho más de la mitad de la población venezolana (compensado por el dedo del CNE convenientemente presionando el platillo con los esmirriados votos del oficialismo), va incluso contra las matrices ideológicas que nutren los caletres de la dirigencia roja rojita, esa que sigue bebiendo del charco piche del marxismo y los manuales de Marta Harneker, que nos califiquen como oligarcas o burgueses, puesto que reconocen que luego de 15 años de mojiganga castrista, habría en el país muchísimos más miembros de esos dos grupos que en teoría deberían estar reducidos a minúsculas élites. Hay que echarle un cerro de imaginación para aceptar que más de catorce millones de venezolanos son oligarcas !! Ni en Inglaterra y España, con sus monarcas, castillos, nobles de toda cepa, alcanza una élite a sobrepasar el 50% de la población total. Acá los oligarcas somos millones y aumentamos día a día, contra amenazas, chantajes, sobornos y sistemáticas mentiras.
Por todo lo anterior, dos motes prevalecen en el discursito peyorativo, indigente, lastimoso y desesperado, del oficialismo actual, con el reposero mayor a la cabeza. Apátridas y Fascistas son las municiones de uso frecuente, desde que todas las anteriores perdieron significado y potencia, ante la vergonzosa realidad que desnudaba lo tambaleante de la semántica en que se apoyaban. Ya lo de escuálidos les rebota como si lo gritaran ante sus propios espejos, si deben trasladar cientos de miles de fallecidos desde sus respectivos camposantos a sus respectivos centros de Votación, y además ayudarse de otros cientos de miles de multicedulados para medio inflar su anoréxico respaldo electoral, y aun así las cuatro cómplices del CNE deben arrimar sus hombros y torcer los resultados, para otorgarles un tramposísimo margen de punto y medio, para con el mayor descaro presentar un final de fotografía y hacer pasar a Maduro por ganador, en una sucia contienda que más se libra entre bastidores electrónicos que a partir de la voluntad mayoritaria del pueblo soberano. Y no hemos mencionado lo que tuvieron que esconder, para que ese hediondo enroque no se desmoronara: los Cuadernos de Votación del 14A, la Partida de Defunción de Chávez y la de Nacimiento de Maduro. Con decirles que sospecho que también escondieron la batea, porque la gata se empeñaba en subirse a ella, y maullaba desgañitada “Miaaauuunhecho Fraude”.
Se proclaman “antiimperialistas” mientras simultáneamente: 1. Le venden petróleo a EEUU y lo mantienen como nuestro principal comprador (y el único que paga) 2. Le compran gasolina y papel sanitario a EEUU, el malo en la película roja rojita. 3. Se postran ante el absoluto fracaso castrista, satisfacen su crónico parasitismo, obedecen sus obsoletas y muy estalinistas directrices, permiten que los cubanos controlen áreas en las que converge la Soberanía Nacional (Identificación, Registros, Notarías, FFAA, así como participan y se lucran de las triangulaciones para importar con sobreprecios). 4. Le compran chatarra militar a Rusia, el espectro remanente de la URSS 5. Hipotecan al país y a varias generaciones de futuros venezolanos, en favor del IMPERIO CHINO, a cambio de importantes cantidades de dinero solicitado en PRÉSTAMO (a pesar de los altísimos precios del barril de petróleo, más de $100, por los cuales ha ingresado mucho más de UN BILLÓN DE DÓLARES, un millón de millones), para mantener esta muy irresponsable mezcolanza de CORRUPCIÓN RÉCORD y BENEFICENCIA CON FINES EXCLUSIVAMENTE PROSELITISTAS. Más bien son pro-imperialistas y no disimulan su odio y su desprecio por Venezuela y los venezolanos, chavistas incluidos.
Las nuevas etiquetas de Apátridas y Fascistas están concatenadas, y se vuelven contra ellos mejjjmos. Es vox pópuli que para los Fascistas, su versión asociada los Nazis, y su contraversión leninista-estalinista, la Patria era concebida como algo que el DUCE, el FÜHRER o el PADRECITO y sus propuestas, encarnaban. La Patria para cualquier Totalitarismo está constituída en forma tangible por el CAUDILLO y su proyecto, de modo que todo cuestionamiento al líder o a sus ideales, se interpreta como un cuestionamiento, un ataque, una agresión a la patria, lo que automáticamente convierte en enemigos de la Patria o Apátridas, a todos aquellos que se manifiesten en contra del caudillo que la representa, que la encarna. Por extensión, el Pueblo está exclusivamente conformado por la masa de seguidores fieles, incondicionales, acríticos, dispuestos a seguir órdenes y llegar al sacrificio, a diferencia de los que se oponen al Líder (Duce, Führer, Padrecito, Gigante), lo rechazan junto a sus propuestas, quienes por ende repudian a la Patria, al “glorioso destino” que la secta a cargo le ha diseñado, y son apátridas, enemigos, animales, lo que debe apartarse de la Sociedad (enviado a prisiones o campos de concentración, Gulags) o eliminarse, con la convicción de que se extirpa un tumor maligno que amenaza la salud de la Patria. Nadie llora ni lamenta a un tumor, que en la práctica puede ser una docena de personas, varios cientos de miles, o millones de seres humanos, condenados por disentir, reducidos a la condición de no personas, no ciudadanos, escoria que molesta a los camisas negras, a los camisas pardas, a los de franela roja rojita, tovarish o camaradas.
Los ingredientes básicos del Fascismo, junto al azúcar de la Demagogia y la ensalada del Populismo, son elementos como la Lista Tascón, la Militarización, el negociar con presos y Pranes mientras se criminaliza la disidencia, se persigue a la dirigencia opositora y se niega el Debate, la siembra de odios, la apología del delito, la complicidad con la Corrupción y el Crimen, la asociación con otros regímenes forajidos, la violación de las Leyes, de los Derechos fundamentales, la imposición de Censura, el hostigamiento a la Prensa libre, el cierre de medios no complacientes, la prostitución de los Poderes Públicos, la explotación de la Ignorancia y los Resentimientos.
¿Quiénes seguirán respaldando o permitiendo esta Gastronomía?