Alguien tiene que responder
Lo ocurrido en Valencia, con la muerte de por lo menos 68 personas detenidas en el hacinado Comando de PoliCarabobo, es no sólo trágico y lamentable sino, además, un síntoma inequívoco de que algo anda muy mal en la justicia penitenciaria en nuestro país.
En cualquier país civilizado muchas cabezas habrían rodado por mucho menos que esta desgracia y aquí solo caen las más pequeñas.
Todos los intentos por silenciar a la prensa no funcionaron, ya que no solo las noticias se difundieron por el mundo, sino también las dantescas imágenes de lo que allí sucedió.
Ya se han manifestado con vigor reclamando los esclarecimientos de rigor la Conferencia Episcopal Venezolana, así como la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones ,y en los próximos días serán otras las instituciones que se pronunciarán, porque si algo ha cambiado, para bien en el mundo, ha sido el tema del debido respeto a los derechos humanos.
El Fiscal General designado por la ANC ya reconoció el hecho de que hay al menos 68 fallecidos. Está por ver hasta dónde llegará su actuación, ¿exigirá respuestas o tomará medidas contra los responsables o simplemente se limitará a meros pronunciamientos verbales?. Es hora de que la justicia impere y no la solidaridad pasiva.