Juan Fajardo logró un emprendimiento social con reconocimiento internacional
Giselle Gil Catalano
@GiselleGilC
La Fundación Génesis y el IESA hacen posible que Juan Víctor Fajardo, estudiante de MBA de esta reconocida institución, reciba reconocimiento internacional por su trabajo de emprendimiento social: “el motivo es el impacto y el impulso que le dio el MBA a mi carrera como emprendedor social en la educación”, comenta Juan Víctor, cuya formación es humanista: con estudios de pregrado en filosofía y maestría en periodismo de investigación.
“Las razones por las que me nominó el IESA tienen que ver con el hecho de que el emprendimiento que llevé a cabo como estudiante es un emprendimiento social”, asegura Fajardo, a la vez que resalta el valor que genera la aplicación de los principios emprendedores para abordar una problemática social.
El proyecto Crecer en Venezuela lo llevó a prepararse para asumir el nuevo reto: “Cuando me tocó fundar este programa entendí que había que recaudar dinero, había que administrar el dinero y había que tener una estrategia y unos objetivos, y todas estas cosas que hacen las empresas. Entendí que no era suficiente la formación que tenía, por eso ingresé al IESA”.
Ante esto Fajardo recuerda cómo logró financiar sus estudios: “Yo me postulé al IESA y pedí ayuda financiera” de esta forma obtuvo una beca por el 100% del costo de su postgrado, que le permitió formarse en esta afamada casa de estudios. “Después asistí a una reunión de estas que hacen con los donantes, y allí fue donde me informaron que mi beca la estaba patrocinando Banesco”.
Fundación Génesis propulsora de programas sostenibles
Hace 10 años, como consecuencia de la filantropía de un grupo de empresarios, nació la Fundación Génesis, con el propósito de actuar en la promoción de valores en el ámbito de la cultura y la educación en Venezuela.
Desde sus inicios la fundación se ha dedicado a realizar labores sociales basadas en donaciones. Sin embargo, con la llegada de Juan Víctor, comienza una nueva etapa en el modelo de los programas que impulsa la fundación.
Un ejemplo es la escuela Arnoldo Gabaldón. Esta institución ubicada en la comunidad del Paují, en la carretera vieja Caracas-La Guaira, está en una zona “estigmatizada” como riesgosa, señala Fajardo “pero al final es un estigma porque cuando uno está ahí es más seguro que estar en otro lado”.
La escuela cuenta con el apoyo de algunas organizaciones cristianas y los padres todavía pagan una mensualidad, pero tenía “limitaciones presupuestarias serias”, comenta Fajardo.
Aun cuando la institución es beneficiaria del programa de alimentación escolar del Ministerio de Educación y representa “una ayuda importante” de igual manera “nunca es suficiente comida para alimentar a todos los niños”, resalta Juan Víctor.
La Fundación Génesis creó el programa Crecer en Venezuela en el año 2014 para evitar que 125 niños de esta zona popular quedasen sin educación. La inversión permitió abrir más aulas y mejorar las existentes, así como habilitar el tercer piso que no estaba finalizado.
Cuatro años más tarde la escuela atiende a 250 estudiantes, donde 89% son becados. Además “es la escuela mejor pagada en toda la zona, y también le damos alimentación: desayuno y almuerzo cinco días a la semana a todos los chamos. Incluso los que no tienen becas”,comenta Fajardo, y señala: “Nosotros nos enteramos de esta escuela de la manera más increíble”.
Fue gracias al comentario de un habitante de la comunidad del Paují, que es unos de los miembros de la junta directiva de la fundación, quien dijo: “mira hay una escuela en mi barrio que está a punto de quebrar y necesitan ayuda, si están interesados en ir…” fue que comenzó la iniciativa. “Entonces, bueno, el presidente de la Fundación nos reunió a un equipo y bajamos a la escuela”, recuerda Juan Víctor.
El objetivo: una estructura para darle sostenibilidad a la escuela
La institución se mantiene con un programa de becas personalizadas “conseguimos becas, patrocinio, para cada uno de los estudiantes con nombre y apellido”, comenta Fajardo, mientras señala que los donantes son personas naturales dentro y fuera de Venezuela, gente que tienen alguna sensibilidad con el tema educativo o por el país. “La meta es ampliar el alcance a personas jurídicas y becar al 100% este año”, indica Juan Víctor.
“Ahorita tenemos el caso de un donante que nos informó que le iban a operar el pie y nosotros le dijimos a la becaria, y la chama le escribió una carta, diciéndole ‘que suerte en la operación, espero que te recuperes’… y cuando los donantes cumplen año los chamos les cantan cumpleaños, les grabamos un video del chamo cantando cumpleaños… incluso hay donantes que ponen a sus hijos a interactuar con los chamos becarios”, apunta Fajardo.
La apuesta es crear un vínculo como factor diferenciador y garante de la sostenibilidad de la escuela. A largo plazo, el objetivo es que los becarios se conviertan en donantes.
“Todo esto pasó en Venezuela”
Es la reflexión de Juan Víctor después de la experiencia que lo llevó a merecer el premio otorgado por AMBA, pues los representantes de Associations of MBAs, junto con el patrocinio de The Wall Street Journal, otorgaron el segundo lugar a este joven -estudiante de la Maestría en Administración del IESA-, con el Premio al Mejor Estudiante del Año.
“Lo más importante para mí es saber que todo esto es posible aquí en Venezuela. Que no hay que salir a ningún lado para buscar oportunidades que están aquí, y que uno tiene que sencillamente tener la valentía y la irreverencia de retar las circunstancias, y que todos podemos preguntarnos de qué manera podemos ser útiles para solucionar los problemas que nos aquejan”.