Pena de muerte a la disidencia
Por: Manuel Avendaño
El día 15 de enero de 2018 quedará marcado como una página negra en la historia venezolana pues se cometió uno de los peores crímenes del régimen de Nicolás Maduro: ajusticiar a 7 venezolanos sin importar que se habían rendido.
Oscar Pérez y el grupo de personas que lo acompañaba, fueron «asesinados» y rematados con tiros de gracia de acuerdo a lo que arrojan las investigaciones forenses. Para el régimen, la mala noticia es que este hecho monstruoso quedó grabado en decenas de teléfonos, cámaras y fue presenciado por testigos que en el futuro podrán rendir declaraciones y servirán como parte del expediente para juzgar a los responsables intelectuales y materiales en tribunales internacionales.
No hay nadie que pueda justificar este acto de guerra, sí un acto de guerra, porque de acuerdo a los especialistas en el área de defensa, los hechos formaron parte de una operación militar ordenada directamente por el Comandante en Jefe, Nicolás Maduro y ejecutada por la cadena de mando con el uso de armas bélicas, incluyendo un lanzacohetes que se usa para detener el avance de blindados.
Con este capítulo turbio de la historia de Venezuela nos queda claro que este régimen poco conoce de conceptos y mucho menos, sobre la práctica y respeto de los Derechos Humanos, situación que viene siendo corroborada desde el año 2014 y que quedó demostrada a cabalidad entre los meses que comprenden el periodo de abril a agosto de 2017, donde murieron 131 personas aunado, a la implementación del Plan Zamora que califica a la disidencia política como el enemigo a neutralizar a través de las fuerzas militares, policiales y colectivos.
Uno podría estar o no de acuerdo con los métodos de Oscar Pérez para rebelarse contra un sistema que es manejado por narcotraficantes pero de ninguna manera, es justificable lo sucedido. Como venezolanos debemos sentir vergüenza y menosprecio por los oficiales, suboficiales y personal de tropa que cometieron tal atrocidad con la finalidad de mandar un solo mensaje: no vamos a tener compasión con nadie que intente sublevarse a nuestro poder, aunque tengamos que usar los métodos que tengamos que usar. Estamos dispuestos a matar venezolanos.
Como si no les bastara con el hecho de matar, no conforme con ello, han humillado a sus familias, a sus hijos, a sus amigos, a sus compañeros de trabajo y hasta de culto, buscando cualquier elemento que les alerten ante una posible sublevación.
El sacrificio de estos hombres y mujeres no será en vano, millones de venezolanos hoy están alzados contra el hambre, contra la corrupción de un régimen que esta enloquecido y que permanece en el poder solo para sus propios fines y no los del pueblo.
Este alzamiento que empezó hace más de un año terminará siendo clave en el cambio de gobierno y todos estos capítulos oscuros, servirán de expediente para juzgar a todos los involucrados en la Corte Penal Internacional de La Haya como crímenes de lesa humanidad. Que sepan todos los oficiales y suboficiales que la justicia tarda, pero llega, y pagarán por sus actos.
Hoy la comunidad internacional está alarmada, está asombrada con el acelerado proceso de deterioro de la sociedad venezolana y de cómo el régimen se ha burlado de todas las promesas y de todos los intentos de negociación. Sin embargo, necesitamos mayor contundencia.
Hoy la comunidad internacional tiene que ser más dura, mucho más frontal contra el régimen porque de otro modo, se convertirá en un mayor problema para ellos. Recuerden como subestimaron a Hitler e incluso le ofrecieron la paz. Es hora de ser más contundentes.
Honor a Oscar Pérez y a todos los caídos en la lucha por la libertad.
