Tres problemas
Son tres los problemas que debe enfrentar el país hacia el futuro.
En primer lugar, el problema de la unidad nacional. Somos un país fracturado. Y fracturado no solo por razones políticas o electorales. Más grave aún es la fractura socioeconómica, la fractura cultural y la fractura moral.
En segundo lugar, tenemos un gobierno que ha despilfarrado una inmensa renta petrolera y que tiene al país sumergido en una profunda crisis económica y financiera.
En tercer lugar, no contamos con una alternativa seria. Se hace necesario colocar en el debate una convocatoria a la reconciliación nacional, incorporando propuestas para superar la pentacrisis que nos afecta. Cuando hablo de pentacrisis me refiero a la crisis política, a la economía, a la social, a la cultural y a la moral.
El año 2014 luce propicio para que los venezolanos abordemos esos tres grandes problemas.
Las soluciones son muy sencillas de enunciar aunque a la luz de la experiencia de los últimos quince años, muy difíciles de traducir en políticas concretas.
Para recuperar el sentimiento de unidad nacional, tendríamos que sustituir la cultura de la confrontación por la cultura del diálogo y de la búsqueda de consensos. Para enfrentar el mal gobierno tendríamos que procurar una profunda rectificación. Rectificación que pasa por disciplinar el gasto público, promover inversiones y reactivar el aparato productivo del país.
Para construir la alternativa hay que formular una propuesta de unidad nacional que estoy seguro interpreta el sentimiento de la mayoría de los venezolanos. Mayoría que está harta de pleitos inútiles que no conducen a nada positivo.
Venezuela tiene derecho a un futuro mejor. Y tenemos cómo construirlo. Hay recursos materiales y recursos humanos suficientes. Lo que se impone es gastar menos tiempo en conflictos intrascendentes y examinar con patriotismo las causas por las cuales estamos de primeros en la inflación y de últimos en crecimiento económico.
En este tiempo navideño hago votos por la paz, la felicidad y el bienestar de todas las familias venezolanas. Ojalá el próximo año podamos abordar esta agenda que propongo en un ambiente de menos pugnacidad y de mayor disposición al diálogo constructivo.
Seguiremos conversando.