Merkel y Schulz sondean las opciones de un gobierno estable para Alemania
La canciller alemana, Angela Merkel, y el líder socialdemócrata, Martin Schulz, se reúnen en la sede de la Presidencia del país para analizar las posibilidades de formar un Gobierno estable y evitar una nueva convocatoria electoral.
La cita, la primera vez que Merkel y Schulz se sentarán a la misma mesa tras los comicios de septiembre, está programada para las 8 pm hora local y a ella asistirá también el líder conservador bávaro Horst Seehofer, aliado de la canciller.
Todos los focos se dirigen así este jueves al Palacio de Bellevue, donde el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, actuará de moderador de un encuentro impensable hace diez días para los militantes del Partido Socialdemócrata (SPD), que rechazó de plano tras sus malos resultados electorales reeditar una gran coalición con Merkel.
«Espero que el presidente del partido recuerde los actuales acuerdos del SPD, es decir, que el SPD no irá a ninguna gran coalición», subrayó en declaraciones al diario «Neue Osnabrücker Zeitung» el líder de las juventudes socialdemócratas, Kevin Kühnert.
Ésa, sin embargo, es la opción a la que aspira la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, quien ayer volvió a subrayar la necesidad de «estabilidad» en Alemania.
«Aunque una gran coalición no debe ser un estado permanente, los dos grandes partidos tienen una responsabilidad especial con el país. Necesitamos un gobierno estable», recalcó el ministro de Sanidad en funciones, el conservador Hermann Gröhe.
El presidente alemán, socialdemócrata elegido por consenso para el puesto el pasado febrero, instó a todos los líderes políticos a reflexionar tras fracasar la pasada semana las negociaciones para formar Gobierno que había iniciado tras las elecciones la canciller con los liberales y los verdes.
La presión sobre Schulz creció y, después de haber dicho de forma reiterada «no» a la gran coalición y haber apostado por nuevas elecciones, se abrió a explorar otras posibilidades a instancias del jefe del Estado.
«No puedo decirles qué saldrá de esa conversación, pero sí asegurarles que abogaré por la mejor solución para nuestro país», garantizó Schulz ayer en una reunión con la patronal alemana, donde coincidió con Merkel en que el país necesita «fiabilidad y estabilidad», pero advirtió de que también necesita «cambio».
Schulz ha avanzado que los resultados de las negociaciones, sea una nueva gran coalición o una fórmula para un gobierno en minoría de los conservadores apoyado desde fuera por los socialdemócratas, serán sometidos al voto de la militancia.
Hace cuatro años, la gran coalición recibió el aval del 75,9 % de los militantes socialdemócratas, pero el escenario ha cambiado tras unas elecciones en las que se prometió no reeditar ese modelo y en las que el SPD obtuvo los peores resultados de su historia (20,5 % de los votos).
La reunión de hoy llega además precedida de una polémica inesperada, después de que el ministro de Agricultura, el conservador bávaro, Christian Schmidt, decidiera votar a favor de la renovación en la UE de la licencia al herbicida glifosato, cuando los socialdemócratas estaban en contra y, por respeto al acuerdo de gobierno, Alemania se debía haber abstenido.
El SPD consideró el movimiento de Schmidt una ruptura explícita del pacto de coalición y Merkel, en un intento de templar los ánimos, llamó al orden en público a Schmidt y pidió a todos los ministros respeto a los acuerdos.