Caracas puede quedar aislada si un sismo de gran magnitud ocurriera en estos momentos
La angustia se incrementa al conocer las noticias sobre terremotos en México, Haití, Chile o, como sucedió recientemente, en la frontera de Irak e Irán. Eventos dramáticos que dejan destrucción, muerte y desolación a su paso. Sin embargo, los daños de un sismo de gran magnitud en esos lugares son dramáticamente distintos y una de las razones es la preparación y el grado de previsión ante un fenómeno de la naturaleza tan temido como un temblor.
Caracas debe estar preparada, simultáneamente, para un sismo de gran magnitud, una inundación o un deslave, advirtió este miércoles el arquitecto Carlos Gómez Llerena, quien basándose en un estudio realizado por especialistas de la Universidad de Columbia (Nueva York) en el año 2000, resumió en un informe actualizado la problemática de riesgos de la ciudad en dos elementos urgentes: el refuerzo de la seguridad en accesos a la ciudad capital y la distribución por escala de la ayuda que pueda ser necesaria durante y después de un evento sísmico.
“Viendo los riesgos que hay en Caracas la sensación que existe es de perplejidad, porque hay una multitud de problemas que son simultáneos: hay riesgos de aislamiento vial, de la ciudad, porque nuestros accesos pasan por muchas fallas sísmicas, aunado a los problemas de la enorme población de Caracas que vive en los barrios”, explicó Gómez Llerena en la charla «Medidas preventivas ante un sismo en Caracas», organizada por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), la Cámara Venezolana de la Construcción (CVC) y Analítica.com.
La seguridad en los accesos
El terremoto de Haití ocurrido en 2010, que devastó la capital Puerto Príncipe, fue de 7,3 en la escala Richter, con un epicentro a 15 kilómetros de la ciudad, dejó más 300 mil muertos; 350 mil heridos y aproximadamente 1 millón 500 mil damnificados, de acuerdo con cifras de diferentes ONG.
Gómez Llerena extrapoló la situación vivida en Haití y las condiciones de Puerto Príncipe, con las características de la Caracas actual.
“La morfología y tipología de las viviendas eran muy parecidas a las de Caracas: viviendas escalonadas en cerros que están construidas con ladillos, bloques y placas de cemento, eran características muy parecidas a las de Caracas”.
El arquitecto planteó la necesidad de diseñar calles y plazas de seguridad que permitan un mejor acceso a los barrios de la ciudad capital.
“El crecimiento normal en los barrios comienza desde la ciudad, cerca del transporte público, porque son los accesos más rápidos y son los que marcan las calle de acceso hacia arriba, un planteamiento del estudio de Columbia es cómo hacer que esa calle permanezca accesible a pesar de la caída de escombros en un sismo”, detalló Gómez Llerena.
El rol de los barrios en la planificación para la disminución de riesgos es de vital importancia, se trata de la supervivencia, advirtió Gómez Llerena.
“No hay manera entrar en los barrios, si sucede un terremoto hoy, para ayudar, porque no hay donde llegar, y esa es de las primeras acciones”.
Tres acciones para la distribución de ayuda
Son tres los elementos que deben conformar el diseño de un plan de acción para la distribución de ayuda ante un sismo de gran magnitud en Caracas: helipuertos en los topes de los barrios, que fungirán como plazas de seguridad y centros cívicos al mismo tiempo, helipuertos de distribución y recolección en los sectores más accesibles y la concepción de La Carlota como un gran centro de distribución y recolección.
“Es necesario un acercamiento solidario que involucre entes nacionales, que permitan resolver estos problemas fuera de toda racionalidad o irracionalidad política, porque el objetivo es una ayuda para toda la población caraqueña y en consecuencia para todo el país. Caracas puede quedar aislada si ocurriese un evento sísmico de gran magnitud en estos momentos. Alarma mucho que autoridades metropolitanas planteen la eliminación de La Carlota, tenemos que equiparla”, advirtió Gómez Llerena.
El Pulpo
El arquitecto alertó que uno de los eslabones de la red vial capitalina como lo es el distribuidor El Pulpo, y cuya construcción data de los años de entre finales de los 50 y de los 60, requiere de un refuerzos en sus bases urgente.
