Deportes

Patrice Evra, una exitosa carrera abonada a la polémica

Líder de un motín con la selección francesa, implicado en una polémica racista con el uruguayo Luis Suárez y agresor de un hincha con una patada voladora son algunos de los episodios memorables de la carrera de Patrice Evra, considerado en la década pasada uno de los mejores laterales zurdos del mundo.

La patada que propinó a un hincha del Olymique de Marsella, su propio equipo, y que le ha costado abandonar el club ha sido el último y quizá definitivo episodio de una larga lista de polémicas.

Evra, de 36 años y dueño de un envidiable currículum internacional, ha firmado un oscuro episodio similar a otros ilustres internacionales franceses, como Zinedine Zidane y Eric Cantona, quien también fue autor de una célebre patada contra un aficionado en 1995.

Todo por culpa de la agresión a un ultra del Marsella que le había insultado durante el calentamiento del encuentro de Liga Europa disputado el pasado 2 de noviembre en el estadio del Vitória de Guimaraes portugués.

De ser considerado el instigador y líder del motín de les ‘Bleus’ en el Mundial de 2010, a escucharle una emocionante arenga a sus compañeros durante la Eurocopa de 2016, el lateral zurdo acumula sombras y luces desde que se hizo profesional a finales de los años 90.

Nacido en Dakar, capital de Senegal, pero criado en el suburbio parisino de Ulis, Evra se ha caracterizado por su carácter volcánico y sus declaraciones sin pelos en la lengua contra antiguos jugadores y periodistas, pero también por una tremenda fuerza de voluntad y compromiso que le hicieron triunfar en clubes de alta exigencia.

Así lo demuestra su exitoso paso por Mónaco (2002-2006), Manchester United (2006-2014) y Juventus de Turín (2014-2016), equipos con los que jugó cinco finales de Liga de Campeones, tres con los ingleses (2008, 2009 y 2011), una con el Mónaco (2004) y otra con el Juventus (2015). La única que ganó fue la de 2008, en la final de Moscú ante el Chelsea.

Antes de llegar a la elite, el lateral zurdo sudó mucho. Emigró a Italia para jugar en un equipo de la Tercera división, el Marsala siciliano, y de allí a otra escuadra transalpina, el Monza, de Segunda.

En una entrevista a la revista «So Foot» contó que en Marsala era el único jugador negro: «Mis compañeros querían llamarme ‘negro’. Les tuve que amenazar y decirles que entonces les llamaría ‘blancos de mierda'».

Precisamente la polémica racista le marcaría años más tarde, en 2011, cuando el entonces jugador del Manchester United denunció a Luis Suárez, delantero del Liverpool en la época, por insultos racistas. Por este episodio, Suárez acabó sancionado ocho partidos por la Federación Inglesa.

Después de su experiencia en Italia, Evra jugó en el Niza, en la segunda francesa, y, a continuación, dio el salto al Mónaco en 2002.

En el club del Principado muchos recuerdan el coraje que mostró en las semifinales de Liga de Campeones en 2004 ante el Chelsea. Un golpe provocado por una entrada le dejó una herida abierta. El entonces entrenador monegasco, Didier Deschamps, quiso reemplazarlo.

Y Evra le respondió así: «Le dije que le arrancaba la cabeza si me hacía salir. Sé que era algo un poco absurdo, pero tenía la sensación de que tenía que jugar (…) Luego le pedí perdón por haber sido tan vulgar».

Ese aguerrido carácter llamó la atención de Sir Alex Ferguson, quien le contrató en 2006. En el Manchester United ganó la Liga de Campeones de 2008 y cinco campeonatos de liga, entre otros trofeos.

Su época dorada en Inglaterra coincidió con uno de sus episodios más controvertidos, el del motín de Knysna, en el Mundial de Sudáfrica de 2010. Los insultos que Nicolas Anelka profirió al entonces seleccionador Raymond Domenech crearon un polvorín en la selección.

Evra compareció ante la prensa para denunciar a un «traidor» que había filtrado esa discusión a la prensa. El día después, los internacionales franceses se pusieron del lado de Anelka, se negaron a entrenarse y se quedaron en el autobús.

En aquella polémica jornada, el defensor se erigió en representante de los huelguistas y se encaró con el preparador físico Robert Duverne.

Hasta entonces capitán de «Les Bleus», el lateral zurdo nunca más llevaría el brazalete, aunque, después de cinco partidos de sanción, regresó a la selección, con la que completó 81 partidos internacionales. Sus últimos dos grandes torneos fueron el Mundial de Brasil de 2014 y la Eurocopa de 2016 disputada en Francia.

Contratado en enero de 2017 procedente del Juventus con el visto bueno del director deportivo del Marsella, Andoni Zubizarreta, Evra justificó entonces su fichaje porque le gustaba una hinchada caliente, como la del Vélodrome. «Me encanta donde hay lío. Soy así y nada me cambiará», dijo.

La misma hinchada que ha provocado el enésimo y tal vez definitivo derrape de Evra.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba