Altuve… al bate… al guante
El béisbol es el Rey de los deportes. Albert Einstein
Quería más bien referirme a las erizas, horripilas noticias que recogen los medios de comunicación social de allende y aquende, relacionadas con nuestras adolescentes socialistas del siglo XXI. La información es ciertamente espeluznante. Por efecto y obra de la malhadada Revolución Bolivariana, las jóvenes venezolanas ingresan a las fatales estadísticas de prostitución, maternidad y criminalidad infantil. El quiebre de valores, la miseria extendida y el hambre multiplicada, la ausencia de información y de dispositivos sexuales, se unen para producir esta triste y desoladora realidad.
Ahora – siempre imitando a la Isla de la Felicidad -, tenemos nuestras jimeteritas que se prostituyen a cambio de comida, productos de higiene o ropa de moda. Igualmente, se constata la creciente cifra de parturientas adolescentes que ingresan al submundo de la ignorancia por falta de estudios, y a las sucesivas preñeces con la esperanza de contar con un hombre que las apoye y mantenga, en un recurrente mito de Sísifo.
Nos encontramos también con bandas de atracadoras y asesinas juveniles, que sin piedad ni contemplaciones – y a la vista de autoridades cómplices – roban a los transeúntes, desvalijan carros y siegan la vida de quien intente oponerse a sus amenazas y resultan – sin miramientos -, quebraos por arma de fuego o blanca, lo mismo da: la sangre, el dolor y el luto se hermanan en la calle, la morgue, la casa de familia, la funeraria y el cementerio.
Sin embargo, no todo son malas noticias, los que somos amantes del béisbol, -aunque transitoriamente moremos en un país donde el fútbol más que una pasión es una devoción nacional, – seguimos con atención los logros de un oxímoron nacional, un pelotero pequeño de estatura, pero grande en su desempeño: José Altuve, la segunda base de los actuales ganadores de la Serie Mundial, nacido en la ciudad de Maracay, cuna de grandes jugadores y toreros.
El denominado por los fanáticos como Astroboy, el maracayero de 27 años de edad, obtuvo el título de bateo de la Liga Americana con un sólido y envidiable .346 de promedio al bate, al conectar 204 imparables en 590 turnos. Además, registró 81 carreras remolcadas, 24 jonrones y 32 bases robadas.
Así que el orgullo de ser venezolano retorna por un rato, mientras continúan las locuras, los desvaríos, las insensateces, los disparates, que a diario comenten los cabecillas de una camarilla revolucionaria, hablachenta e ineficiente, que en dos décadas convirtió a un País para querer en verdadero valle de lágrimas. Recordemos, sin embargo, lo afirmado por el poeta Gibran:
Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.