A Dios rogando y con el mazo dando
Meses atrás, un colega parlamentario nos confesaba su incomodidad al encontrarse en una comisión de trabajo diferente a su inmediato interés político o especialidad académica, pues, por obra del revanchismo oficialista, fue objeto de una injustificada y repentina transferencia. Por elemental prudencia, ya que había otras personas presentes, no lo contradijimos, aunque recordamos – por una parte – que la historia nos alecciona sobre minorías – además – muy reducidas que deben multiplicar sus esfuerzos y tratar los más difíciles y encontrados temas, sorprendiendo por su eficaces resultados; e – inelegantemente, por otra – nuestra propia experiencia, pues, antes de juramentarnos en la Asamblea Nacional, cubrimos un importante período de estudio sobre las leyes militares que nos propusimos reformar (http://www.dailymotion.com/video/xidikx_copei-trabaja-en-una-serie-de-leyes-que-regularian-el-ambito_news), objetivo luego incomprendido y abandonado por el partido, sin saber todavía que nuestro destino sería la Comisión Permanente de Cultura y Recreación.
Nuestro vínculo con la materia cultural era muy escaso, excepto la lejana novela penosamente leída en el bachillerato, las notas iniciales que identificaban a la 97.7 FM al recorrer el dial, las estrofas del himno al árbol, las tiras cómicas de ocasión, u otra de las manifestaciones que tenemos por artísticas, por convicción y militante pereza. Empero, al encontrarnos con un Proyecto de Ley Orgánica de Cultura, declarado como prioridad legislativa, hubo que trabajarlo, informándonos en todo lo posible, acudiendo a los expertos, ya gozosos de nuestra lúcida pesquisa de los errores ortográficos que antes desfilaban impunemente frente a nuestra agotada vista.
No hubo milagro alguno, pues el intento de comprender el fenómeno cultural en Venezuela no garantizó en sí, para sí, por sí y sólo sí, el adicional dedo de frente por el que apostamos, aunque sentimos una enorme satisfacción: pisar confiados el terreno del sentido común, esencial aspiración y vocación de todo parlamentario. Digamos que, por minoritaria que fuese la bancada de la Unidad Democrática en la Comisión, en todo lo posible estuvo en todo lo activa e interesada en el Proyecto de Ley Orgánica de Cultura de aparente culminación legislativa, a la vez que firme y dispuesta en las faenas cívicas de calle.
A Dios rogando y con el mazo dando, ha de ser la consigna. Ha significado conjugar el esfuerzo de calle, la protesta y también la movilización electoral, con el seguimiento y la reflexión en materias de próxima legislación. No se está – precisamente – en tiempos de normalidad democrática, por lo que es necesario luchar en los diferentes ámbitos permitidos ya no por el régimen, sino por la propia lógica autoritaria que genera.
@Luisbarraganj