Artimañas del narcorégimen. La saga continúa
El diálogo, las elecciones regionales y todas las seudo propuestas de diálogo del gobierno son simplemente trampas cazabobos para ganar tiempo y seguir aferrados al poder y a la manguangua. Es definitivamente un episodio más de la saga titulada “Como violar las leyes y destruir a la nación más rica de América sin Compasión”, en esta entrega de esa espantosa epopeya donde el héroe es el pueblo venezolano, los ignominiosos gobernantes de nuestra patria apuestan esta vez a la pulverización de los escombros de Venezuela. En un país donde los niños desde el nacimiento están condenados al abandono, al hambre, a las peores calamidades que jamás imaginamos y ellos solo se ocupan de idear atrocidades para perpetuarse en el manejo a su antojo de la mina de oro más grande que pueda existir.
Desde su convocatoria, la Asamblea Nacional Constituyente ha sido cuestionada por gran parte del planeta. Con su juramentación, ha quedado materializado el estado totalitario en que se ha convertido Venezuela y concretada la dictadura y la ausencia del estado de Derecho. La ANC ha ido poco a poco asumiendo funciones de gobierno, ha usurpado las competencias del ejecutivo, las de la legítima Asamblea Nacional e incluso las de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia. Pero con esta nueva petición de Nicolás Maduro, que los gobernadores a elegirse en el mes de octubre deben juramentarse ante un poder (espúreo sin duda), hemos pasado a desconocer de manera explícita el estado federal forjado desde la época de los Libertadores.
Desde el nacimiento de la República, Venezuela se ha definido como un estado federal y como tal, tiene 3 niveles de poder (nacional, estadal y municipal), cada entidad federal cuenta con su propia constitución y su propio poder legislativo (Asambleas Legislativas de los estados) ante cuyas autoridades, los gobernadores juran cumplir y hacer cumplir las leyes nacionales y estadales. Pero, este gobierno que no respeta ni los principios que movieron a los libertadores a luchar por la independencia, pretenden pasarlo por alto imponiendo su autoridad con un “o lo haces o te destituyo”.
Como vengo señalando en columnas anteriores, la Asamblea Nacional Constituyente ha sido desconocida por la gran mayoría de la comunidad internacional y por la inmensa mayoría del pueblo venezolano. Espero como venezolano, que los nuevos gobernadores entiendan el rol que les corresponderá dentro de la historia por la defensa de la Constitución de 1999 que se encuentra más vigente que nunca y solo se subordinen al imperio de la ley y no de parcialidad política alguna. No habrá excusa, ni pacto de gobernabilidad que expíe la culpa de traición a la patria de aquellos que cometan la barbaridad de reconocer ese adefesio jurídico cubano que nos somete y subyuga al capricho de las cúpulas narcorevolucionarias.
La propuesta electoral fue una trampa de miel en la que quedamos enganchados los demócratas respetuosos de la constitución y la democracia. Cierto es que los comicios están plagados de arbitrariedades, la ausencia de cronograma, las dificultades para postularse o sustituir candidatos son prueba de la poca voluntad electoral del gobierno. Sin embargo, participar es un deber y un derecho ciudadano pero no me queda la menor duda que después del 15 de octubre se agudizará aún más la violación de los DD HH, se exacerbarán las inhabilitaciones, habrá nuevos perseguidos y presos políticos y por supuesto, nuevos regímenes de gobierno paralelos en cada estado donde triunfe la oposición. Todas estas marramucias ya tienen la trampa hecha, lo sabemos, pero al final la emboscada los arrincona a ellos ya que es una legitimación más la que lograremos, es una ratificación de que somos mayoría, de que queremos cambios y eso es lo que a la larga ha activado la genuina preocupación de las instancias internacionales que no desmayan en darnos herramientas para la libertad. Sus risas nerviosas y chistes malos cuanto aparecen Estados Unidos de América, Canadá, la Comunidad Europea bloqueándolos, restringiéndoles sus movimientos y prohibiendo al mundo que negocie con ellos, realmente se traduce tras bastidores en corredera a traspasar bienes, a cambiar de testaferros y a mudar su corrupción quien sabe a dónde. Por esto sigue valiendo el esfuerzo continuar legitimando nuestra rabia y obteniendo el máximo de representación en las gobernaciones próximamente.
Sin ser pitoniso, veo muy claro el objetivo del gobierno: doblegar a la oposición al reconocimiento de su autoridad para desmontar las sanciones internacionales que ya les afectan de manera personal y directa a los cogollos y sus familiares. Una vez logrado su objetivo, posicionando ante el mundo la Asamblea Nacional Constituyente, estaremos padeciendo los rigores de ese mecanismo pernicioso que restringe de forma arbitraria los derechos políticos de la disidencia, la inhibición en la participación de los asuntos de interés público y a utilización de la sanción penal con fines personalista que ya se están viendo con las actuaciones del Fiscal General de facto Tarek William Saab.
A los venezolanos les pido que salgan a votar con conciencia, por candidatos cuya moral sea a prueba de dólares y a los gobernadores que sean electos por la oposición venezolana, les aconsejo unirse, desde el primer día, junto al pueblo para que el narcorregimen no pueda doblegar sus espíritus. Sus cargos están blindados por el poder supremo del pueblo elector y si el gobierno o sus brazos ejecutores llegarán a destituirlos o ponerlos presos, estaríamos ante la inminente caída del régimen.
El pueblo no está en sus casas porque haya aceptado las imposiciones el pueblo está esperando que los actores llamados a tomar decisiones tomen las riendas del proceso para apoyarlos, junto a la comunidad internacional en el camino al cambio definitivo y al rescate de la Venezuela que todos nos merecemos.
En Venezuela cada decisión es vital, los actores políticos deben tener mano de cirujano pues un error puede costar la vida de muchos conciudadanos. Soy de los que creo que esos narcobandoleros no le pararán a las sanciones internacionales y mucho menos al diálogo. Su único objetivo es alargar el período de Nicolás Maduro e imponer el sistema comunista cubano a través de su Asamblea Nacional Constituyente. Malandro no tiene palabra y a la comunidad internacional le falta muy poco por convencerse.
Con gran angustia pero mucha fe, vivo la agonía de mi patria desde mi particular cárcel del exilio, oro con devoción para que nuestros niños tengan una patria llena de oportunidades y bienestar. Apoyo los esfuerzos democráticos y colaboro con lo único que tengo, MI PLUMA Y MI PALABRA
Twitter @josegbricenot