El costo de útiles y uniformes escolares supera el millón de bolívares en un año

Yelitza Izalla Yánez y Jesús Abreu 

En este 2017 no fue más fácil para los padres adquirir la lista de útiles escolares, comprar los uniformes y pagar las inscripciones en los colegios para aquellos que tienen a sus hijos en instituciones privadas, pero es que aun estudiando en un colegio público, los costos de vestimenta y útiles se elevan más allá de diez salarios mínimos, el cual está en 97.531 bolívares desde julio.

El costo de la lista de útiles y uniformes escolares, según un sondeo realizado por Analítica.com, superó el millón de bolívares en un año, justo cuando el precio de la Canasta Básica Familiar aumentó Bs 304.932,84 en un mes, de junio a julio, para llegar a Bs 2.043.083,39; un incremento de 17,5% (3.1 salarios mínimos), de acuerdo con el más reciente cálculo del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas).

Las listas escolares este año, aunque ya no son tan extensas como las de periodos anteriores, suman entre 245.328 bolívares (sin incluir el costo de los libros de texto) y 1.090.000 bolívares (sin incluir el precio de uniformes escolares) lo que implica un aumento en los costos de los productos de la lista que llega a multiplicarse por diez con respecto a los precios del 2016, pero con un elemento adicional: la inflación acumulada al cierre de julio fue de 248,6; lo que implica un promedio mensual de 26% en la variación de costos, según el índice Nacional de Precios al Consumidor del Parlamento (Inpcan).

Comprar a pesar de la crisis

Sin embargo, a pesar de la crisis las familias venezolanas no se amilanan ante la situación y entre ofertas, ropa usada, materiales reciclados y donaciones, así como largos recorridos en busca de precios accesibles, tratan de cubrir las necesidades básicas de uniformes y útiles escolares.

“Atrás quedó el tiempo en que el niño iba con todo nuevo. En mi caso mis hijos estudian primaria en una escuela pública y he tenido que usar los cuadernos del año anterior, el uniforme se utiliza hasta que le sirva y esté en buenas condiciones. Igualmente ocurre con el bolso y los zapatos. Ni hablar de los colores y la cartuchera, son los mismos y sólo sustituyo el lápiz que se acabe, en este caso es mejor comprar por unidad que una caja completa”, confesó María Antonia Núñez quien trabaja doble turno como profesora de bachillerato para mantener a sus dos hijos.

La opción de comprar los libros usados y reutilizar lo que quedó del año anterior es una práctica común en la mayoría de las familias venezolanas, incluso en las de clase media. También, las donaciones y los canjes se han vuelto comunes.

“Yo he cambiado libros de segundo grado por los de tercero. Muchas mamás hemos formado redes solidarias para hacer los intercambios, en estos tiempos de crisis el sueldo no da para adquirir las enciclopedias y demás títulos, pues su costo equivale a una quincena”, resaltó Núñez.

Ventas en declive

En el centro de la ciudad capital, en el puente de las Fuerzas Armadas, un lugar que ya es tradicional para la compra y venta de libros de texto, así como la opción más económica de los caraqueños, los establecimientos están repletos de libros de secundaria; los vendedores prevén que este año las ventas serán más difíciles y con una caída mayor que la de años anteriores.

“Ha sido bastante complicado. El año pasado ya para esta fecha las ventas estaban mucho más movidas, pero este año a medida que pasan los meses y esta situación, se ve cada vez más difícil”, admite Zulay Parra, trabajadora de uno de los más de 20 puestos de ventas de libros que se ubican debajo del puente.

Incluso la dinámica de venta de libros usados en el lugar, en el caso de los textos escolares de secundaria, ha mermado con respecto a los años anteriores.

“La gente ya no viene a vender los libros como antes”, advirtió uno de los vendedores en un establecimiento que ofrece la opción de compra de libros de textos usados en buen estado.

Las ferias como opción

“Uno no ha terminado de salir del golpe de las inscripciones cuando ya tienes que comprar útiles. Particularmente comencé en junio a adquirir las cosas que estaban en la proveduría de mi colegio, aún sin tener la lista ya uno sabe que van a necesitar cuadernos, uniforme, lápices y otros artículos que siempre forman parte de la lista”, indicó Juana Lares, quien tiene a su hijo en primaria y ahora deben cubrir una lista de cuatro grado.

Las ferias escolares también se han convertido en una opción más viable para los padres, pues ahora no solo deben lidiar con los altos precios sino también con la escasez.

“Desde hace dos meses no se conseguían los cuadernos empastados de una línea y los block de dibujo con espiral, ya aparecieron pero cada uno supera los 14 mil bolívares”, se queja la representante.

Sin embargo, según el Cendas, la caída del poder adquisitivo del venezolano ha sido tan abrupta en lo que va del año,  50% según los cálculos más recientes, sumado a un proceso hiperinflacionario que genera una variación de precios diaria de 0,82%.

Esto hace que muchos venezolanos consideren que los costos están dolarizados, pero la explicación es sencilla: el salario no se equipara con la inflación y es una realidad que se refleja en las pocas ferias escolares que hay en el centro y Este de la ciudad y hasta en los buhoneros, cuyos precios no están muy distantes de los costos que se pueden observar en los establecimientos comerciales.

Contrario a la escasez de algunos productos de la lista escolar en 2016, este año los padres podrán conseguir prácticamente todo lo que busquen pero a costos que superan hasta 1.000% los precios de 2016.

Según cálculos de la firma Ecoanalítica, 50% de las importaciones del sector privado en el primer semestre fueron hechas con dólares propios y con divisas del mercado paralelo, lo que indefectiblemente tiene un impacto al alza en los precios de los productos y materiales importados, un hecho del que no está exento el sector papelería y materiales de oficina.

“Aún no he comprado nada de la lista, pero sé que hay que prepararse en todos los sentidos para lo que una se va a encontrar cuando salga a las tiendas e incluso para acá, en el centro de Caracas, donde ya todo es igual de caro”, comentó Lidia Gómez, empelada de una entidad bancaria en la avenida Urdantea, muy cerca de donde están ubicadas dos ferias escolares populares, en las que un pantalón escolar cuesta hasta 46 mil bolívares, un típico mono para educación física, talla mediana, puede valer hasta 21.500 bolívares y una franela (blanca, azul, roja o amarilla) cuesta hasta 19.500 bolívares.

La camisas beige y azul para liceísta pueden conseguirse en las tiendas del centro de la ciudad y su precio varía de entre 38.700 bolívares y 52.500 bolívares. Un uniforme de un estudiante de educación media diversificada, solo pantalón y camisa, puede costar hasta 100 mil bolívares, lo que para muchas familias implica comprar solo una muda de ropa y no las cinco que requiere para una semana.

El precio de una falda azul varía, según la talla, de entre 25. 500 bolívares y 44.788 bolívares.

La contracción en las ventas de sectores como vestido y calzado al cierre del primer semestre de 2017, según cálculos de la firma Ecoanalítica, llegó a 60%, lo que constituye una clara evidencia del porqué los estantes en las zapaterías del centro de la ciudad están repletos, con calzados cuyos precios oscilan entre 41.900 bolívares y 129.999 bolívares en el caso de los zapatos escolares.

Sacrificios pero continúan estudiando

Dejar los estudios no es una opción para muchas familias venezolanas, quienes en su mayoría esperan que “este momento de crisis sea superado”.

La clase media, una de las más golpeadas, ha tenido que tomar determinaciones en la familia, “pero todas enfocadas en que los niños continúen en clases”, indicó Lourdes Machado.

En su caso tienen cuatro niños, “los más grandes los metimos en una escuela privada que todavía podemos pagar y al más pequeño en una pública. Esperamos que no sigan aumentando las matrículas, pues eso nos llevaría a sacarlos de su entorno, sus amigos y el lugar donde se han formado todos estos años. Tomamos la decisión con el más pequeño porque aún está en preescolar” cuenta Machado.

“Al final hacemos lo imposible para cubrir las necesidades de nuestros hijos. En mi caso pedí las prestaciones y solicité las vacaciones, pero aun así lo que te dan es risible en comparación con lo que se requiere para cubrir todos los costos”, explicó Juan Eduardo Sequera, quien es jefe de departamento en una empresa y debe cubrir la lista de un bachiller y una niña en prescolar.

“Una de mis cuentas fue 400 mil bolívares, lo mismo que me puede costar un bolso o un par de zapatos. Sin embargo, uno se las ingenia y termina haciendo literalmente un milagro para comprar o encontrar usado lo que se necesita”, destacó.

Lista parcial de útiles escolares con una comparación de precios del 2016 y los costos de este año/Fuente: Librerías y Ferias Escolares de Caracas.